22 de abril de 2011

Standard & Poor’s ataca de nuevo.

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...Standard & Poor’s simplemente busca clavar el último clavo sobre el ataúd de la política monetaria expansiva. El capital financiero sigue dictando las directrices de la política macroeconómica...

Standard & Poor’s: la ofensiva del capital financiero

Por Alejandro Nadal

Sucedió lo que se pensó nunca ocurriría: la calificadora Standard & Poor’s (S&P) modificó su perspectiva de estable a negativa sobre los títulos de deuda estadunidense. La agencia mantuvo la calificación triple A para los bonos relacionados con esa deuda, pero técnicamente su nueva postura anuncia que hay 30 por ciento de probabilidad de que en los próximos dos años Estados Unidos pierda su calificación triple A. La explicación de S&P hace referencia a la deuda galopante en Estados Unidos y a la idea de que no parece que Washington esté tomando las providencias necesarias para enfrentar este problema.



Standard & Poor’s es una de las agencias calificadoras más importantes de Wall Street. Su trabajo es evaluar las bondades y riesgos de títulos de deuda soberana, crédito de empresas y vehículos de inversión estructurada. Su papel en la crisis financiera global fue nefasto: mantuvo calificaciones altísimas para títulos chatarra y contribuyó a que miles de inversionistas en el mundo entero perdieran sumas astronómicas. Su complicidad con compañías como Goldman Sachs, que hoy vuelve a estar en el banquillo de los acusados por fraude, ha sido señalada como una de las principales causas para diseminar activos tóxicos por todo el mundo.

S&P sabe muy bien que Estados Unidos es el emisor de la principal moneda de reserva en el mundo y que el riesgo de que no pague su deuda es rigurosamente cero (mientras tenga con qué imprimir dólares, pagará siempre su deuda, aunque sea en términos nominales). Pero con su desplante de hoy S&P busca influir sobre las políticas fiscal y monetaria en Estados Unidos. En particular, S&P apoya las posiciones extremistas que en el Congreso insisten en mantener una postura "responsable" frente al problema del déficit fiscal. Además S&P pretende modificar la postura de la Reserva federal consistente en comprar todos los bonos del Tesoro que le pongan enfrente (la llamada postura de flexibilidad cuantitativa).

La referencia de S&P al déficit fiscal es absurda. Hoy la discusión sobre el déficit fiscal en Estados Unidos está dominada por una perspectiva conservadora y se están sacrificando cientos de programas sociales. Se han mantenido las reducciones de impuestos a los más ricos y el gasto militar sólo sufrió reducciones modestas.

El rubro salud es el que más contribuye al déficit fiscal por la enorme ineficiencia del sistema de salud en Estados Unidos. Sin embargo, las perspectivas de alcanzar reducciones en este terreno se mantienen remotas. El gobierno de ese país paga alrededor de la mitad del gasto total en salud a través de sus programas Medicare y Medicaid, pero los servicios son prestados casi en su totalidad por el sector privado. Eso quiere decir que el rubro que más contribuye al déficit público es el de los altísimos costos de los servicios de salud que presta ¡el sector privado! Y esa situación se va a mantener mientras la industria farmacéutica y las aseguradoras mantengan secuestrada la política sobre salud de Estados Unidos.

La nueva postura de S&P también está orientada a cambiar los términos de la política monetaria. Aquí vale la pena recordar un acontecimiento de gran importancia. En febrero pasado PIMCO, el más grande fondo de inversiones en el mundo, anunció que reduciría drásticamente su exposición a los bonos del gobierno estadunidense. La razón esgrimida por PIMCO fue que los rendimientos de esos títulos no estaban a la par de los riesgos reales que enfrentaban los inversionistas. PIMCO anunció que la política monetaria de la Reserva federal era "un robo" para los tenedores de bonos de largo plazo porque la rentabilidad de esos títulos era artificialmente baja y las alternativas en valores de renta fija de muchos países emergentes eran superiores. En marzo PIMCO comenzó a salirse de los bonos del Tesoro y a incrementar sus posiciones en bonos de Alemania, Canadá y hasta de Brasil.

PIMCO tiene un gran poder para influir sobre las tasas de interés en Estados Unidos y el rendimiento de los bonos del Tesoro. Su cartera de inversión rebasa los 250 mil millones de dólares y su capacidad de convocatoria sobre otros fondos de inversión es considerable. Así que nadie debería subestimar los efectos de sus desplantes. En el fondo, de lo que se trata es de influir sobre los rendimientos y las tasas de interés en Estados Unidos.

Claro, a Standard & Poor’s y a PIMCO les importa un pepino lo que eso puede significar para la economía real en ese país. Hoy la recuperación de la economía estadunidense está lejos de haberse consolidado. El crecimiento es frágil y el desempleo sigue alcanzando niveles inaceptables (alrededor de 25 millones de personas están en desempleo o han abandonado la búsqueda de empleo). Los efectos de la política macroeconómica se dejarán sentir en los próximos meses. Standard & Poor’s simplemente busca clavar el último clavo sobre el ataúd de la política monetaria expansiva. El capital financiero sigue dictando las directrices de la política macroeconómica.

http://nadal.com.mx
Fuente: La Jornada
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11 de enero de 2011

Una crisis a la medida de los más ricos

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Como consecuencia de la tremenda ofensiva lanzada a lo largo de lo últimos meses contra las condiciones sociales de las clases trabajadoras con el pretexto de la crisis, se incrementarán las desigualdades sociales en todo el mundo. En informes de Merryll-Lynch (empresa que hace dos años fue adquirida por el Bank of America) y Capgemini estiman que la fortuna de los más ricos (con activos superiores al millón de dólares sin contabilizar la primera residencia, los bienes consumibles, los bienes coleccionables y los bienes de consumo duradero) serán en 2013 un 60 % superiores a la de 2008.



