29 de abril de 2018

¿DÓLAR O INFLACIÓN?




CRISIS DE DEUDA, DÓLAR Y TASA DE INTERÉS

Por Héctor GIULIANO (28.4.2018)

Para entender lo que está pasando hoy en la Argentina en materia financiera es indispensable comprender tres cosas centrales:

  1. Que el Sistema de la Deuda Pública Impagable no abarca sólo la Deuda del Estado Central – y la Deuda total Nacional, que se mantiene en secreto – sino también la Deuda Cuasi-Fiscal del Banco Central (BCRA), que interactúa en tándem con la del Tesoro, como dos caras de una misma moneda.
  2. Que el principal problema del gobierno Macri – en el marco de su política institucional de Gobernar con Deuda – no es la lucha contra la Inflación sino optimizar el negocio del Capital Financiero por arbitraje entre Tipo de Cambio y Tasas de Interés en la Argentina.
  3. Que la administración Macri – a través de la Política Monetaria, Cambiaria y Bancaria del BCRA – no busca defender el valor del Peso sino el valor del Dólar. Esto último es particularmente importante porque el Estado recauda en pesos pero la mayoría de la Deuda Pública – el 70 % - y sus intereses (que es lo único que se paga) están en moneda extranjera, de modo que el tipo de cambio estable y retrasado con respecto a la Inflación le permite la conversión de pesos a más cantidad de dólares para poder pagar la mayor parte de los servicios de Intereses de la Deuda (que ni siquiera son todos porque un tercio de los mismos se capitaliza por anatocismo). Vamos a detenernos un momento en este punto clave de la explicación.


TASAS DE INTERÉS: ¿DÓLAR O INFLACIÓN?

El BCRA no mantiene altas las tasas de interés para luchar – como objetivo primario - contra la Inflación sino para contener el aumento del Dólar. Sólo en un segundo momento, si los aumentos de la divisa se agravan, surge el problema del traslado de la devaluación a precios (pass through), pero esto como derivado de lo anterior y no como causa.

Al gobierno Macri no le preocupa realmente reducir la Inflación porque gracias a la misma está cobrando cada vez más por el Impuesto Inflacionario y, a la vez, está bajando los ingresos reales de los asalariados, jubilados y gastos por asistencia social, de modo de abaratar gran parte del llamado Costo Argentino.
En cambio, sí mantiene elevadas las tasas de interés como forma indirecta de regular el precio del dólar.

No es cierto que exista realmente una política de Tipo de Cambio Flotante porque el gobierno regula el precio de la divisa a través de la tasa de interés que paga el BCRA por las Lebac y otros títulos de corto plazo, cuyo objeto es atraer y retener capitales especulativos que, caso contrario, irían a la compra de dólares y aumentarían así su cotización.

El BCRA, en realidad, siempre interviene en el Mercado de Cambios porque lo hace directamente – vendiendo o comprando divisas – pero también en forma indirecta: subiendo o bajando la tasa de interés de referencia.

La esencia de la Política Financiera de la administración macrista – a través del BCRA – es promover y sostener la rentabilidad récord del Sector Financiero-Bancario en la Argentina: una Política que ya había comenzado bajo la administración Kirchner y que ha constituido una constante en la Historia Financiera Argentina ligada al Endeudamiento Público; lo que ha hecho que el Sector Financiero-Bancario sea tradicionalmente el de mayores niveles de utilidades del país.

La clave de esta política oficial reside en mantener un tipo de cambio estable y retrasado con respecto a la Inflación, de modo que los capitales especulativos optimicen sus ganancias por arbitraje entre dólar relativamente fijo y altas tasas de interés locales que son un múltiplo de las tasas internacionales y posibilitan así que estos capitales golondrina obtengan en nuestro país rentabilidades altísimas en comparación con el resto del Mundo.

Y en ello radica la explicación de la alianza entre los grupos financieros que sostienen al gobierno Macri y la condición de país deuda-dependiente de la Argentina, porque si a este gobierno se le cortase el flujo de endeudamiento perdería en forma inmediata su estabilidad financiera y política.

Por eso es que para entender lo que está ocurriendo actualmente en nuestro país hay que comprender que el BCRA no eleva las tasas de interés para combatir la Inflación sino para contener y sostener el precio del Dólar, que es la principal garantía a los acreedores de que el gobierno podrá seguir suscribiendo más Deuda - dolarizada y/o con cláusula de ajuste dólar – al amparo de una conversión de la recaudación fiscal a moneda extranjera más baja.

EL MITO DE LAS RESERVAS INTERNACIONALES



Al 31.3 pasado (un dato que ya ha quedado fuertemente desnaturalizado) las Reservas del BCRA sumaban 61.700 MD (Millones de Dólares, con redondeo) pero dichas reservas no son propias del Banco sino prestadas, porque en el Pasivo el stock de Lebac – cuyos fondos son los que se utilizaron para comprar esas reservas – totalizaba el equivalente a 68.700 MD (1.4 B$-Billones de Pesos) . Y a ello hay que agregarle 12.600 MD de encajes en moneda extranjera y 10.700 MD de Otros Pasivos (fundamentalmente, el swap con China que se arrastra desde la gestión Kirchner).

De modo que el BCRA, en la práctica, no tiene Reservas Propias debido a que sus deudas en moneda extranjera son muy superiores al stock de las Reservas Brutas o teóricas del Banco: 61.700 MD de Reservas Brutas contra 92.000 MD de Pasivos financieros directos (12.600 MD de Depósitos en Moneda Extranjera + 10.700 MD de Otros Pasivos + 68.700 MD del Stock de Lebac). O sea, un saldo negativo de 30.300 MD.

Con el agravante que la casi totalidad de estos pasivos son de corto y/o cortísimo plazo, de manera que las reservas internacionales pueden ir desapareciendo rápidamente en caso de un retiro abrupto de estos capitales financieros que sostienen el stock de tales reservas (como ha quedado demostrado con lo ocurrido en los últimos días).

Con el agregado que cabría considerar además el monto de los Pases Pasivos del BCRA, que a la misma fecha sumaban 288.900 M$ (= 14.300 MD) y que no correspondería netear con los Pases Activos del Banco (por 244.000 M$ = 12.100 MD) porque estos últimos están garantizados por Lebac, que son pasivos del BCRA (!).

A la fecha de cerrar este artículo las Reservas del BCRA se han reducido a 56.600 MD, que corresponden – con algunas diferencias varias en más o en menos – a la venta de más de 5.300 MD en el mes de Abril, las que – en su mayoría – se produjeron durante la última semana.

LA EXTORSIÓN FINANCIERA

Todos los meses – a mediados de mes – el BCRA licita la renovación de casi la mitad de su stock de Lebac (de las que su mayoría son títulos de deuda a 28 días) y lo hace por sumas extraordinarias: el 17.4 le vencieron 586.600 M$ (de los que renovó 512.500 M$) y el próximo vencimiento es el 16.5 y sería por más de 650.000 M$. A esto se agregan los vencimientos de Leliq – que son Lebac a 7 días – y Pases Pasivos, que son también aligaciones a sólo 7 días.

Las Lebac se refinancian con curva de intereses invertida, esto es, bajo el régimen anormal de que los plazos más cortos pagan tasas de interés más altas que los vencimientos más largos, de modo que el estrechamiento de los tiempos resulta cada vez más caro y deja menor margen de maniobra al BCRA para negociar con el oligopolio de la decena de bancos prestamistas que todos los meses juegan contra el Banco la carta extorsiva de “pasar por la Caja a cobrar las letras” (cosa imposible para el BCRA) o “pasar por el Escritorio” a renovarlas (con la condición de que se les pague mejores tasas).

