14 de diciembre de 2011

Los banqueros, los dictadores de Occidente

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"...Goldman Sachs y el Banco Real de Escocia son los Mubarak y Ben Alí de Estados Unidos y Gran Bretaña, que devoraron la riqueza de los pueblos mediante tramposas recompensas y bonos para sus jefes sin escrúpulos a una dimensión infinitamente más rapaz que la pudieron imaginar los codiciosos dictadores árabes..."


Por Robert Fisk

Debido a que debo escribir desde la región que produce más frases hechas por metro cuadrado que cualquier otro "tema", quizá debería hacer una pausa antes de lamentarme por toda la basura y estupideces que he leído sobre la crisis financiera mundial. Pero voy a abrir fuego. Opino que los reportes sobre el colapso han caído más bajo que nunca, al grado de que ni la información de Medio Oriente se difunde con la clara obediencia que se rinde a las mismas instituciones y a los "expertos" de Harvard que colaboraron para crear este desastre criminal mundial.

Iniciemos con la llamada "primavera árabe", que es en sí una grotesca distorsión verbal de lo que en realidad es un despertar árabe-musulmán que está sacudiendo a Medio Oriente; y los sucios paralelismos que se establecen entre estos movimientos y las protestas sociales en las capitales occidentales. Se nos ha engañado con los reportes de los pobres y los que no tienen que "han tomado una página" del libro de la "primavera árabe", sobre la forma en que fueron derrocados los regímenes de Egipto, Túnez y, hasta cierto punto, Libia, y de cómo esto "inspiró" a estadunidenses, canadienses, británicos, españoles y griegos a manifestarse masivamente. Pero todo esto es absurdo.

La verdadera comparación ha sido inventada por los periodistas occidentales, siempre ansiosos por exaltar las rebeliones contra los dictadores árabes mientras ignoran las protestas contra los gobiernos "democráticos" de Occidente. Siempre desesperados por sacar de contexto las manifestaciones para sugerir que simplemente se deben a una moda originada en el mundo árabe. La verdad es algo distinta.


Lo que llevó a decenas de miles de árabes a las calles, y que después se volvieron millones en las capitales de Medio Oriente, fue la demanda de dignidad y la negativa a aceptar a las dictaduras de familias locales que son, de hecho, dueñas de estos países. Los Mubarak, los Ben Alí, los Kadafi, los reyes y emires del golfo y Jordania, y los Assad, todos ellos creían tener derecho de propiedad sobre naciones enteras. Egipto pertenecía a Mubarak Inc., Túnez a Bel Alí Inc. (y a la familia Traboulsi), Libia a Kadafi Inc. Los mártires de las dictaduras murieron para constatar que sus países pertenecían a los pueblos.


Este es el verdadero paralelismo con Occidente. Ciertamente los movimientos de protesta son contra las grandes corporaciones, en una causa perfectamente justificada, y contra los gobiernos. Lo que han descubierto los manifestantes, de manera algo tardía, es que durante décadas han sido engañados por democracias fraudulentas, que votan abnegadamente por partidos políticos que, después de triunfar en las urnas, entregan el mandato democrático y el poder popular a bancos, comerciantes y agencias calificadoras, todas ellas respaldadas por un coto de negligentes y deshonestos "expertos" de las más costosas universidades estadunidenses y think-tanks, que mantienen la ficción de que existe una crisis globalizada, en vez de una treta masiva contra los electores.

Los bancos y agencias calificadoras se han vuelto los dictadores de Occidente. Igual que los Mubarak y los Ben Alí, los bancos creyeron –y siguen creyendo– que son dueños de sus países. Las elecciones que les han dado poder, gracias a la cobardía y complicidad de los gobiernos, se vuelven tan falsas como los comicios en los que los árabes eran obligados a participar, década tras década, para ungir como gobernantes a los propietarios de sus países.

