CRISIS
DE DEUDA, DÓLAR Y TASA DE INTERÉS
Por
Héctor GIULIANO (28.4.2018)
Para
entender lo que está pasando hoy en la Argentina en materia
financiera es indispensable comprender tres cosas centrales:
-
Que el Sistema de la Deuda Pública Impagable no abarca sólo la Deuda del Estado Central – y la Deuda total Nacional, que se mantiene en secreto – sino también la Deuda Cuasi-Fiscal del Banco Central (BCRA), que interactúa en tándem con la del Tesoro, como dos caras de una misma moneda.
-
Que el principal problema del gobierno Macri – en el marco de su política institucional de Gobernar con Deuda – no es la lucha contra la Inflación sino optimizar el negocio del Capital Financiero por arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasas de Interés en la Argentina.
-
Que la administración Macri – a través de la Política Monetaria, Cambiaria y Bancaria del BCRA – no busca defender el valor del Peso sino el valor del Dólar. Esto último es particularmente importante porque el Estado recauda en pesos pero la mayoría de la Deuda Pública – el 70 % - y sus intereses (que es lo único que se paga) están en moneda extranjera, de modo que el tipo de cambio estable y retrasado con respecto a la Inflación le permite la conversión de pesos a más cantidad de dólares para poder pagar la mayor parte de los servicios de Intereses de la Deuda (que ni siquiera son todos porque un tercio de los mismos se capitaliza por anatocismo). Vamos a detenernos un momento en este punto clave de la explicación.
TASAS
DE INTERÉS: ¿DÓLAR O INFLACIÓN?
El
BCRA no mantiene altas las tasas de interés para luchar – como
objetivo primario - contra la Inflación sino para contener el
aumento del Dólar. Sólo en un segundo momento, si los aumentos de
la divisa se agravan, surge el problema del traslado de la
devaluación a precios (pass through), pero esto como derivado de lo
anterior y no como causa.
Al
gobierno Macri no le preocupa realmente reducir la Inflación porque
gracias a la misma está cobrando cada vez más por el Impuesto
Inflacionario y, a la vez, está bajando los ingresos reales de los
asalariados, jubilados y gastos por asistencia social, de modo de
abaratar gran parte del llamado Costo Argentino.
En
cambio, sí mantiene elevadas las tasas de interés como forma
indirecta de regular el precio del dólar.
No
es cierto que exista realmente una política de Tipo de Cambio
Flotante porque el gobierno regula el precio de la divisa a través
de la tasa de interés que paga el BCRA por las Lebac y otros títulos
de corto plazo, cuyo objeto es atraer y retener capitales
especulativos que, caso contrario, irían a la compra de dólares y
aumentarían así su cotización.
El
BCRA, en realidad, siempre interviene en el Mercado de Cambios porque
lo hace directamente – vendiendo o comprando divisas – pero
también en forma indirecta: subiendo o bajando la tasa de interés
de referencia.
La
esencia de la Política Financiera de la administración macrista –
a través del BCRA – es promover y sostener la rentabilidad récord
del Sector Financiero-Bancario en la Argentina: una Política que ya
había comenzado bajo la administración Kirchner y que ha
constituido una constante en la Historia Financiera Argentina ligada
al Endeudamiento Público; lo que ha hecho que el Sector
Financiero-Bancario sea tradicionalmente el de mayores niveles de
utilidades del país.
La
clave de esta política oficial reside en mantener un tipo de cambio
estable y retrasado con respecto a la Inflación, de modo que los
capitales especulativos optimicen sus ganancias por arbitraje entre
dólar relativamente fijo y altas tasas de interés locales que son
un múltiplo de las tasas internacionales y posibilitan así que
estos capitales golondrina obtengan en nuestro país rentabilidades
altísimas en comparación con el resto del Mundo.
Y
en ello radica la explicación de la alianza entre los grupos
financieros que sostienen al gobierno Macri y la condición de país
deuda-dependiente de la Argentina, porque si a este gobierno se le
cortase el flujo de endeudamiento perdería en forma inmediata su
estabilidad financiera y política.