Caso contrario, esos capitales especulativos – canalizados a través de los Bancos – retiran los fondos de las Lebac que vencen (como lo están haciendo en la actualidad) y pasan esos capitales al dólar, disminuyendo las reservas internacionales del BCRA y presionando sobre el tipo de cambio.

El mecanismo de las Lebac ligadas al mercado cambiario - una forma de comprar Reservas con Deuda - es un método que ya había comenzado a funcionar en gran escala bajo la administración Kirchner pero que la de Macri multiplicó 3.5 veces (1.4 B$ contra unos 400.000 M$-Millones de Pesos a Diciembre de 2015), llevándolo a un nivel inmanejable.

Y con una masa de Pases Pasivos hoy por 265.700 M$, que se agregan al saldo de las letras emitidas por el BCRA.

El esquema descansa así en un arbitraje extorsivo permanente y de cada vez menores plazos. Una encerrona financiera cuasi-fiscal tanto o más grave que la del Tesoro Nacional; y bajo el mismo esquema de fondo de toma y refinanciación perpetua de deudas sin capacidad de repago. Que en realidad es una extorsión consentida dada la alianza institucional entre el gobierno Macri y los grandes grupos especulativo-financieros, de la que depende la supervivencia de su administración.

LA CRISIS DE ABRIL

La prensa está hoy abarrotada de noticias acerca de la crisis de Deuda que afronta el BCRA pero dentro de esta crisis se soslaya resaltar algunos “detalles” de importancia:

  1. Que esta movida financiera por pasaje de Lebac en Pesos a Dólares es un problema generado desde el Mercado Mayorista – de grandes operadores especulativo-financieros – y no del chiquitaje de compras minoristas por expectativas que la sucede; y que este proceso estuvo liderado por la Banca JP Morgan (en la que trabajaron el actual Ministro de Finanzas Luis Caputo, el ex Ministro de Economía Alfonso Prat Gay y varios de sus principales colaboradores).
  2. Que este proceso de salida de capitales especulativos en gran escala – un mecanismo vulnerable al que nuestro país está deliberadamente expuesto por la libertad total de movimientos de entrada y salida de capitales establecida por el gobierno Macri – es parte del sistema de re-endeudamiento perpetuo y en gran escala en que se inserta todo el Estado Argentino.
  3. Que la presión extorsiva de los capitales financieros que han desarmado sus posiciones en Lebac para pasarse al dólar ha sido realizada para forzar un nuevo aumento de las Tasas de Interés de estas letras – con miras a la próxima licitación de Mayo – que no sólo elevan la rentabilidad de los acreedores sino que, a la vez, les compensan con creces la aplicación del nuevo Impuesto a la Renta Financiera sobre los no residentes (los inversores extranjeros que lucran con el carry trade o bicicleta financiera por arbitraje entre tipo de cambio y tasas de interés), que entra a regir desde el 1.5.


Tal el nivel de servidumbre financiera incondicional en que la administración Macri ha colocado a la Argentina.

Con el agravante que el aumento de las tasas de interés de las Lebac – llevadas ahora al 30.25 % anual – con la paralela elevación de la tasa de referencia del BCRA, que encarece aún más todas las tasas del mercado (incluyendo las de crédito a Empresas – particularmente PYMEs – y préstamos hipotecarios indexados por UVA y/o CER) va a repercutir negativamente en la actividad económica y, por consiguiente, en los niveles de producción y empleo.

Las noticias y comentarios provenientes de Wall Street, en cambio, están saludando la nueva elevación de tasas que acaba de anunciar el presidente del BCRA, Sturzenegger, hablando de que esta medida repara el supuesto pecado original de haber aumentado las Metas de Inflación el 28.12 pasado (del 10 al 15 % anual para 2018), de estar utilizando no sólo el tipo de cambio sino también la tasa de interés para el supuesto combate contra la Inflación y, fundamentalmente, elogiando la aparente independencia del BCRA para actuar en forma autónoma del Gobierno.

Es el subproducto inexorable de la política financiera estructural de Gobernar con Deuda, restaurada hoy por la administración Macri como remedo de las dos grandes olas de macro-endeudamiento público de los últimos 40 años – la del Proceso Militar y la de la década de la Convertibilidad menemista – y de la que la actual o tercera oleada muestra ya las negativas consecuencias cuantitativas y cualitativas que padece la Argentina en función del Sistema de la Deuda Perpetua.

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7 de marzo de 2018

HIPER-ENDEUDAMIENTO MACRI



"Las condiciones de cada nueva operación de Deuda – a contrario sensu de lo que el gobierno dice – no alivian sino empeoran las condiciones del endeudamiento del Estado: cada vez es mayor el monto de la Deuda impagable que se asume, cada vez es mayor el efecto acumulativo de tales obligaciones, cada vez es mayor el condicionamiento que acompaña a las mismas, cada vez es mayor la cuenta a pagar por los intereses, etc."
cuando la deuda eterna no es un juego




LIC. HÉCTOR L. GIULIANO
3 MARZO, 2018



Siempre se habla de los peligros y los daños de la Hiper-Inflación pero nunca se habla del daño financiero irreversible del Hiper-Endeudamiento Público, que es tanto o más nefasto que el de la Inflación y que incluso la provoca

Si la Hiper-Inflación es emisión monetaria descontrolada – esto es, un crecimiento anormal de la masa de dinero que imprime el Estado –  el Hiper-Endeudamiento es la emisión descontrolada de la masa impagable de obligaciones por deudas del Estado.

El Dr. Raúl Cuello decía sentenciosamente que Crisis es Aceleración: el síntoma clave de todas  las crisis – en cualquiera de los campos que se aplique – siempre tiene una característica común, que es la precipitación de los acontecimientos.

La Deuda Pública Argentina hoy – bajo la administración Macri – vuelve nuevamente al camino de una Crisis de Deuda, una crisis cuya magnitud y gravedad crece en forma incontrolada por falta de liquidez y solvencia fiscal para poder hacer frente a los mayúsculos compromisos que se siguen asumiendo en el marco de una política totalmente irresponsable de toma de deuda en gran escala sin capacidad de repago.

Tres indicadores clave sirven para ilustrar estas afirmaciones:

a)     Vencimientos de Capital
El Presupuesto 2018 – Ley 27.431 – prevé para este año la emisión de Deuda Pública por 113.000 MD [1] (≡ 2.2 B$ ó 2.180.700 M$): 66.600 MD por renovación total de los vencimientos de Capital que se producen en el período y 46.400 MD por Nueva Deuda.
Esto significa que el gobierno Macri coloca en promedio 6.000 M$ (310 MD) de Deuda por Día: 250 M$ (≡ 13 MD) por Hora.

Conforme los planes acelerados de emisión de Deuda Pública Externa, el Ministro de Finanzas Caputo anunció ya la colocación de unos 10.000 MD de nuevos bonos internacionales durante el mes de Enero (en función de la Resolución 3-E/2018 y conexas) a 5, 10 y 30 años de plazo y tasas de interés nominales que van entre 4.625 y 6.875 % en dólares, más comisiones, honorarios y gastos; en operaciones a cargo de los bancos Citigroup, Deutsche Bank y HSBC.  

b)     Pago de Intereses
Los Intereses a Pagar por la Deuda Pública son crecientes y lo hacen a un ritmo más que proporcional al aumento de las deudas por Capital.