Goldman Sachs y el Banco Real de Escocia son los Mubarak y Ben Alí de Estados Unidos y Gran Bretaña, que devoraron la riqueza de los pueblos mediante tramposas recompensas y bonos para sus jefes sin escrúpulos a una dimensión infinitamente más rapaz que la pudieron imaginar los codiciosos dictadores árabes.-

No fue necesario, aunque me fue útil, ver el programa Inside Job de Charles Ferguson transmitido esta semana por la BBC para demostrarme que las agencias calificadoras y los bancos estadunidenses son intercambiables, que el personal de ambas instituciones se mueve sin trámites entre las agencias, los bancos y el gobierno de Estados Unidos. Los mismos muchachos calificadores (casi siempre varones, claro) que calificaron con triple A préstamos devaluados y sus derivados en Estados Unidos ahora atacan a zarpazos a los pueblos de Europa –mediante su venenosa influencia en los mercados– y los amenazan con disminuir o retirar las mismas calificaciones a naciones europeas, que alguna vez otorgaron a criminales, antes del colapso financiero estadunidense.

Siempre he creído que los argumentos mesurados tienden a ganar las discusiones. Pero perdónenme, ¿quiénes son estas criaturas cuyas agencias calificadoras ahora espantan más a Francia de lo que Rommel lo hizo en 1940?

¿Por qué no me lo dicen mis colegas periodistas en Wall Street? ¿Por qué la BBC, CNN y –ay, Dios– hasta Al Jazeera, tratan a estas comunidades criminales como incuestionables instituciones de poder? ¿Por qué nadie investiga, como ha comenzado a hacerlo Inside Job, estos escandalosos tratos sucios? Todo esto me recuerda la manera igualmente cobarde en que los reporteros estadunidenses cubren Medio Oriente, la forma tenebrosa en que siempre evitan hacer críticas directas a Israel, siempre bajo el poder de un ejército de cabildos pro Likud que explican a los televidentes que la "labor de paz" de Estados Unidos en el conflicto israelí-palestino merece nuestra confianza; y por qué los buenos son los "moderados" y los malos son los "terroristas".

Al menos los árabes han empezado a ignorar estas tonterías. Pero cuando los que protestan contra Wall Street hagan lo mismo, se convertirán en "anarquistas", "terroristas" sociales en las calles de Estados Unidos que exigen que los Bernanke y Gethner enfrenten un juicio como al que se ha sometido a Hosni Mubarak. Nosotros, en Occidente, hemos creado a nuestros propios dictadores, pero a diferencia de los árabes los volvimos intocables.

El primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, informó solemnemente a sus compatriotas esta semana que ellos no son responsables de la crisis en la que se encuentran. Ellos ya lo sabían, desde luego. ¿Por qué no les dijo de quién es la culpa? ¿No va siendo hora de que él y los otros primeros ministros europeos nos lo digan, y también de que los reporteros nos lo informen?

© The Independent
Traducción: Gabriela Fonseca
La Jornada, México - 11-12-2012
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11 de diciembre de 2011

El "gobierno secreto" ...

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En Estados Unidos, una poderosa oligarquía que manipula desde la sombra la esencia misma del Estado, disponiendo a su antojo de la riqueza financiera del país sin que ninguna institución del Estado sea capaz de someterla.

Utilizando la plancha de billetes indiscriminadamente y creando riqueza de nada, esta elite sin escrúpulos ha arruinado la economía del país y ha creado la más grande burbuja especulativa de la historia, aquella del dólar...


Mediante una solicitud según la ley de libertad de información, el público tiene ahora acceso a más de 29.000 páginas de documentos de la Reserva Federal (Fed) y a 21.000 transacciones adicionales de la Fed que se ocultaron deliberadamente.

Estos documentos muestran que altos funcionarios del gobierno ocultaron intencionalmente al Congreso y al público la verdadera dimensión de los rescates de 2008-2009 que enriquecieron a unos pocos y favorecieron los intereses de gigantescas firmas de Wall Street...