Las cifras de la concentración mundial de la riqueza
Daniel Raventós


Los estudios sobre la pobreza y los pobres son muy abundantes. Los estudios sobre la riqueza y los ricos no son tan profusos. Departamentos de sociología, de filosofía política o de economía de cualquier facultad del mundo, revistas académicas de ciencias sociales, multitud de gobiernos, institutos estadísticos, muchos ayuntamientos, periódicos, organismos internacionales… producen cantidades formidables de informes, estudios, tesis doctorales, estadísticas y artículos sobre los más increíbles aspectos de la pobreza. Algunos incluso son buenos y útiles. La conocida publicista y activista de ATTAC Susan George describe la situación con no poca sorna: ¿los pobres? ¡que coman investigaciones!


Los ricos está más a cubierto de inoportunas investigaciones que expongan de forma bien documentada las cada vez mayores desigualdades actualmente existentes en el mundo posibilitadas y fomentadas por el diseño político y económico de nuestras sociedades. Desigualdades que se están incrementando como consecuencia de la tremenda ofensiva lanzada a lo largo de los últimos meses contra las condiciones sociales de las clases trabajadoras; una guerra de clases implacable. Ya se disfracen de imposibilidad de hacer otras políticas diferentes, ya de realismo económico (sic), o incluso de política de izquierdas (en el colmo del delirio), las políticas económicas diseñadas en estas postreras semanas son para beneficio de los ricos y, como lógica contraparte, para expolio y desgracia de los pobres y las clases trabajadoras.


Así que, ante los pocos datos sobre los ricos, los documentos como los que publican anualmente Merryll-Lynch y Capgemini sobre la riqueza y sus detentadores tienen un indiscutible interés para conocer cómo van evolucionando las cosas en ese punto. Merryll-Lynch es una empresa muy conocida que hace dos años fue adquirida por el Bank of America por 44.000 millones de dólares; Capgemini, no tan afamada como la anterior, es una empresa con más de 90.000 empleados en el mundo y con unos ingresos globales manifiestos de 8.400 millones de euros en el 2009 que se dedica, según declara ella misma, a la provisión de servicios de consultoría, tecnología y outsourcing. Merryll-Lynch y Capgemini trabajan para los ricos. No puede extrañar que quieran conocer bien el objeto principal de sus negocios. Y para ello realizan unos informes anuales sobre el estado de los ricos y de sus riquezas que aportan datos de indisputable interés. El último informe disponible es el recientemente publicado del año 2010 que aporta datos del 2009 y años anteriores. También se ha editado un informe dedicado exclusivamente a los ricos de la “región Asia-Pacífico”. Los datos que a continuación se exponen están obtenidos de estos dos informes, así como del informe global de 2009.[1]


Los informes de Merryll-Lynch y Capgemini establecen unas definiciones sobre los ricos de los que van a informar. A unos los designa por HNWI por la siglas de High Net Worth Individuals (es decir, individuos de valor neto elevado), a otros los llama UHNWI (la “U” va por ultra). Los primeros son los que tienen activos superiores al millón de dólares entre los que no contabilizan la primera residencia, los bienes consumibles, los bienes coleccionables y los bienes de consumo duradero. Es decir, se trata de evaluar en estos informes lo que estos ricos tienen como efectivo y activos fácil y rápidamente convertibles en líquido. Para los segundos, los UHNWI o Ultra-HNWI, vale la misma definición, pero subiendo el nivel a 30 millones de dólares. Según las definiciones expuestas, queda claro que se trata de personas con una riqueza efectiva superior, como quedaría reflejado si se añadiesen los bienes no contabilizados a las cantidades respectivas de uno y 30 millones de dólares.


A partir de las mencionadas estipulaciones Merryll-Lynch y Capgemini, en el mundo había 8,8 millones de HNWI en el año 2005, aumentaron a 9,5 en el año siguiente y aún lo hicieron hasta 10,1 millones en el año 2007. En el 2008, con el estallido de la crisis económica, el número de HNWI volvió aproximadamente a los mismos niveles de 2005, con 8,6 millones en todo el mundo. Pero ya en 2009 la cifra alcanzada era de 10 millones, casi el mismo nivel del año 2007, anterior a la crisis. La riqueza conjunta de todos los HNWI del mundo fue, en estos mismos años, de 33,4 billones (sí, trillion en inglés de EEUU) de dólares en el 2005, 37,2 en el 2006, 40,7 en el 2007, para bajar hasta los 32,8 en el 2008. Y para volver a subir en plena crisis del año 2009 a 39 billones. Para tomar en su justa proporción las cantidades de las que estamos hablando bueno será considerar que equivalen aproximadamente a 3 veces el PIB de Estados Unidos. Y entre 30 y 40 veces, según el año, al PIB del Reino de España. Francamente espectacular.