En 2016 se habrían pagado unos 10.000 MD de Intereses, en 2017 otros 14.000 MD y para el 2018 está previsto pagar 21.000 MD.

Este año el total de intereses a abonar es de 406.500 M$. Estos intereses son el mayor rubro del Gasto Público del Estado (siendo que los vencimientos de Capital no se pagan sino que se refinancian íntegramente, hasta el último centavo, y además se toma nueva deuda).

En promedio, el Estado Central paga así unos 1.100 M$ (≡ 58 MD) por Día: 46 M$ (≡ 2.4 MD) por Hora.

Ante la incapacidad de poder afrontar el pago de la totalidad de estos intereses aproximadamente un tercio de los mismos –  el 30 % - se capitaliza por anatocismo, es decir, se transforma en Capital y devenga nuevos intereses.

c)     Perfil de Vencimientos
Uno de los síntomas clave de la aceleración de una Crisis de Deuda es el acortamiento o concentración del perfil de los vencimientos de Capital o Principal de las deudas del Estado, fundamentalmente bonos.

El gobierno Macri viene estrechando cada vez más los plazos de renovación y/o colocación de nueva Deuda, particularmente a través de su programa creciente de títulos a corto plazo (en promedio, a menos de un año) vía Letes o Letras del Tesoro, que al 30.6.2017 – última información oficial disponible – sumaban más de 40.000 MD, aparte de las deudas vencidas pendientes con los Holdouts (2.800 MD) y otros conceptos.

Este peligroso acortamiento del perfil de vencimientos de la Deuda Pública no sólo multiplica las operaciones de deuda por renovaciones continuas sino también los costos financieros de todo tipo que tales refinanciaciones conllevan, así como los mayores intereses que se pagan en consecuencia.

El rol del Banco Central
Las pocas cifras del Endeudamiento Público que se conocen corresponden al Estado Central y no a la Deuda Pública Nacional, que comprende además Provincias, Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios, Juicios contra el Estado con Sentencias en firme y BCRA.

Este último, en especial, constituye algo así como la otra cara de la moneda de la Deuda del Tesoro, interactúa con la misma y su Deuda es hoy tanto o más grave que la del Gobierno Central.

Al 31.1.2018 el BCRA debe por Lebac, que son letras del Banco a cortísimo plazo - la mayoría a 30 días (además de una gran masa por pases pasivos y nuevas letras Leliq a 7 días) –  la extraordinaria suma de 1.3 B$ (≡ 66.000 MD).
Estas Lebac – que están en el Pasivo - son la contrapartida de las Reservas Internacionales del BCRA (62.000 MD) – que están en el Activo - porque las Reservas son compradas con Deuda (Deuda cuasi-fiscal o propia del BCRA).

Sin contar aquí las deudas por Otros Pasivos (11.100 MD) y por Encajes bancarios en Moneda Extranjera (16.100 MD).

La Deuda por Lebac está colocada a una Tasa de Interés promedio del 27 %, lo que representa el pago anual de unos 350.000 M$ por Intereses, que se pagan aparte de los 406.500 M$ que abona paralelamente el Tesoro por su Deuda del Gobierno.

O sea, que sumando los Intereses a Pagar de la Tesorería y de las Lebac la Argentina está pagando más de 750.000 M$ por Año solamente en concepto de Intereses: esto es, un promedio superior a los 2.000 M$ por Día. Son 86.4 M$ por Hora, 1.44 M$ (un millón y medio de pesos) por Minuto.

Así es como se acelera la crisis de Deuda Argentina y también como se genera el principal Gasto Público de la Argentina – los Intereses de la Deuda - que es el mayor determinante del Déficit Fiscal (2/3 de un déficit que se explican por los intereses de la Deuda del Estado, sin contar el BCRA ni el resto de la Administración Nacional).

Deuda e Inflación
Notablemente, la administración Macri dice querer combatir la Inflación en la Argentina pero es su misma administración la que  libera totalmente la remarcación de los precios de Mercado, aumenta los Precios y Tarifas de los Servicios Públicos, aumenta la Presión Tributaria y aumenta las Tasas de Interés que elevan los costos financieros; todo lo cual se traslada a los precios y genera más Inflación.

Para atenuar el impacto de este proceso inflacionario – que no es sólo un proceso natural o espontáneo dentro de la Economía sino también un mecanismo inducido desde el Poder – el gobierno Macri utiliza igualmente la emisión de dinero en gran escala como forma de financiamiento (el famoso Impuesto Inflacionario del que tanto se lamentan los neo-liberales)  y echa mano a la impresión de dinero que no tiene por falta de ingresos genuinos.
Así, el BCRA le lleva impresos al Tesoro unos 500.000 M$ (495.500 al 31.1.2018) – medio billón de pesos - en concepto de Adelantos Transitorios (≡ 25.200 MD).

Es el mismo BCRA que imprime como billetes sin respaldo todos los pesos que sea necesario para convertir las divisas que ingresan por exportaciones, deuda externa y entrada de capitales especulativos en gran escala (que lo hacen para lucrar con los negocios extraordinarios que les ofrece el propio Banco pagándoles el 27 % de interés anual).

Y es el mismo BCRA que imprime incluso los billetes que se usan para pagar las decenas de millones de pesos de intereses que le caen mensualmente por los vencimientos de Lebac (25-30.000 M$ por Mes).

Éste es el verdadero costo inflacionario que los Intereses producen sobre la Economía Nacional.

Es la hiper-emisión del Estado para poder comprar Reservas con Deuda: una de las formas más perversas a través de las cuales el hiper-endeudamiento público produce y potencia la Inflación.    

La Crisis del Endeudamiento Macri
La Deuda Pública del Estado Central heredada de la administración Kirchner era de unos 254.000 MD a fines del 2015 y al 30.6.2017 – último Informe trimestral del Ministerio de Finanzas – ascendía a 307.300 MD; pero el crecimiento de la Deuda – del que faltan datos - ha sido más vertiginoso aún hasta la fecha.

En 2016 el Stock de la Deuda Pública aumentó en 35.000 MD, para el 2017 estaba previsto que se incrementase en otros 38.000 MD y para este año el Presupuesto prevé un aumento de 47.000 MD más. En total, 120.000 MD en tres años de gestión Macri.

Es un monto que para el trienio 2016-2018 supera el aumento producido durante toda la administración Kirchner – que pese al discurso del Des-endeudamiento se incrementó en 100.000 MD – y su ritmo de aumento está previsto oficialmente que se mantenga por lo menos hasta el 2020 (es decir, aún a posteriori del mandato del actual gobierno).

Las condiciones de cada nueva operación de Deuda – a contrario sensu de lo que el gobierno dice – no alivian sino empeoran las condiciones del endeudamiento del Estado: cada vez es mayor el monto de la Deuda impagable que se asume, cada vez es mayor el efecto acumulativo de tales obligaciones, cada vez es mayor el condicionamiento que acompaña a las mismas, cada vez es mayor la cuenta a pagar por los intereses, etc.

El gobierno Macri toma Deuda a largo plazo sin demostración alguna de capacidad de repago (10, 20, 30 años de plazo), emite Deuda Perpetua a 100 años, coloca Bonos en moneda extranjera y/o con ajuste por tipo de cambio en momentos de fuerte incertidumbre cambiaria, emite títulos en pesos ajustados por Inflación mientras no puede controlar el aumento de los precios internos y emite deudas indexadas – caso Boncer 2020 y 2023 – donde incluye expresamente cláusulas gatillo de actualización automática por CER, que replica la Inflación (y que, en forma escandalosa, es la misma cláusula de ajuste que simultáneamente niega para la actualización de Salarios, Jubilaciones y pasividades en general).