Nota completa: >>>
Seis sorprendentes revelaciones sobre el gobierno de Wall Street
en www.voltairenet.org/es
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5 de diciembre de 2011

Negocio redondo

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"... a pesar de que en el Banco Central Europeo están representados todos los bancos centrales de los países europeos, no presta de forma directa dinero a sus gobiernos en aprietos. Tiene prohibido hacerlo, pero sí puede prestar dinero, a un interés del 1,25%, a los bancos privados de esos países.

Lo más patético es que esos mismos bancos que reciben préstamos baratos acuden luego a los mercados financieros para participar en las subastas de bonos de la deuda pública de sus propios países si quieren. Y allí compran esos bonos por los cuales un país como Italia paga ahora hasta un 8%, y España un 6%. De esta manera, los bancos reciben con una mano dinero del BCE prestado a un 1,25% y con la otra mano compran bonos por los que le van a dar un 8% ..."


Nota completa: Europa pide ayuda al FMI
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29 de noviembre de 2011

Goldman Sachs se apodera de los gobiernos de Europa para salvarse

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"...A consecuencia de la aparatosa quiebra de MF Global, la octava mayor en la historia de EU y que había apostado a la recuperación de los bonos italianos, el economista Nouriel Roubinialertó sobre una catástrofe de GS (Russia Today, 8/11/11) y su efecto dominó en Wall Street, al unísono de la erosión de la eurozona. Ahora se entiende la desesperación de GS en defenestrar a los gobernantes democráticos de Grecia e Italia e instalar tecnócratas fiscalistas en el poder con el fin de rescatar sus gigantescos créditos bancarios..."

Nota completa en:

http://www.jornada.unam.mx
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22 de noviembre de 2011

La dictadura de los banqueros

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"... Lo que comenzó como una crisis monetaria, se transformó en una crisis política, que acaba de provocar dos golpes de Estado. Georges Papandreu en Grecia y Silvio Berlusconi en Italia no han dimitido debido a derrotas electorales, ni siquiera al voto de censura de sus respectivos parlamentos, sino que ambos líderes políticos, eslabones débiles de la cadena de jefes de gobierno de la zona euro, cayeron derrocados por los mercados, es decir, los banqueros y sus diversos instrumentos: los fondos de inversión y las calificadoras de riesgo...


En menos de una semana tres tecnócratas acaban de encarnar y de prestar su rostro a los golpes de Estado de los mercados, confirmando la tesis del filósofo esloveno Slavoj Zizek de que terminó el matrimonio del capitalismo y la democracia..."

Ver >>> Walter Goobar-La dictadura de los banqueros
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14 de noviembre de 2011

Tecnócratas al gobierno, Goldman Sachs al poder

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Mario Draghi.
Master de economía del Massachussetts Institute of Technology (MIT). Responsable de las privatizaciones efectuadas en Italia entre 1993 y 2001. Gobernador del Banco de Italia en 2006. De 2002 a 2006 fue vicepresidente para Eruopa de Goldman Sachs, el turbio banco de negocios norteamericano. Acaba de ser nombrado presidente del Banco Central Europeo (BCE).

Lukas Papadimos.
También tiene un master del MIT. Fue profesor de la Universidad de Columbia en Estados Unidos antes de ser nombrado consejero económico de la Reserva Federal en Boston. De 1994 a 2002 fue gobernador del Banco de Grecia, ocupando dicho puesto cuando Grecia fue admitida en el euro gracias a cuentas falsificadas con la ayuda de Goldman Sachs. Más adelante fue vicepresidente del Banco Central Europeo.
Acaba de ser nombrado, bajo presión de la Unión Europa y del G20, primer ministro de Grecia.