El selecto grupo de los Ultra-HNWI estaba formado en el año 2009 por solamente 93.100 personas en todo el planeta. Aproximadamente una de cada 75.000 personas que en el mundo existe es un Ultra-HNWI. Y, dato interesante, la riqueza que concentraban era del 35,5% de la acaparada por todos los HNWI, mientras que solamente representaban el 0,9% de los mismos. Es decir, estos 93.100 campeones mundiales de la riqueza poseían unos activos de más de 13.845.000.000.000 de dólares. Lo que representa una cantidad similar al PIB de toda la Unión Europea.

Entre Estados Unidos (con casi 2’9 millones), Japón (con casi 1’7 millones) y Alemania (con 861.000), concentran el 53,5% de todos los HNWI del mundo del último año que hasta el momento se disponen de datos, el 2009. El Reino de España tiene la nada despreciable cifra de 143.000 HNWI, para este mismo año. Eso significa situarse en el lugar número 12 de esta clasificación mundial de ricachones.


¿Cómo afectará la crisis a estas riquezas? Bueno será verlo en el informe que Capgemini y Merryll-Lynch hagan con datos del 2010. Pero de momento, podemos esperar de forma razonable que, después de algún primer tropezón, les irá fantásticamente. Dos puntos de apoyo de esta afirmación son los siguientes. En primer lugar, la propia previsión que hacen Capgemini y Merryll-Lynch es que en el año 2013 los HNWI lograrán acumular unas fortunas (recordemos que, para el cálculo de las mismas, no se contabilizan la primera residencia, los bienes consumibles, los bienes coleccionables y los bienes de consumo duradero) del orden de ¡48,5 billones de dólares! Multiplicarán, de cumplirse la previsión de Capgemini y Merryll-Lynch, la fortuna que disponían globalmente en el 2008 por casi el 60%, en cinco años. De momento, el 2009 les ha ido más que bien. El segundo punto de apoyo de nuestra afirmación lo aporta el anteriormente citado informe de 2010 dedicado exclusivamente a los ricos de la “región Asia-Pacífico”. Los datos más interesantes de este informe desvelan que ya en el 2009 los niveles de la riqueza acumulada por los HNWI de la región, volvían también a los niveles de 2007, anterior a la crisis. Es decir, los HNWI crecieron en el 2009 exactamente un 25,8% y su riqueza conjunta un 30,9% respecto al año anterior. Japón concentraba en el 2009 el 54,6% de todos los HNWI de la región y el 40’3% de la riqueza de los mismos.


La conclusión del informe de Capgemini y Merryll-Lynch es: “Alrededor del planeta, la creación de HNWI y de riqueza depende muy estrechamente del éxito de cada país en la gestión de la incipiente recuperación económica… y de los desafíos globales en las condiciones financieras”. Lo que tiene por condición, puesto en palabras más directas, “servirse de la crisis bancaria (generada por préstamos inmobiliarios de mala calidad y por la morosidad, no por unos costes laborales altos) como ocasión para cambiar las leyes y permitir que las empresas privadas y los entes públicos puedan despedir de barato y más discrecionalmente a los trabajadores, así como reducir las pensiones y el gasto social a fin de pagar más a los bancos.” [2] Una guerra de clases en toda regla.

Notas:
[1] Pueden obtenerse en http://www.at.capgemini.com/. [2] Michael Hudson (2010): “Huelgas contra un golpe de Estado financiero en trance de obligar a Europa a cometer suicidio económico, demográfico y fiscal” (en http://www.sinpermiso.info/articulos/ficheros/hudsonh.pdf).
Daniel Raventós es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, miembro del Comité de Redacción de SINPERMISO y presidente de la Red Renta Básica.

Fuente: www.sinpermiso.info - 17/10/2010
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24 de noviembre de 2010

Gran Bretaña: Tristes augurios económicos

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Por Hedelberto López Blanch
Rebelión

Los pronósticos hechos hace cinco meses por el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz sobre el fracaso que conllevaría la aplicación de los recortes presupuestarios británicos se han ido convirtiendo en realidad antes de finalizar 2010.

La crisis económica-financiera aprieta cada vez más a las naciones integrantes de la Unión Europea. En el caso del Reino Unido, el gobierno de coalición dirigido por el conservador David Cameron aprobó drásticas reducciones del gasto público que ya afectan fundamentalmente a las capas más desfavorecidas del país.

Las rebajas fueron radicales y alcanzan hasta 40% de los presupuestos de algunos ministerios para un período de cinco años, es decir, mucho más de 10% a 25%, que había anunciado el jefe de Finanzas del gobierno, George Osborne, el pasado mes de junio.

En aquella ocasión Stiglitz, también profesor de economía y finanzas en la Columbia Business School afirmó al diario inglés The Independent, que la propuesta presentada por Osborne provocaría una recesión profunda y dañaría a millones de británicos.

Como preparación de una fuerte campaña propagandística a favor de las medidas que se avecinaban, una entidad creada por el gobierno conservador-liberal, denominada Oficina de Responsabilidad Fiscal (ORF), divulgó que en 2010, el déficit fiscal llegaría a 230.000 millones de dólares, o sea, 10,5% del Producto Interno Bruto (PIB).

La ORF auguraba que para 2015 la deuda acumulada estaría en el orden de los 2.000 billones de dólares y los intereses a pagar a los acreedores rebasarían los 100.000 millones de dólares anuales.