La Argentina de Macri bate hoy récords históricos de emisión de Deuda y nuestro país encabeza la lista de gobiernos de Países Emergentes colocadores de Deuda en el Mundo.

El desequilibrio estructural que el Sistema de la Deuda Pública Perpetua produce genera y potencia los déficits gemelos de la Argentina – Fiscal y Externo – donde los servicios de la Deuda (por Capital e Intereses) son factores determinantes en ambos casos.

En su Política institucional de Gobernar con Deuda, el presidente Macri se encuentra metido hoy en una encerrona financiera fiscal  de imprevisibles consecuencias y cuyos condicionamientos asfixiantes lo obligan a sostener su estabilidad política pagando Deuda con Deuda, tomando Deuda Nueva y pagando cada vez más Intereses.

Es el perfecto círculo vicioso de la Usura donde el gobierno – sin Liquidez ni Solvencia Fiscal – aguanta el Déficit del Estado con Deuda pero como la Deuda y sus Intereses son el principal rubro del Gasto Público y consecuentemente el principal factor de aumento de ese Déficit Fiscal, dicho déficit lo cubre con más Deuda.-




[1] Las siglas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y se expresan siempre con redondeo, por lo que pueden darse mínimas diferencias entre totales y sumatoria de términos.

La abreviatura B$ se usa para Billones de Pesos (un millón de millones) y el símbolo (≡) significa equivalente a.

Las conversiones por tipo de moneda están hechas en base a la pauta presupuestaria de 19.3 $/US$.

Fuente:


26 de enero de 2018

Precios, salarios y deuda pública





INFLACIÓN, SALARIOS REALES Y DEUDA PÚBLICA
Por Héctor GIULIANO (19.1.2018)

Pongamos las cosas en claro: los aumentos de los Salarios no son la causa sino la consecuencia de la Inflación.
Los Sindicatos no reclaman incrementos de sueldos con fines de lucro ni de sobre-mejoras sino tratan sólo de recuperar la pérdida de poder adquisitivo que la Inflación conlleva.
¿Quién genera el aumento de los precios en el Mercado y bajo qué mecanismo lo hace?
En lo concreto e inmediato, la Inflación que hoy sufre la Argentina – una Inflación que, según texto, se define como el aumento sostenido y generalizado de los precios de bienes y servicios en la Economía – está provocada por tres factores principales:

  1. La remarcación impune de precios por parte de las Empresas a través de toda la cadena de valor y/o comercialización del Mercado, fundamentalmente determinadas por los grandes grupos económico-financieros que controlan la formación de los precios sectoriales.
  2. El aumento de Precios y Tarifas de Servicios Públicos que establece el gobierno y que se trasfieren al sistema de precios, de modo que el ciudadano recibe el peso de tales aumentos en forma directa como usuario y en forma indirecta por el traslado a precios que efectúan las empresas.
  3. El aumento de la Presión Tributaria del Estado – Nacional, Provincial y Municipal – además de los recargos que se producen por medio de todo el mecanismo de gastos por trámites administrativos, aranceles, sellados, intereses, recargos, multas, etc. Y que también se trasladan a los precios.
Éstas son las causas concretas e identificables que – en lo inmediato - determinan la Inflación; que luego se retro-alimentan por la recurrencia entre precios y salarios en el marco del proceso de distorsión de Precios Relativos, que inhibe la estabilidad de los Precios porque continuamente los desajustes sectoriales motivan las actualizaciones por inter-acción de los valores en el Mercado.
A esto cabe agregarle – por su importancia determinante en la Argentina – la existencia de otros tres componentes inflacionarios que son de naturaleza específicamente financiera:
  1. El denominado pass-through (efecto transmisión) o proceso mediante el que las devaluaciones de la moneda nacional (el Peso) frente a las divisas extranjeras (básicamente el dólar) se trasladan a los precios.
  2. La Tasa de Interés, cuya incidencia también se traslada – en forma directa e inmediata – a los precios porque las Empresas la incorporan como parte de su Costo Financiero a los valores finales.
  3. Los costos bancarios – representados por gastos, comisiones, tasas, recargos de distinto tipo, sobrecosto de servicios financieros, mantenimiento de cuentas, tarjetas de débito/crédito, etc. – que constituyen gastos que también se trasladan al sistema de precios.
Todo este conjunto de factores es el que determina el perverso conjunto concreto de factores causales que llevan al aumento generalizado y sostenido de los precios de Mercado – la Inflación – y no los aumentos de Salarios, que son una consecuencia de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores con ingresos fijos y bajo distorsión de los precios relativos que tales aumentos de precios provocan.
Como ya hemos explicado otras veces, los Salarios pierden siempre con respecto a la Inflación por triple motivo:
  1. Porque los aumentos son pactados normalmente por debajo de la Inflación y/o apelando a proyecciones futuras irreales sin recupero de los costos de la Inflación pasada.
  2. Porque los aumentos, cuando se efectivizan, lo hacen en forma parcial frente a la Inflación acumulada de los últimos 12 meses y en cuotas, por lo que no implican un recupero real total del poder de compra consumido durante el periodo inter-actualizaciones.
  3. Porque la Inflación carcome el poder adquisitivo de los salarios día a día mientras que la percepción de los sueldos se produce mensualmente: un desfasaje financiero en contra del asalariado porque esto no se cubre durante el mes ni mucho menos durante todos los meses en curso hasta que se produzca el próximo ajuste de los ingresos, como es el caso típico y agraviante de los jubilados / pensionados (que se venían aumentando cada 6 meses – ahora cada 3 y sub-indexados – sin recupero de los meses transcurridos). Y que se trata del mecanismo exactamente inverso al que siguen las ganancias especulativo-financieras, que se benefician en forma cotidiana y/u horaria.
Esto quiere decir que toda la Población Argentina de Ingresos Fijosse traga así sistemática e institucionalmente la Inflación a través de la caída de los Salarios Reales, lo que constituye hoy – en la práctica – uno de los ejes centrales de la administración Macri para amortiguar parcialmente los gastos del Estado y de las Empresas Privadas a costa de las menores remuneraciones a los sectores asalariados y jubilados.
Pero en todo esto hay algo tanto o más grave todavía que subyace en el mecanismo perverso de orígenes y operatoria del proceso inflacionario y es la cuestión de si al gobierno Macri le interesa verdaderamente la baja de la Inflación Argentina:
  1. La Inflación, desde el punto de vista financiero-fiscal, se comporta como un Impuesto y, como tal, fuente de mayor recaudación tributaria cuando se trata de emisiones de dinero sin respaldo. Y, peor aún, como uno de los impuestos más regresivos aplicados desde el Estado.
  2. El Banco Central (BCRA) mantiene altas Tasas de Interés (que constituyen la base principal de las ganancias récord especulativo-financieras) con el argumento de la lucha anti-inflacionaria pero soslaya que esas mismas tasas de interés son uno de los principales factores determinantes de la Inflación (punto 5) y que las mismas han demostrado hasta ahora su inoperancia frente al problema de los aumentos de precios pese a los dos largos años de gestión Sturzenegger.
  3. Pese a su retórica contra la Inflación, es el propio gobierno Macri el que contribuye a mantenerla elevada, según surge de los 6 puntos citados (incluyendo particularmente al 5, relativo a las tasas de interés).
Por ende, más allá de lo declarativo, la administración Macri no propende en los hechos a la baja de la Inflación sino que, por el contrario, la viene utilizando como herramienta para mantener la caída de los Salarios Reales y subsidiar a la actividad financiera, que es la que se mueve con mayor habilidad y rentabilidad en épocas de alta Inflación.