Por
eso es que para entender lo que está ocurriendo actualmente en
nuestro país hay que comprender que el BCRA no eleva las tasas de
interés para combatir la Inflación sino para contener y sostener el
precio del Dólar, que es la principal garantía a los acreedores de
que el gobierno podrá seguir suscribiendo más Deuda - dolarizada
y/o con cláusula de ajuste dólar – al amparo de una conversión
de la recaudación fiscal a moneda extranjera más baja.
EL
MITO DE LAS RESERVAS INTERNACIONALES
Al
31.3 pasado (un dato que ya ha quedado fuertemente desnaturalizado)
las Reservas del BCRA sumaban 61.700 MD (Millones de Dólares, con
redondeo) pero dichas reservas no son propias del Banco sino
prestadas, porque en el Pasivo el stock de Lebac – cuyos fondos son
los que se utilizaron para comprar esas reservas – totalizaba el
equivalente a 68.700 MD (1.4 B$-Billones de Pesos) . Y a ello hay que
agregarle 12.600 MD de encajes en moneda extranjera y 10.700 MD de
Otros Pasivos (fundamentalmente, el swap con China que se arrastra
desde la gestión Kirchner).
De
modo que el BCRA, en la práctica, no tiene Reservas Propias debido a
que sus deudas en moneda extranjera son muy superiores al stock de
las Reservas Brutas o teóricas del Banco: 61.700 MD de Reservas
Brutas contra 92.000 MD de Pasivos financieros directos (12.600 MD de
Depósitos en Moneda Extranjera + 10.700 MD de Otros Pasivos + 68.700
MD del Stock de Lebac). O sea, un saldo negativo de 30.300 MD.
Con
el agravante que la casi totalidad de estos pasivos son de corto y/o
cortísimo plazo, de manera que las reservas internacionales pueden
ir desapareciendo rápidamente en caso de un retiro abrupto de estos
capitales financieros que sostienen el stock de tales reservas (como
ha quedado demostrado con lo ocurrido en los últimos días).
Con
el agregado que cabría considerar además el monto de los Pases
Pasivos del BCRA, que a la misma fecha sumaban 288.900 M$ (= 14.300
MD) y que no correspondería netear con los Pases Activos del Banco
(por 244.000 M$ = 12.100 MD) porque estos últimos están
garantizados por Lebac, que son pasivos del BCRA (!).
A
la fecha de cerrar este artículo las Reservas del BCRA se han
reducido a 56.600 MD, que corresponden – con algunas diferencias
varias en más o en menos – a la venta de más de 5.300 MD en el
mes de Abril, las que – en su mayoría – se produjeron durante la
última semana.
LA
EXTORSIÓN FINANCIERA
Todos
los meses – a mediados de mes – el BCRA licita la renovación de
casi la mitad de su stock de Lebac (de las que su mayoría son
títulos de deuda a 28 días) y lo hace por sumas extraordinarias: el
17.4 le vencieron 586.600 M$ (de los que renovó 512.500 M$) y el
próximo vencimiento es el 16.5 y sería por más de 650.000 M$. A
esto se agregan los vencimientos de Leliq – que son Lebac a 7 días
– y Pases Pasivos, que son también aligaciones a sólo 7 días.
Las
Lebac se refinancian con curva de intereses invertida, esto es, bajo
el régimen anormal de que los plazos más cortos pagan tasas de
interés más altas que los vencimientos más largos, de modo que el
estrechamiento de los tiempos resulta cada vez más caro y deja menor
margen de maniobra al BCRA para negociar con el oligopolio de la
decena de bancos prestamistas que todos los meses juegan contra el
Banco la carta extorsiva de “pasar por la Caja a cobrar las letras”
(cosa imposible para el BCRA) o “pasar por el Escritorio” a
renovarlas (con la condición de que se les pague mejores tasas).
Caso
contrario, esos capitales especulativos – canalizados a través de
los Bancos – retiran los fondos de las Lebac que vencen (como lo
están haciendo en la actualidad) y pasan esos capitales al dólar,
disminuyendo las reservas internacionales del BCRA y presionando
sobre el tipo de cambio.