Si en junio, a solo un mes de llegar al poder la coalición de conservadores y liberales, se anunciaba que los recortes no tocarían a la salud y a la educación, ahora éstos ya han entrado en el ruedo pues Londres pretende ahorrar a toda costa más de 80.000 millones de libras (126.000 millones de dólares) hasta el final de la legislatura en 2015.

Entre las medidas se encontraban: aumento del impuesto al consumo de 17,5% a 20%; congelación de los impuestos municipales; tributo a los bancos por unos 2.000 millones de libras; subida de impuestos al capital en posesiones no empresariales tales como segundas casas; recorte del subsidio a la vivienda; reducción de 10% a 25% de los gastos ministeriales.

Ahora se incluye una reducción de los subsidios sociales por valor de 18.000 millones de libras (28.000 millones de dólares), con lo cual los Tories en el poder, según los analistas, se encaminan a desmantelar el estado de bienestar social instaurado tras la Segunda Guerra Mundial.

La Organización Internacional y del Trabajo informó de que en el trimestre abril-junio la cifra de parados en el Reino Unido llegó a 2.640.000, que representa 7,9% de la mano de obra económicamente activa.

La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria estimó que con las nuevas imposiciones anunciadas a principios de noviembre por el ministro Osborne, se perderán 600.000 empleos en el sector público y una cifra similar en el sector privado, lo cual afectará a la población más pobre.

Para Stiglitz, la fórmula de reducción de gastos propuesta en el Reino Unido, disminuye la actividad económica por contracción de la inversión, aumenta por tanto el desempleo, baja el monto de dinero por impuestos y no hay suficiente riqueza para pagar las deudas.

Los Tories han ido más lejos al proponer sanciones para desempleados que rechacen ofertas laborales como jardinería y limpieza de calles, con el riesgo de perder los subsidios ante cualquier negativa. Además, el plan unificará el pago en un único subsidio para las personas sin trabajo en lugar de las 30 categorías actuales de cobro.

Los sindicatos han anunciado la proyección de masivas manifestaciones para protestar contra las acciones económicas de los conservadores, mientras que el portavoz del Partido Laborista, Alan Jhon-son, calificó el presupuesto de injusto e insensato e incluso falso con respecto a algunas estadísticas.

Las mayores protestas hasta ahora transcurrieron en la primera quincena de noviembre cuando más de 50.000 jóvenes se lanzaron a las calles y un centenar penetró en la sede del Partido Conservador en Londres para rechazar la anunciada subida de las matrículas universitarias.

Los jóvenes rompieron ventanales en la planta baja y se introdujeron en el vestíbulo del edificio 30 Millibank, que alberga el cuartel general de la formación liderada por el primer ministro David Cameron a orillas del Támesis, en el céntrico barrio de Westminster, según reportes de prensa. El gobierno anunció el 3 de noviembre un aumento de las matrículas universitarias antes de 2012, algunas de las cuales podrían llegar a triplicar sus costos.

En la actualidad, el importe tiene un tope de 3.290 libras (5.300 dólares) anuales por alumno, pero el gobierno anunció la intención de aumentarlas hasta 6.000 libras (9.650 dólares) e incluso 9.000 libras.

Con la situación imperante en el Reino Unido, más de 50% de los estudiantes no pueden encontrar trabajo y la mayoría no podrá pagar las matrículas.

La crisis mundial que ha dado una estocada al sistema capitalista, el mal manejo de la economía inglesa y los gastos en que esta ha incurrido para ayudar a Estados Unidos a mantener las ocupaciones en Iraq y Afganistán, han llevado a esa nación europea a una situación embarazosa. La culpa de los deslices y desaciertos que durante años han cometido los funcionarios políticos, el gobierno conservador-liberal quiere resolverlos ahora a expensas de la población. La reducción de programas sociales, el incremento del desempleo y por ende, el aumento de la pobreza perseguirá a los ingleses en los próximos años.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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20 de octubre de 2010

El negocio de los "bangsters" de las finanzas

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¿Por qué el Estado regala dinero a fondo perdido?

JAVIER RUIZ PORTELLA

Yo, la verdad, ya he perdido la cuenta (y seguro que ustedes también) de los miles de millones de euros que el Estado providencia se apresta providencialmente a pagar a los que, quitándoles la “g” inicial, cabe ciertamente denominar los bangsters de las finanzas.

Han llevado el sistema al borde del precipicio (si al menos se cayera una vez por todas por él…), estamos todos sufriendo cada día las consecuencias de la mayor crisis desde el final de la Guerra Civil Europea, deberán nuestros impuestos pagar a los bangsters de las finanzas la más millonaria suma de toda la historia… y aquí, señoras y señores, no pasa nada. Aún es hora de que se denuncie a un solo responsable del atraco, aún es hora de que se les detenga, de que se les despida sin un duro por falta laboral grave, aún es hora de que sus nombres, apellidos y cargos se den a conocer para público escarnio…

Aún es hora, sobre todo —mucho más importante que emprenderla contra los fieles servidores del sistema—, de que se aproveche tan favorable circunstancia (no hay mal que por bien no venga…) para meter mano una vez por todas a un sistema decrépito, corrupto e insostenible.