Y, como agravante, busca ahora institucionalizar este mecanismo – en alianza con los sectores empresarios y financieros - tratando de forzar que las nuevas negociaciones paritarias se convengan sobre la base de una Inflación Futura artificialmente optimista y no sobre el recupero ni las proyecciones realistas de la Inflación Pasada y Presente; y que además los nuevos convenios no incluyan cláusulas gatillo de ajuste frente a los previsibles desvíos desfavorables en los aumentos de precio.

La clave de este mecanismo de baja sistemática de los Salarios Reales reside así en la combinación de tres acciones oficiales concurrentes: 1. Sueldos retrasados frente a la Inflación, es decir, sin recupero de los aumentos de gastos de la población, 2. Incidencia financiera del desfase de pago de los Salarios entre los períodos de percepción y actualización, y 3. Venta permanente deexpectativas futuras ante la opinión pública frente a la falta deresultados presentes, como forma de ganar tiempo mientras se verifica la caída de los ingresos fijos reales pero simultáneamente se maximizan las ganancias financieras privadas, nacionales e internacionales.

Si al gobierno Macri le interesase verdaderamente combatir la Inflación la atacaría en sus Causas – que son los aumentos de precios citados en los puntos 1 a 6 – y no en sus efectos o Consecuencias, que son el reclamo por los aumentos salariales compensatorios de esa Inflación.
Pero no, la política macrista es la inversa: no a los Controles de Precios, vía libre a las remarcaciones constantes y discrecionales, alta presión tributaria, fuertes aumentos de precios/tarifas de servicios públicos y de los costos financieros determinantes de tales incrementos, empezando por las altas tasas de interés que fija el BCRA.

Los hechos hablan por sí solos en esta materia: libertad de precios, controles de salarios y subsidio a la actividad financiera vía altas tasas de interés.

O sea, que se da así la paradoja de que es un gobierno neoliberal – que hace gala de su aparente ideología anti-intervencionista – el mismo que libera los precios de Mercado a favor de las Empresas pero simultáneamente controla los salarios de los trabajadores y jubilados, que invoca la lucha contra los subsidios económicos pero sostiene los subsidios financieros a través del negocio especulativo entre altas tasas de interés y tipo de cambio estable, que proclama la necesidad de Inversiones Productivas pero ofrece a los capitales golondrina las mayores rentabilidades financieras del Mundo.

Y todo ello puesto al servicio de una teoría financiera tan discutible como contradictoria: la hipótesis de que la causa de fondo de la Inflación es el elevado Gasto Público, que éste provoca el Déficit Fiscal creciente de la Argentina y que este déficit tiene que cubrirse con Deuda Pública, cuando en los hechos la Deuda y sus Intereses son el principal rubro del Gasto y el Déficit Fiscal.
De esta manera, lo que se está ocultando es que no es la Emisión Monetaria, per se, la causa de la Inflación sino la Deuda: no debiera existir inflación si el aumento de los medios de pago – vía impresión de dinero – tiene como correlato el Crecimiento de la Economía, teniendo como destino de los fondos el financiamiento de proyectos productivos y/u obras públicas e infra-estructura en lugar de usarse para seguir sosteniendo el gasto financiero del Estado.

Pero si, como ocurre en la Argentina, el dinero se sigue emitiendo mayoritariamente para cubrir el sistema de los gastos financieros públicos, como son los servicios permanentes y crecientes de una Deuda impagable del Estado y los paralelos gastos cuasi-fiscales del BCRA por su montaña de Lebac igualmente impagable, entonces el problema de la Deuda es el verdadero determinante de fondo del aumento del Gasto Público y del consiguiente Déficit Fiscal.

Así, paradójica o sintomáticamente, la tesis neoliberal de la Inflación como resultado del Gasto y el Déficit fiscales se estaríacumpliendo – según se da hoy - pero no por aumento del Gasto Primario sino principalmente por el aumento de los Intereses a pagar, que a su vez son sólo una parte menor dentro del total de los Pasivos del Estado constituidos por su enorme e impagable Deuda Pública ya que no se realizan pagos por Principal.

Y para poder pagar tales intereses, que son rápidamente crecientes – sin contar las amortizaciones netas de Capital, que directamente no existen porque toda la deuda que vence se paga con nueva deuda, y además se toma deuda adicional – es que el gobierno Macri necesita reducir el peso de otros rubros, que corresponden a los gastos primarios, para tratar de sostener los mayores costos del gasto financiero.

Apretado, empero, por los compromisos incrementales y la mayor proporción de obligaciones fiscales y cuasi-fiscales que contrae a corto y mediano (que fuerzan una refinanciación permanente y cada vez más acelerada de las mismas), ante la mayor presión de los acreedores por el cobro de los intereses y por las condiciones de novaciones de principal de la Deuda, y con un déficit fiscal en aumento que deriva en mayores tomas de Deuda, la administración Macri se encontraría en una de las encrucijadas más difíciles de la Historia Financiera Argentina.

Esto explicaría el giro macrista hacia medidas fiscales más duras que se está dando desde Diciembre pasado con la aprobación de varias leyes clave por el Congreso – fundamentalmente una Ley de Presupuesto 2018 que constituye un verdadero cheque en blanco al Ejecutivo, una Reforma Previsional cuyo objeto primordial es la reducción de los aumentos salariales a la Clase Pasiva y una Reforma Tributaria cuyos resultados no están claros ni cuantificados – y con su vuelco a una modalidad presidencialista de gobernar por decretos (DNU), como es el caso del reciente Mega-Decreto 27/2018, que modifica casi un centenar de Leyes, y ahora el Decreto 52/2018, por el que modifica la composición de la mesa de negociaciones de la paritaria docente nacional.

Es la forma – aparentemente desesperada pero encubierta siempre con la clásica complicidad de Oficialismo, Oposición Política y Grandes Medios de Comunicación – en que la administración Macri trata de sostener su gestión de gobierno y dar ahora cumplimiento con ello a los compromisos asumidos por el presidente con los grandes Acreedores Externos y los grupos internacionales de poder económico-financiero en su viaje a Nueva York a principios de Noviembre pasado – casi inmediatamente después de las Elecciones Parlamentarias del 22.10 – grupos éstos que son los que sostienen a su gobierno y que lucran en consecuencia.

Para ello, su administración en general y su nominal Jefe del Estado en particular deben mostrar la pertinente cuota de servilismo y la pseudo-fortaleza en su gestión pública que le permitan garantizar la continuidad de las nuevas obligaciones tomadas.

Es en este contexto que debe entenderse la actual apelación macrista a ultranza en su política de baja de los salarios reales como componente clave del programa de ajuste gradual que está llevando a cabo para poder aguantar los costos del Sistema de Endeudamiento perpetuo y en gran escala en función de su Política de Gobernar con Deuda.