Mario Monti.
Es licenciado por la Universidad de Yale. Efectuó estudios sobre el comportamiento de los bancos en sistema monopolístico, y más adelante, entre 1994 y 2004, fue durante diez años comisario europeo. Miembro de la Trilateral y del grupo de Bilderberg, en 2005 fue nombrado consejero internacional de Goldman Sachs. Acaba de ser nombrado senador vitalicio, y, por presión de la Unión Europea del G20, presidente del consejo de ministros italiano.

Ver:
Para "resolver" la Crisis...
Los bancos y los políticos nombran bomberos a los pirómanos
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9 de septiembre de 2011

Una elite secreta de 9 banqueros domina las finanzas globales

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según NYT



Alfredo Jalife-Rahme

Me referiré a un añejo tema de casi 13 años que se remonta a la candidatura de Bill Clinton, quien operó un acuerdo secreto con las manos invisibles ya muy vistas de la plutocracia oligárquico-oligopólica de los banqueros de Wall Street (Nicholas D. Kristof y Edward Wyatt, NYT 15, 16, 17 y 18/2/99)

Queda expuesto el secuestro tanto de la democracia como de la actividad de la política y la economía subyugadas por las fuerzas del inexistente mercado financiero, manipuladas por un puñado de banqueros, quienes maniobran en la opacidad absoluta.

Que conste que nos encontramos a inicios del siglo XXI.

Exhumamos (Bajo la Lupa, 31/8/11) un inquietante artículo de Louise Story en The New York Times (NYT, 11/12/10) quien revela que cada tercer miércoles del mes, nueve miembros de la elite de la sociedad de Wall Street se reúnen en Manhattan con el fin de proteger los intereses de los grandes bancos en el vasto mercado de los derivados financieros, uno de los más redituables y controvertidos campos de las finanzas.

Los ocultos nueve banqueros conforman un poderoso (sic) comité que ayuda (sic) a vigilar las transacciones de los derivados, instrumentos que, como los seguros, son usados para cubrir los riesgos en un gran negocio de multibillones.

En realidad, ya rebasaron el millar de billones, en una equivalencia de varias veces el PIB global y cuyo monto se desconoce debido a su desregulación (carece de vigilancia tanto gubernamental como ciudadana) y su contabilidad invisible (off balance sheet) en los paraísos fiscales (off shore). - - - Los derivados financieros hipertóxicos (armas financieras de destrucción masiva, Warren Buffet dixit) constituyen un incurable cáncer financierista, cuyas metástasis han alcanzado todos los rincones del planeta donde opera la desregulada globalización, que antes de extinguirse cobrará muchas víctimas.

Las víctimas, es decir, los ciudadanos del planeta, se encuentran impotentes para lidiar con tal incurable cáncer financierista, debido a que desconocen su identidad, cuando ni la clase política, patéticamente más ignara que nunca, entiende su dinámica.

Louise Story se extravía en nimiedades (en los excesivos costos) y se enfoca al rechazo de parte de los nueve banqueros al ingreso de otros marginados de su meganegocio, como sucede con el discriminado Bank of New York (fundado por Alexander Hamilton en 1784), que maneja 23 billones de dólares de dinero institucional. ¿Los ocultos nueve banqueros practican el racismo y/o la discriminación financiera?

Anjay Kannambadi, ejecutivo del Bank of New York, fustiga que la razón por la cual discriminan a su banco de ingresar es para preservar sus ganancias, además de que fueron quienes ayudaron a redactar las reglas del ingreso de las membresías.

Si equiparamos la especulación de los derivados financieros con el futbol asociado, sería algo así: son dueños de la cancha, del balón y los dos equipos que juegan –después de haber impuesto al jefe de la policía, al presidente municipal de la ciudad sede, al gobernador del estado y al presidente de la república– son también propietarios de la transmisión exclusiva del partido por sus mendaces multimedia ologopólicos (que también controlan), imponen las reglas del juego y están conectados a un casino donde apuestan al resultado que también conocen, como acaba de suceder con el megaespeculador George Soros quien fue avisado por alguien (¿por su correligionario Ben Shalom Bernanke?) de la degradación de la deuda soberana de Estados Unidos por la descalificada calificadora S&P y descolgó cómodamente una ganancia descomunal de 10 mil millones de dólares (según The Daily Mail).