Había, por supuesto, que intervenir, había que aportar los miles de millones sin los cuales… los cuatro cuartos que usted, amigo, o su pequeña empresa, o la del vecino han entregado en depósito a los bangsters se habrían esfumado como humo de pajas.

Había que intervenir, sí, pero… no a fondo perdido, como se está haciendo. Había que intervenir, sí, pero no para efectuar un generoso regalo de miles de millones de euros. Un regalo que no entraña nada: los efímeros controles que se puedan establecer nunca evitarán que, si salen de ésta, la debacle se vuelva a producir. Un regalo que no entraña, en fin, la única solución viable: que el donante comprenda que los hombres, dejados a su libre codicia, son incapaces de autorregular el sistema económico. Es decir, que el Estado —esto es: la comunidad de hombres y de historia movidos por un destino colectivo—comprenda una vez por todas que la dichosa “Mano Invisible” del liberalismo es tan invisible como inexistente, y, desmontando el mafioso negocio, se haga con la propiedad de los bancos. O lo que es lo mismo: tanto con su regulación como con los beneficios que volverán a producir —perdón: que, según las últimas noticias, siguen produciendo (a ritmo menor, es cierto).

Todo ello, sin embargo, sólo tendría sentido si el Estado fuera otra cosa de lo que es hoy; si el Estado dejara de ser, por supuesto, la gigantesca, burocrática maquinaria sin alma en que se ha convertido; si dejara de ser, como decía Nietzsche, «el más frío de todos los monstruos fríos. Frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: “Yo, el Estado, soy el pueblo”». Todo ello sólo tendría sentido si el Estado fuera de verdad, como decía antes, «la comunidad de hombres y de historia movidos por un destino colectivo» en que consiste el único sentido del Estado.

Fuente: ElManifiesto.com
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10 de octubre de 2010

LA TRAMPA DEL DESENDEUDAMIENTO PÚBLICO.

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"...Los razonamientos convalidantes del discurso oficial y de la gestión de re-endeudamiento de la presente Administración Kirchner ocultan esta suerte de “Lavado de Deuda” que hoy se está produciendo en la Argentina y esconderían así el nudo de la Cuestión del Sistema de Deuda Perpetua bajo la tradicional complicidad de los Gobiernos de Turno con los Acreedores del Estado".

Por Héctor GIULIANO (26.9.2010)

En la fecha Página 12 edita un artículo de Alfredo Zaiat donde – en línea con una posición de defensa a la gestión del Gobierno Kirchner en materia de Deuda Pública - se plantean argumentos incompletos y engañosos acerca del estado actual del endeudamiento argentino. El objeto de este breve trabajo es formular algunas observaciones y comentarios de importancia que fundamentan esta aseveración personal.

Desde el Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005 la política de la actual Administración ha sido diferir Deuda Pública, capitalizar Intereses, emitir Deuda ajustada por Inflación, reconocer adicionales por Cupones ligados al PBI, negociar un arreglo de la Deuda Externa del Proceso Militar con el Club de París, pagar Deuda a Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID) y también a Acreedores Privados con Reservas del BCRA (que fueron compradas con Deuda de Letras y Notas). Y todo ello con la finalidad expresa y declarada de volver al Mercado Internacional de Capitales para tomar nuevas Deudas.

LOS NÚMEROS DE LA DEUDA.

Según cifras oficiales del Ministerio de Economía, la Deuda Pública al 30.6.10 es de 156.700 Millones de Dólares (MD), a los que hay que agregarle 16.500 MD más por la Deuda no presentada al Canje del 2005: en total, 173.200 MD. Más del 60 % de esta deuda está contraída en Moneda Extranjera.

Nuestro país no tiene demostrada la capacidad de repago para responder a este stock de Deuda y, tal como se viene haciendo desde hace 30 años y a través de sucesivos gobiernos – desde el Proceso hasta la fecha – su porvenir es sólo acotar el importe de pago de los Servicios de Intereses y refinanciar o reestructurar permanentemente sus vencimientos de Capital.

Cabe aclarar que este monto de 173 mil MD es la Deuda en cabeza del Estado Central. No están incluidas aquí: a) la Deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA), a través de LEBAC y NOBAC, que suman el equivalente de 21.000 MD, b) la Deuda Consolidada de las Provincias (que, lo mismo que la Nación, no incluye el cómputo de la Deuda Flotante) y que totaliza unos 27.000 MD (105.000 Millones de Pesos-M$), si bien las 2/3 partes están contraídas con el Estado Central, c) las Deudas de los Municipios, sobre las que no hay datos, d) las Deudas de Organismos Nacionales, Empresas del Estado y Fondos Fiduciarios, sobre las que tampoco hay datos, ni e) la Deuda Contingente por Juicios contra el Estado, que normalmente no se considera a los efectos del cálculo de Pasivos Públicos.

Además, debe tenerse presente que existe Deuda no Registrada por el Gobierno, que está dada fundamentalmente por el monto de los Intereses a Capitalizar, los ajustes de la Deuda en Pesos indexada por CER, el pago de los Cupones ligados al Producto Bruto (ULPBI) y el valor de mercado de dichos cupones, para el caso de rescate.