Lic. Héctor L. GIULIANO
Asesor del
FORO ARGENTINO de la DEUDA EXTERNA
Foro Regional La Plata, Berisso y Ensenada




16 de enero de 2018

El éxito de Cambiemos


... es el éxito de la usura internacional




.
Fracaso de las metas de inflación
Caida de los salarios reales
ÉXITO EN LA POLÍTICA DE ENDEUDAMIENTO
...
que es lo que más les interesa a ellos




DEUDA PÚBLICA, METAS DE INFLACIÓN Y SALARIOS REALES
Por Héctor GIULIANO (13.1.2018)

En el marco de su política institucional de gobernar con Deuda el gobierno Macri – desde el comienzo de su mandato presidencial - viene utilizando en la práctica la Inflación como principal variable de ajuste de los Salarios Reales de la población laboral argentina.

Tal ajuste – que se da tanto en materia fiscal como económico-financiera y social - se instrumenta a través de una política combinada:

a) aumentos de precios superiores a los aumentos de salarios y otros ingresos fijos de la gente,

b) retraso cambiario como producto del hecho que la devaluación del Peso es menor que la Inflación, lo que provoca una valorización aparente de las remuneraciones – medidas en dólares – frente a su desvalorización real en pesos, dada la inflación existente (lo que explica la inquietud de las autoridades por reducir también los Salarios Nominales), y

c) efecto financiero del desfasaje entre las correcciones parciales de sueldos - que se realizan siempre a posteriori e implican una pérdida sistemática del poder adquisitivo en los sueldos, jubilaciones y otras pasividades – y las variaciones de la Inflación general.
Paradójicamente, es una administración de línea neoliberal como la de Macri la que usa así el denostado y regresivo Impuesto Inflacionario como forma de sostén de la recaudación fiscal, como mecanismo distorsivo en la formación de los precios relativos que motorizan la Inflación y como modo de ajuste a la baja de los sectores con ingresos fijos por fuera de las llamadas leyes de Mercado.

FRACASO DE LAS METAS DE INFLACION

La conferencia de prensa cuatripartita del 28.12 pasado – Peña, Sturzenegger, Dujovne y Caputo – ha sido, de hecho, un reconocimiento del fracaso de las Metas de Inflación de la actual administración macrista:

a) La Inflación de 2015 habría sido del 26 %, cuando la administración kirchnerista decía que era del 12 %.
b) La proyección presupuestaria ajustada para el 2016 – Prat Gay dixit – era del 25 % y resultó ser del 41 %.
c) La Inflación prevista para el 2017 era del 12-17 % y resultó ser del 25 % (24.8). Y
d) Las metas para el corriente año 2018 eran originalmente del 8-12 % (un 10 %) y ahora pasan a ser del 15 %.

Burlescamente, esta modificación sustancial a los fines de cálculo en lo tocante a Gastos, Ingresos y Resultado Fiscal del Ejercicio fue informada a la opinión pública al día siguiente de la aprobación y conversión en Ley 27.431 del Presupuesto 2018, lo que implica que – en los hechos – el Congreso le votó entonces un cheque en blanco al Ejecutivo dado que se aprobaron cifras ya inmediatamente irreales y que los verdaderos importes no se conocen en valores absolutos (irregularidad ésta que pudiera significar incluso la nulidad de la Ley).

Estas condiciones anómalas de aprobación parlamentaria dilatan no sólo la toma de conocimiento público de la principal información sobre las Finanzas del Estado sino que además dejan abierta la puerta – que el presidente ya está utilizando en modo asiduo – de manejar provisoriamente la Hacienda Pública a través de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU).

CAIDA DE LOS SALARIOS REALES

La administración Macri – siguiendo con ello una tradición neoliberal ya aplicada otras veces en la Argentina – es contraria a las regulaciones de precios de bienes y servicios pero simultáneamente es intervencionista (en el sentido de sus decisiones proactivas) en materia financiera (por la positiva, es decir, a favor de los negocios especulativos) y en materia laboral (por la negativa, esto es en sentido restrictivo de los aumentos salariales y previsionales).

Esto deriva en que la misma administración que permite las remarcaciones sistemáticas y discrecionales de los precios de Mercado es la que fija techos (que son precios máximos) a las negociaciones salariales y que paralelamente garantiza pisos de gran rentabilidad a los capitales financieros por medio de la fijación de altas Tasas de Interés.

Se cumple así una suerte de regla neoliberal de Mercado: liberación de precios, con apertura económica y libre movimiento de capitales financieros versus control de salarios, retraso cambiario (para garantizar los pagos de servicios de la deuda externa) y subsidio estructural al Sistema especulativo-financiero, que va en detrimento de la Inversión Directa.

La técnica de baja de los salarios reales se da por tres vías concurrentes:
 
1. Por el citado punto básico de aumento de los Precios superior a los aumentos de los Ingresos Fijos.
2. Por la falta de recupero de la Inflación pasada – que, dicho en buen romance, significa que la gente se tiene que tragar la Inflación producida – frente a compensaciones porcentuales futuras y administradas en cuotas.

Téngase presente que la fijación de una Meta Inflacionaria del 15 % para el corriente año implica que este porcentaje se usará como tope de referencia en las próximas negociaciones paritarias (entre Gobierno, Empresas y Sindicatos), en las que el gobierno aspira negociar pautas de aumentos salariales según el criterio de Inflación Futura – es decir, sin recupero alguno de la Inflación Pasada – y también sin cláusulas gatillo frente a las variaciones de precios.

3. Por el hecho que la Inflación carcome el poder adquisitivo de los Salarios día a día mientras que los aumentos de precios corren con la ventaja sustancial de sus actualizaciones cotidianas (el citado efecto financiero por desfase entre Inflación y ajustes salariales).

Peor aún, gracias a este desfasaje financiero existente entre los momentos de incidencia de la Inflación y los de las posteriores y parciales actualizaciones salariales muchas empresas quedan en condiciones de amortiguar preventivamente, con esta variante, parte de tales ajustes vía colocaciones financieras de corto plazo durante el período.

Así, el factor inflacionario que determina la pérdida del poder adquisitivo de los salarios reales es el mismo que favorece la mayor ganancia financiera de los especuladores por la vía de tasas de interés positivas, que les reditúan cada día que pasa.

ÉXITO EN LA POLÍTICA DE ENDEUDAMIENTO


La contracara de la política macrista de mantener alta Inflación como forma de bajar el nivel de los salarios reales de los trabajadores y de los sectores sociales pasivos, de sobrellevar niveles indexados de recaudación fiscal (medidos en moneda constante) y de favorecer los negocios especulativo-financieros es la Política de Endeudamiento Público en que se sostiene el gobierno Macri.

En función de sus objetivos sectoriales propios y específicos – que no son coincidentes con los intereses financieros nacionales – esta política macrista sí estaría teniendo “éxito”.

Nuestro país se sigue endeudando en gran escala, a ritmo acelerado y con total irresponsabilidad financiera fiscal debido a la falta de capacidad demostrada de repago de las obligaciones que se toman.

La Deuda y sus Intereses constituyen hoy el mayor rubro de aumento del Gasto Público y, como tal, el principal factor determinante del Déficit Fiscal. Y ese déficit se cubre con más Deuda.

Dicha Deuda – Interna y Externa – es, a la vez, el determinante de la vuelta de la Argentina al problema de los Déficits Gemelos: Fiscal y Externo.

El problema de la Deuda Pública es un problema financiero insoluble por la falta de liquidez y solvencia fiscal para poder atender sus servicios crecientes, como no sea contrayendo permanentemente más deuda que se usa para refinanciar los vencimientos, pagar intereses (que parcialmente se capitalizan por anatocismo) y asumir Deuda Nueva adicional.