El
mecanismo de las Lebac ligadas al mercado cambiario - una forma de
comprar Reservas con Deuda - es un método que ya había comenzado a
funcionar en gran escala bajo la administración Kirchner pero que la
de Macri multiplicó 3.5 veces (1.4 B$ contra unos 400.000
M$-Millones de Pesos a Diciembre de 2015), llevándolo a un nivel
inmanejable.
Y
con una masa de Pases Pasivos hoy por 265.700 M$, que se agregan al
saldo de las letras emitidas por el BCRA.
El
esquema descansa así en un arbitraje extorsivo permanente y de cada
vez menores plazos. Una encerrona financiera cuasi-fiscal tanto o más
grave que la del Tesoro Nacional; y bajo el mismo esquema de fondo de
toma y refinanciación perpetua de deudas sin capacidad de repago.
Que en realidad es una extorsión consentida dada la alianza
institucional entre el gobierno Macri y los grandes grupos
especulativo-financieros, de la que depende la supervivencia de su
administración.
LA
CRISIS DE ABRIL
La
prensa está hoy abarrotada de noticias acerca de la crisis de Deuda
que afronta el BCRA pero dentro de esta crisis se soslaya resaltar
algunos “detalles” de importancia:
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Que esta movida financiera por pasaje de Lebac en Pesos a Dólares es un problema generado desde el Mercado Mayorista – de grandes operadores especulativo-financieros – y no del chiquitaje de compras minoristas por expectativas que la sucede; y que este proceso estuvo liderado por la Banca JP Morgan (en la que trabajaron el actual Ministro de Finanzas Luis Caputo, el ex Ministro de Economía Alfonso Prat Gay y varios de sus principales colaboradores).
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Que este proceso de salida de capitales especulativos en gran escala – un mecanismo vulnerable al que nuestro país está deliberadamente expuesto por la libertad total de movimientos de entrada y salida de capitales establecida por el gobierno Macri – es parte del sistema de re-endeudamiento perpetuo y en gran escala en que se inserta todo el Estado Argentino.
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Que la presión extorsiva de los capitales financieros que han desarmado sus posiciones en Lebac para pasarse al dólar ha sido realizada para forzar un nuevo aumento de las Tasas de Interés de estas letras – con miras a la próxima licitación de Mayo – que no sólo elevan la rentabilidad de los acreedores sino que, a la vez, les compensan con creces la aplicación del nuevo Impuesto a la Renta Financiera sobre los no residentes (los inversores extranjeros que lucran con el carry trade o bicicleta financiera por arbitraje entre tipo de cambio y tasas de interés), que entra a regir desde el 1.5.
Tal
el nivel de servidumbre financiera incondicional en que la
administración Macri ha colocado a la Argentina.
Con
el agravante que el aumento de las tasas de interés de las Lebac –
llevadas ahora al 30.25 % anual – con la paralela elevación de la
tasa de referencia del BCRA, que encarece aún más todas las tasas
del mercado (incluyendo las de crédito a Empresas –
particularmente PYMEs – y préstamos hipotecarios indexados por UVA
y/o CER) va a repercutir negativamente en la actividad económica y,
por consiguiente, en los niveles de producción y empleo.
Las
noticias y comentarios provenientes de Wall Street, en cambio, están
saludando la nueva elevación de tasas que acaba de anunciar el
presidente del BCRA, Sturzenegger, hablando de que esta medida repara
el supuesto pecado original de haber aumentado las Metas de Inflación
el 28.12 pasado (del 10 al 15 % anual para 2018), de estar utilizando
no sólo el tipo de cambio sino también la tasa de interés para el
supuesto combate contra la Inflación y, fundamentalmente, elogiando
la aparente independencia del BCRA para actuar en forma autónoma del
Gobierno.
Es
el subproducto inexorable de la política financiera estructural de
Gobernar con Deuda, restaurada hoy por la administración Macri como
remedo de las dos grandes olas de macro-endeudamiento público de los
últimos 40 años – la del Proceso Militar y la de la década de la
Convertibilidad menemista – y de la que la actual o tercera oleada
muestra ya las negativas consecuencias cuantitativas y cualitativas
que padece la Argentina en función del Sistema de la Deuda Perpetua.
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