La Deuda estaría aumentando así, por estos conceptos, entre 6.000 y 8.000 MD por año inercialmente, es decir, aunque la Argentina no contrajera nuevas deudas. Si el año pasado (2009) no se incrementó en esta proporción no fue porque se cancelaran más obligaciones con recursos ordinarios sino porque se usaron Reservas Internacionales para pagar Deudas y porque excepcionalmente se produjo una diferencia de cambio favorable con respecto al Dólar, lo que llevó a una contención contable de las cifras del endeudamiento, que de todas maneras creció en 1.000 MD.

Todo esto significa que la Deuda Pública Nacional sobrepasa los 200.000 MD y que las cifras finales no están claras ni completas a través de las informaciones oficiales.

Según datos tomados del Proyecto de Ley (PL) 2011, el PBI Argentino sería hoy de unos 330.000 MD, por lo que una Deuda del Gobierno Central del orden de los 173.000 MD equivaldría al 52 % del Producto.

Este Índice Deuda/PBI – comúnmente usado como ratio de medición de la Deuda Pública – no tendría, por otra parte, una significación muy concreta en términos de capacidad directa de repago del país porque toma en cuenta dos cifras de naturaleza diferente: un total de Deuda Financiera contra el valor de la Producción Nacional de un año.

Pero dejando de lado cuestiones de metodología – que son opinables - y volviendo al contenido del artículo de referencia, nos encontramos con un razonamiento no completo en lo tocante las cifras del Proyecto de Presupuesto 2011 y en lo inherente al cambio en la estructura del endeudamiento que se está produciendo en la Argentina.

DEUDA Y PRESUPUESTO 2011.

El pago anual de Intereses de la Deuda en 2011 sería de unos 9.000 MD (36.400 M$), contra 7.200 en 2010 (28.400 M$): un aumento del 28.5 % (que se supone en gran medida influido por la normalización de deudas en default y retoma de los pagos de cupones ligados al PBI).

El Proyecto de Presupuesto 2011 prevé Amortizaciones de Deuda Pública por el equivalente a 27.400 MD y la toma de Nueva Deuda por 36.800, esto es, que el aumento de la Deuda está previsto en 9.400 MD.

Además, la iniciativa oficial prevé el pago de 7.500 MD con Reservas del BCRA (Artículo 65), contempla el pago de 2.200 MD por cupones del PBI a fin del año y autoriza endeudamiento adicional del Ministerio de Planificación por 7.600 MD para “Inversiones Prioritarias” (Artículo 50).

Por ende, el stock de Deuda previsto para el año que viene se incrementa sustancialmente en relación al año actual, aún con el uso de los activos financieros del BCRA para los pagos parciales de Capital, porque lo concreto es que la Deuda va a seguir aumentando.

LA DEUDA INTRA-ESTADO.

El Gobierno Kirchner, como es de público y notorio conocimiento, está utilizando Activos Financieros del Estado para pagar Deuda Pública. Se trata, en su mayoría, de préstamos forzosos obtenidos de la ANSES y del BCRA; de modo que la Deuda Intra-Sector Público ha venido creciendo en forma extraordinaria. Según el Ministerio de Economía sería el 54 % de la Deuda Total.

Pero la proporción de Deuda de los Entes Oficiales que más prestan al Tesoro es muy alta: el 62 % del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Sistema Previsional (ANSES) está colocado en Títulos Públicos (unos 23.000 MD) y las magnitudes de Préstamos por parte del BCRA – Adelantos Transitorios al Tesoro por más de 10.000 MD y Cartera de Bonos en poder del Banco por otros 20.000 MD (sin contar la transferencia de Utilidades) – es igualmente récord.

Ahora bien, ¿qué significa esta Deuda Intra-Estado?

La Administración Kirchner está multiplicando sus operaciones de refinanciación continua de vencimientos a través de novaciones de Deuda y de Administración de Pasivos, que consisten – estos últimos – en el pago a unos Acreedores (Acreedores Privados) con nuevos préstamos colocados en otros acreedores (Entes Públicos).

Dicho con otras palabras: el Gobierno está pagando grandes sumas de dinero para cumplir rigurosamente con los Acreedores Privados a costa de endeudarse con el propio Estado, una suerte de “empapelamiento” Intra-Estado apelando a sus Activos Financieros.

Porque así como en la Década del ´90 la Administración Menem – siguiendo la fórmula de Pago de Deuda con Activos dictada por los Acreedores - pagó parte de la Deuda Externa con Empresas del Estado, que eran Activos Físicos, hoy la Administración Kirchner está apelando a la misma fórmula de Pago, con la diferencia que usa Reservas Internacionales del BCRA, que son Activos Financieros. Pero el efecto de descapitalización o debilitamiento de los Activos es el mismo y el costo alternativo sobre las Finanzas del Estado por el uso de estos fondos también.

Con el agravante que las Reservas del BCRA que se usan para pagar Deuda con los Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID y CAF, e incluso Club de Paris) y con Acreedores Privados han sido compradas con Deuda del Banco Central (por la vía indirecta de LEBAC y NOBAC).

Cuando la Presidenta y el Ministro de Economía dicen que es negocio seguir pagando deudas con Reservas – que hoy sólo estarían rindiendo el 0.5 % - en lugar de refinanciarlas con nuevas deudas tomadas a más de un dígito de Interés (y hasta una supuesta oferta al 8.75 %) omiten decir que las reservas del BCRA con que se paga a los Acreedores están tomadas con deudas contraídas por el Banco a una tasa promedio del 14 % anual en pesos que hoy, con el “dólar quieto”, equivale a un 14 % en dólares.