La actual administración no tiene capacidad de pago demostrada frente a los compromisos crecientes de la Deuda Pública y su programa de endeudamiento está totalmente condicionado por los grupos financieros prestamistas y tomadores de títulos, que son los que fijan en la realidad el cronograma y los montos de re-endeudamiento del Tesoro, del Banco Central (BCRA), de las Provincias/Municipios y de los Organismos Nacionales.

Frente al problema de este costo financiero, rápidamente creciente, el gobierno Macri se encuentra cada vez más bajo mayor presión de los Acreedores directos en particular y del llamado Club de la Deuda en general (Bancos/Entidades Financieras, Consultoras, Calificadoras de Riesgo, etc.; locales y externas), entidades éstas con los que sus principales funcionarios interactúan bajo conflicto de intereses.

Esta situación se agrava con prisa y sin pausa porque hasta el último centavo de capital o principal se refinancia a su vencimiento por novaciones sistemáticas de Deuda, la cuenta de intereses a pagar aumenta más que proporcionalmente en relación al stock de la Deuda y ya un tercio de esos intereses no se abona sino que se capitaliza por anatocismo.

La presión de los acreedores y fondos de capitales especulativos aumenta y consecuentemente se le exigen a la administración Macri mayores garantías de pago y medidas adicionales de servidumbre financiera frente a un panorama objetivamente muy preocupante; y el presidente responde a través de un mayor endurecimiento de su política financiera fiscal:

a) Aumento de las colocaciones de Deuda – en montos y frecuencias – tanto en el Mercado Local como Internacional.
b) Mantenimiento de la Política de retraso cambiario con altas tasas de interés locales y libre movimiento de entrada y salida de capitales especulativos, para garantizar el pago de los servicios de intereses de la Deuda Externa y los niveles extra-ordinarios de ganancia en los negocios financieros por arbitraje entre Tasas de Interés y Tipos de Cambio.
c)Baja de los Gastos Fiscales Primarios – fundamentalmente Sueldos, Jubilaciones y Asignaciones Sociales – para compensar el fuerte aumento de los Intereses a Pagar.

El uso de la Inflación en estas condiciones configura, como siempre, una forma de redistribución de los ingresos sociales; y como tal es un clásico en materia Económico-Financiera, en la Argentina y en el Mundo.

Y su operatoria es bastante directa como arma de doble propósito a favor de las Empresas y del propio Estado:

- Por el lado de las Empresas, porque les abarata el Costo Laboral compensándoles parcialmente los altos Costos Financieros, Tributarios y Logísticos.
- Por el lado del Estado, porque la Inflación no sólo le representa más ingresos monetarios sino que simultáneamente le disminuye por licuación el monto real de los gastos por Remuneraciones a pagar. Y además, combinada con la política de ajustes de Precios y Tarifas de Servicios Públicos en curso – que se transmiten en forma violenta a la Inflación ya existente – cumple el doble propósito de aumentar los recursos fiscales por el elevado componente impositivo de las Tarifas y de disminuir los costos de Personal y Pasividades por Gasto Público Social.

Es muy probable que en este último punto resida una de las claves no declaradas de la gestión Macri, ya que el aumento de los precios que permite y provoca el propio gobierno a través de la falta de controles de precios, los fuertes incrementos tarifarios y el alto costo financiero generalizado son los principales factores que retro-alimentan el proceso inflacionario.

Y esa misma Inflación es la que sirve de excusa al BCRA para mantener altas las tasas de interés – con el argumento de la lucha anti-inflacionaria – pese a que tal aumento de las tasas se ha demostrado inoperante, después de dos largos años de persistente gestión, para reducir el aumento de los precios; y que esas elevadas tasas han resultado dañinas para el crecimiento de la actividad económica productiva mientras, en cambio, han favorecido y siguen favoreciendo los negocios récord de la especulación financiera.

En este sentido, dada la falta de coherencia en su política anti-inflacionaria y el agravamiento de la situación económico-financiera por falta de resultados prácticos, la administración Macri pareciera embarcada sólo en ganar tiempo frente al problema de la Inflación y el Crecimiento de la Economía Física o Real.

De hecho, varias de las proyecciones más optimistas se han venido difiriendo (incluso a fechas posteriores a su mandato) – como el caso de la Inflación o el Crecimiento - y el gobierno sigue vendiendo expectativas a la opinión pública a falta de poder mostrar realidades.

Mientras tanto, el valor de los Salarios Reales sigue cayendo, lo mismo que las Jubilaciones y las asignaciones sociales.

Este mal cuadro de situación económico-financiera del gobierno Macri, derivado de la nueva Crisis de Deuda que vive la Argentina, se viene enmascarando con la complicidad del gobierno, la oposición política y los medios de comunicación mientras la gravedad del problema crece día a día.- 

24 de diciembre de 2017

Macri cumple ... con el F.M.I.


...El logro de la aprobación parlamentaria de esta Reforma Previsional para reducir los aumentos a los jubilados forma parte del paquete de medidas comprometido por el presidente Macri ante los acreedores y banqueros norteamericanos durante su viaje a Nueva York, a principios de Noviembre pasado, apenas pasadas las elecciones legislativas...

Christine Lagarde - Directora Gral. del FMI



¿A quién estamos rindiendo deuda?


DEUDA PÚBLICA Y REFORMA PREVISIONAL
Por Héctor GIULIANO (19.12.2017)

Bajo el ampuloso título de Reforma Previsional el gobierno Macri ha logrado la aprobación parlamentaria de una nueva fórmula de actualización de haberes jubilatorios – y beneficios sociales en general – que disminuye el aumento de los sectores pasivos de la economía.
Esto es, una ley que permite la rebaja en los incrementos de los gastos sociales del Estado a costa de los jubilados como uno de los componentes centrales de la contención y/o baja del Gasto Público y del Déficit Fiscal.

La clave funcional del Proyecto de Ley (PL) aprobado – que ya había tenido la media sanción del Senado sin que se armara el alboroto que, en cambio, se desató con su tratamiento en Diputados – es lograr un ahorro del Gasto Público por concepto de gastos previsionales que compense, total o parcialmente, el incremento de los pagos que el Estado tiene que realizar en otros rubros, fundamentalmente en el crecimiento de los intereses de la Deuda Pública.

Concretamente, mientras el PL de Presupuesto 2018 prevé un gasto de Intereses a Pagar por la Deuda de 406.500 M$ (Millones de Pesos) - que explican el 60 % del Déficit Fiscal del año que viene, estimado en 681.800 M$ - el saldo negativo neto del Sistema Previsional es menor que esa cifra: de unos 300.000 M$, producto de Erogaciones por 1.2 B$ (Billones $) menos 900.000 M$ de Ingresos. 

Esta disposición de rebaja o freno en el Gasto Social, a su vez, es parte de toda una batería de medidas en curso por parte de la administración Macri – algunas con necesidad de convalidación por los Poderes Legislativo y/o Judicial – tendiente a materializar el Plan de Ajuste Fiscal requerido por los Acreedores de la Deuda como condicionante para mantener el flujo permanente de nuevas colocaciones de bonos contra garantía de pago de sus Intereses, que vienen creciendo aceleradamente y constituyen hoy el principal factor de desequilibrio fiscal y cuasi-fiscal de la Argentina (ya que el Banco Central – BCRA – a través del mecanismo de su endeudamiento en gran escala por Lebac y Pases Pasivos constituye el segundo nivel de importancia en la sangría financiera del Estado, pagando paralelamente otros 300.000 M$ de Intereses por año, que no están incluidos en el Presupuesto Nacional).