Esto no lo puede decir Louise Story, quien defiende a un grupo de banqueros locales neoyorquinos marginados de las grandes ganancias por los otros nueve banqueros cuya identidad ha sido soplada por alguien: JP Morgan Chase, Goldman Sachs, Morgan Stanley, Deutsche Bank (del que es asesor el locuaz Alan Greenspan), UBS (que apuesta contra los interese de Pemex a través de su empleado, el hijo de un ex director de la paraestatal que funge ahora como director de la depredadora Schlumberger); la británica Barclays; Credit Suisse; Bank of America; y Citigroup (accionista de la calificadora Moody’s).

Lo mejor del jueguito financierista: se desconoce la identidad del árbitro, cuando el mismo juego es virtual. Lo único real son las supuestas ganancias de los bancos y, sobre todo, sus pérdidas, que endosan a los impotentes ciudadanos, que ni vieron ni entienden el partido.

A juicio de Louise Story resulta que nadie (¡extra súper sic!) de los reguladores gubernamentales entiende (sic) completamente el tamaño y la interconexión del mercado de los derivados financieros, en especial los Credit Default Swaps (CDS), que aseguran (sic) contra las quiebras de empresas o bonos hipotecarios.

Los ominosos CDS –que se calcula andan entre 30 y 70 billones de dólares (¡el equivalente del PIB global!), dependiendo quién imagine su monto– apuestan a la quiebra de los países (literal) y hoy tienen en agonía –como dicen– a los PIIGS (por sus siglas en inglés: Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España).

Todavía está por develarse la lúgubre historia en el noveno círculo dantesco de los avernos entre la aseguradora AIG y sus contratos, mediante CDS, con los nueve banqueros de la elite secreta de Wall Street.

La crisis de 2088 llevó a la creación de tres cámaras de compensación (clearinghouse), de quien nadie conoce la identidad de sus comités de riesgo, pero que controlan los nueve banqueros de la elite secreta. ¡Viva la transparencia!

Se recuerda que los bancos insolventes (técnicamente quebrados) fueron rescatados con el dinero público de los ciudadanos, quienes ni siquiera tienen derecho a conocer la identidad de sus rescatados. Ahora los miserables estadunidenses viven el síndrome Fobaproa/IPAB, que ya padecimos con “el itamita México neoliberal”, con el mismo cártel bancario trasnacional (cuya bisagra aquí es Joseph Marie-Cordoba y su aliado Guillermo Ortiz Martínez, hoy mandamás del Banco Internacional de Pagos; Zedillo era un simple ejecutivo).

Resulta que la misma gente detenta posiciones influyentes (sic) en otras cámaras de compensación o en sus comités en la poderosa (sic) Asociación Internacional de Swaps y Derivados que ayudan a gobernar (sic) el mercado.

Louise Story comenta que quizá (sic) ningún negocio en las finanzas sea tan redituable como los derivados y cuyo monto preciso (sic) se ignora: su carácter secreto (¡súper sic!) constituye el factor principal que permite a los nueve banqueros obtener tales colosales ganancias.

La primera auditoría en la historia de la Reserva Federal acaba de revelar 16 billones de dólares (nota: el equivalente del PIB de Estados Unidos) de rescates secretos (¡súper sic!), teledirigidos a los correligionarios de Ben Shalom Bernanke, que incluye al secreto club selecto de nueve banqueros (IPS, 29/9/11).

¿Cómo vamos a contrarrestar los ciudadanos del mundo a esta nihilista bancocracia secreta?

La luz pública es el mejor antídoto para domar a la bancocracia secreta que florece y prospera en los caños y desagües donde predomina la fétida oscuridad.

Fuente: La Jornada - México - 7/9/2011
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