Entonces, nos encontramos con la realidad que el Gobierno Kirchner está abonando a los Acreedores Privados con la contracción continua de más Deuda Pública Intra-Estado, lo que acentúa el proceso de empapelamiento propio sin capacidad de repago y la descapitalización o riesgo de baja calidad de los activos del Banco Central, de la ANSES, del Banco Nación y de todos los Entes de la Administración Nacional que le siguen prestando al Tesoro.

UNA SITUACIÓN TRANSITORIA.

Pero en todo este proceso de pseudo-desendeudamiento en curso hay elementos tanto o más graves todavía ya que esta operatoria sistemática de pagos en curso – que es presentada como favorable, manejable y rentable – tiene por finalidad, expresa y declarada, “acceder al Mercado Internacional de Capitales” lo que, en buen romance, significa volver a endeudarnos.

Porque el objetivo de la actual política de cancelaciones a ultranza con nuevas deudas (hoy por hoy principalmente Deudas Intra-Estado) y con Activos Financieros del Estado (Reservas del BCRA) deviene así tan sólo un “Préstamo-Puente” que el Gobierno se da a sí mismo para aguantar un período de transición con la finalidad de volver a tomar más deudas que lo seguirán manteniendo en el Sistema de Deuda Perpetua que rige en nuestro país desde hace 30 años.

O sea, que esto no se hace para salir de la Trampa de la Deuda sino, por el contrario, para permanecer dentro de ella.

La Administración Kirchner está pagando a los Acreedores Privados y a los Organismos Financieros Internacionales para liquidar Deuda Vieja y quedar en libertad de acción para seguir contrayendo Deuda Nueva; no para bajar el stock de Deuda (que considera bueno pese a que las autoridades no pueden demostrar la capacidad de repago del país) sino para pedir prestado más fondos, con el argumento que ese dinero se conseguirá así a una Tasa de Usura un poco más baja que la actual (ayudado por la circunstancia de una caída generalizada de tasas a nivel mundial antes que por el supuesto “mérito” de la Argentina).

Y con el peligro que más de la mitad de la Deuda está hoy nuevamente contraída a Tasas de Interés variable.

Por eso, la idea de “transformación” de la estructura de Acreedores de la Deuda Pública con una menor proporción de Acreedores Privados es engañosa, porque sólo refleja una situación transitoria, ya que es producto del privilegio de pago a ciertos acreedores (que la Opinión Pública desconoce dado que las Operaciones de Crédito Público son secretas) y porque – conforme se sospecha y se está incluso denunciando – las autoridades pudieran estar favoreciendo a ciertos tenedores de bonos rescatando títulos a mayor precio que el de cotización en el Mercado.

De allí la importancia que el Congreso audite las Operaciones de Crédito Público, no sólo para saber si el Gobierno cumplió con el requisito fijado de un Canje 2 en condiciones no mejores que las del Megacanje 2005, sino además para poder conocer a qué Acreedores y en qué condiciones se les está comprando o pagando a costa de seguir endeudando al Estado consigo mismo.

EL ALLANAMIENTO A LOS ACREEDORES.

Todo este proceso en curso, finalmente, no puede entenderse si no se percibe un replanteo de fondo del Gobierno en aras de reemplazar la estructura de Deuda hoy existente por una nueva estructura tendiente a efectivizar una suerte de “borrón y cuenta nueva” en las Deudas del Estado.

Este mecanismo está llevando a una nueva etapa de sustitución o reemplazo de Deudas Viejas por Deudas Nuevas que, aparte de continuar el circuito permanente de re-endeudamiento, favorecen el anonimato del negociado continuo del Sistema de la Deuda.

Con el agravante que la Presidenta, en su Discurso del 4.3.10, no sólo sostiene la legitimidad incuestionable de toda la Deuda Pública – en línea con los intereses de los Acreedores – sino que con ello está soslayando además el valor de todas las investigaciones en curso sobre las gravísimas irregularidades de la Deuda contenidas en las Causas Olmos I – que está todavía pendiente de tratamiento por parte del Congreso – Olmos II s/endeudamiento bajo los gobiernos democráticos sucesores del Proceso Militar, Megacanje De la Rúa-Cavallo de 2001 (que se encuentra en Segunda Instancia) y Denuncia Olmos Gaona-Marcos, que pide investigar la responsabilidad de todos y cada uno de los gobiernos que contrajeron y siguen contrayendo Deuda Pública, incluyendo el actual.

Los razonamientos convalidantes del discurso oficial y de la gestión de re-endeudamiento de la presente Administración Kirchner ocultan esta suerte de “Lavado de Deuda” que hoy se está produciendo en la Argentina y esconderían así el nudo de la Cuestión del Sistema de Deuda Perpetua bajo la tradicional complicidad de los Gobiernos de Turno con los Acreedores del Estado.-

Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 26.9.2010

Fuente: Red Patriótica Argentina
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17 de septiembre de 2010

¿Crisis? ¿Qué crisis?

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¡Los beneficios crecen como la espuma!

por James Petras*


Mientras los progresistas y los izquierdistas escriben sobre las «crisis del capitalismo», los productores, las empresas petrolíferas, los banqueros y casi todas las demás empresas grandes de ambos lados de la costa del Atlántico y el Pacífico no dejan de reírse camino del banco.