El logro de la aprobación parlamentaria de esta Reforma Previsional para reducir los aumentos a los jubilados forma parte del paquete de medidas comprometido por el presidente Macri ante los acreedores y banqueros norteamericanos durante su viaje a Nueva York, a principios de Noviembre pasado, apenas pasadas las elecciones legislativas del 22.10, durante cuya campaña notablemente tanto oficialismo como oposición política no sometieron a debate ninguna de las iniciativas que fueran sólo  enunciadas por el gobierno de Cambiemos para después de los comicios.

Peor aún, el mismo gobierno – a través de su Jefe de Gabinete de Ministros, Marcos Peña – en declaraciones producidas en Agosto pasado, había desmentido en forma expresa las versiones de un proyecto de Reforma Previsional del Ejecutivo para después de los comicios de Octubre.

Esto ratificó así un procedimiento perverso, admitido por toda la Clase Política, en el sentido que los asuntos de gobierno que tocan a problemas importantes en materia económico-financiera, social y política no son materia de información y mucho menos de  debate ante la Opinión Pública antes que se produzcan.

EL NUDO DE LA CUESTIÓN

El nudo de la cuestión planteada por la nueva ley sancionada por el Congreso es el uso de la fórmula de actualización jubilatoria como variable de ajuste de los gastos previsionales para disponer de más recursos para ser aplicados fundamentalmente a sufragar el aumento de los intereses de la Deuda del Estado.

En una suerte de reduccionismo no declarado, la administración Macri busca rebajar los nuevos aumentos jubilatorios y sociales encubriéndolo bajo el ropaje de Reforma del Sistema Previsional para poder pagar más Intereses.

La actual fórmula de indexación de haberes – que se usa para actualizar jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y por discapacidad, AUH y otros gastos sociales (en adelante, jubilaciones) – toma en cuenta dos factores básicos: la evolución de los salarios activos y el ritmo de recaudación tributaria.

La nueva fórmula del gobierno Macri cambia estos factores reemplazándolos por otra cuya incidencia corresponde a la Inflación pasada en un 70 % y a la evolución del Índice Salarial o Ripte  en un 30%.

Cabe recordar que la idea original era peor aún porque no contemplaba este segundo rubro, es decir, el aumento en las jubilaciones y pensiones, sino solamente el ajuste por inflación, de modo que tales haberes se mantuviesen constantes o congelados en términos reales.

En los hechos, y tal como está probado matemáticamente, los jubilados van a percibir así aumentos menores a los que recibirían utilizando la fórmula actual de indexación para cálculo de los incrementos de haberes.

En el próximo mes de Marzo, los jubilados – y, por extensión, todos los beneficiarios sociales – percibirán así un aumento de sólo un 5.7 % mientras que por aplicación de la fórmula de actualización hoy vigente les correspondería un 12 %, es decir, poco menos de la mitad.

Con el agravante que estas actualizaciones se calculan con valores financieramente desfasados porque mientras la inflación va carcomiendo los ingresos de la gente día por día, las actualizaciones se producen en forma diferida – en este momento, cada 6 meses y a partir de ahora cada 3 – pero la incidencia de los aumentos de precios durante el período transcurrido no se recupera.

Peor todavía – como en este caso – cuando se toma como referencia inflacionaria para la actualización de Marzo del 2018 la del Trimestre III de este año, que es menor a la esperada para el cierre del Cuarto Trimestre.

Esta pérdida en los haberes jubilatorios no se recupera tampoco con el nuevo Bono compensatorio – planteado, a último momento, como paliativo parcial para los beneficiarios más bajos – que, a su vez, es un bono de carácter discriminatorio porque se concedería sólo a personas con ingresos menores de 10.000 $/Mes y es una suma que sigue estando por debajo del valor de la Canasta Básica Total, que mide la Línea de Pobreza.

Esta medida – que saldría como Decreto del Poder Ejecutivo – no cubre la disminución producida en los nuevos aumentos y significa además que el Gobierno dispone así una medida discrecional que implica afectar la distribución de los ingresos de la gente.
Notablemente, un gobierno de línea liberal, que hace de la Libertad de Mercado una premisa doctrinal y fáctica de su permisividad frente a la Inflación sin Control de Precios sí se ocupa, en cambio, de controlar, regular y rebajar las remuneraciones del Sector Pasivo, siendo que para el Liberalismo el Salario es una Mercancía.

Este planteo está radical y sustancialmente contrapuesto a la Doctrina Social de la Iglesia en materia de Salario Digno y va contra la lógica del Derecho Laboral y Previsional Argentino e Internacional.

Probablemente no se encuentre entre los antecedentes cercanos – desde la rebaja salarial y jubilatoria del 13 % bajo el gobierno De la Rúa, en Julio del 2001 – la aplicación de una medida formal tan agraviante como ésta que ahora ha convalidado el Congreso de la Nación, con el previo acuerdo de los gobernadores provinciales y de la mayor parte de la partidocracia con representación parlamentaria.

PERSPECTIVAS DE LA LEY

Estrictamente hablando, la aprobación de la nueva ley de rebaja jubilatoria es un problema que no estaría terminado con su sanción:

a)    Está dentro de lo más probable que este instrumento legal dé lugar a una ola de demandas contra el Estado comparable a la del fallo Badaro y conexos.
b)    Deja abierto también el riesgo que el asunto pueda llevarse a tribunales internacionales por concepto de violación a los principios de retroactividad, progresividad y no regresividad contemplados en la Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de Costa Rica (1969).
c)    Amenaza poner en juego la opinión de la Corte Suprema de Justicia contra el Ejecutivo ante las fundadas probabilidades de apelación por inconstitucionalidad contra la nueva ley del Congreso.

El nivel de torpeza que conlleva la ley anti-jubilatoria que acaba de aprobarse es previsible que genere problemas de muy difícil solución en materia jurídica, económico-social y política; y esto sólo se explica en función de la grave situación fiscal argentina existente y que el gobierno Macri – con la complicidad de gran parte de la oposición partidocrática y los grandes medios de difusión afines – se esfuerza en ocultar.

La ecuación de hierro de bajar los aumentos a los jubilados para ahorrarse fondos que serán aplicados al pago de mayores intereses de la Deuda Pública es una de las medidas más degradantes a las que pueda apelar un Gobierno – y la Clase Política que lo apoya directa o indirectamente en tal gestión – para garantizar a los acreedores el pago de los servicios de la Deuda.

Esto desnuda qué y cómo, en lo concreto, el objetivo buscado por las autoridades es contar con un mecanismo legal que reduzca la incidencia de los gastos previsionales en las Cuentas Fiscales o – dicho en buen romance – que permita rebajar los futuros aumentos jubilatorios y sociales conexos (que abarcan un universo de 17.4 millones de personas) para mostrar la voluntad del gobierno Macri de mantener a ultranza el pago de los Intereses de la Deuda Pública, que sigue contrayendo en gran escala y con total irresponsabilidad financiera fiscal.

Se estima que el ahorro por concepto de gasto previsional – que es la pérdida que sufren los jubilados y beneficiarios sociales en general – estaría entre los 60 y los 80-100.000 M$, según estimaciones preliminares (que sólo serían conocidas, en principio, cuando se tengan los datos del Presupuesto corregido para el 2018).

En el contexto de su Política de Gobernar con Deuda, el presidente Macri, por razones de servidumbre y servilismo financiero, está tensando impolíticamente al máximo la cuerda con esta Ley que contrapone la relación entre el Sistema Previsional y el servicio de la Deuda del Estado.
Fuente:
argentinavorticegeopoliticomundial