Desde el primer trimestre de este año los beneficios empresariales se han disparado más de un 100 por cien (The Financial Times, 10 de agosto de 2010, p. 7). En realidad, los beneficios empresariales han aumentado más que antes del inicio de la recesión en 2008 (Money Morning, 31 de marzo de 2010). Contrariamente a lo que dicen los blogueros progresistas, las tasas de beneficio aumentan, no disminuyen, sobre todo entre las empresas más grandes (Consensus Economics, 12 de agosto de 2010). La solidez de los beneficios empresariales es una consecuencia directa de las crisis agudas de la clase trabajadora, los empleados públicos y privados y las pequeñas y medianas empresas.

Con el estallido de la recesión, los grandes capitales destruyeron millones de puestos de trabajo (uno de cada cuatro estadounidenses ha estado sin empleo en 2010), obtuvieron contrapartidas de los líderes sindicales, gozaron de exenciones fiscales y recibieron subsidios y préstamos casi sin interés de los gobiernos locales, estatales y federales.

Desocupados - Antonio Berni

Cuando la recesión tocó fondo provisionalmente, las grandes empresas duplicaron la producción con la mano de obra existente, lo que supuso intensificar la explotación (más producción por trabajador), y redujeron costes trasladando a la clase trabajadora una cuota muy superior de los gastos de seguros sociales y pensiones con la conformidad de las autoridades sindicales multimillonarias. El resultado es que, aunque los ingresos descendieron, los beneficios aumentaron y las cuentas de resultados mejoraron (The Financial Times, 10 de agosto de 2010).

Por paradójico que resulte, los consejeros delegados de las empresas han utilizado el pretexto y la retórica de las «crisis» extrayéndolos de los periodistas progresistas para impedir que los trabajadores exigieran una cuota mayor de unos beneficios rampantes, ayudados por la siempre creciente batería de trabajadores sin empleo o subempleados susceptibles de ejercer de «sustitutos» (esquiroles) en caso de huelga.

La actual expansión de los beneficios no ha repercutido en todos los sectores del capitalismo: las ganancias imprevistas se han acumulado de forma abrumadora en las empresas más grandes. En cambio, entre las pequeñas y medianas empresas se ha disparado la tasa de quiebras y de pérdidas, lo que las ha convertido en presas baratas y fáciles de adquirir para las «hermanas mayores» (The Financial Times, 1 de agosto de 2020). Las crisis del capital intermedio han desembocado en la concentración y centralización de capital y han contribuido a elevar la tasa de beneficios de las empresas más grandes.

Los errores de diagnóstico de las crisis capitalistas en que han incurrido la izquierda y los progresistas ha sido un problema permanente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando nos dijeron que el capitalismo se había «estancado» y se precipitaba hacia el derrumbamiento final. Los últimos profetas del apocalipsis vieron en la recesión de 2008-2009 la quiebra absoluta y definitiva del sistema capitalista mundial.

Cegados por el etnocentrismo euroamericano, no lograron apreciar que el capital asiático no ha entrado nunca en la «crisis final» y América Latina padecía una versión tibia y pasajera (The Financial Times, 9 de junio de 2010, p. 9). Los falsos profetas no acertaron a reconocer que los diferentes tipos de capitalismo son más o menos susceptibles a las crisis... y que algunas variantes suelen experimentar recuperaciones rápidas (Asia, América Latina, Alemania), mientras que otras (Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa oriental y meridional) son más propensas a experimentar recuperaciones endebles y precarias.

Mientras Exxon-Mobile registraba un aumento de los beneficios superior al 100 por cien en el año 2010 y los fabricantes de automóviles obtenían sus mayores beneficios en los últimos años, los salarios y el nivel de vida de los trabajadores descendía y los empleados del sector público padecían recortes salariales y de plantilla masivos. Está claro que la recuperación del beneficio empresarial se basa en el recrudecimiento de la explotación de la mano de obra y en el incremento de transferencias de recursos públicos a las grandes empresas privadas.

El Estado capitalista, con el Presidente demócrata Obama a la cabeza, ha transferido miles de millones de dólares al gran capital a través de operaciones de rescate directas, préstamos casi sin intereses, reducciones de impuestos y presiones a la mano de obra para que acepte salarios más bajos y retrocesos en el ámbito de la salud y las pensiones. El plan de la Casa Blanca para la «recuperación» ha superado con creces las expectativas: los beneficios empresariales se han recuperado; «sólo» la inmensa mayoría de los trabajadores se ha hundido más en las crisis.

Las predicciones fallidas de los progresistas al respecto del ocaso del capitalismo son consecuencia de haber subestimado el extremo hasta el cual la Casa Blanca y el Congreso serían capaces de saquear las arcas públicas para resucitar al capital. Subestimaron el extremo hasta el cual se había ayudado al capital para desplazar la totalidad de la carga de la recuperación de beneficios sobre las espaldas de la mano de obra. En ese aspecto, la retórica progresista sobre la «resistencia de la mano de obra» y el «movimiento sindical» reflejaban no entender que prácticamente no ha habido resistencia al retroceso de los salarios sociales y monetarios porque no existe mano de obra organizada. Lo que pasa por serlo está absolutamente anquilosado y actúa al servicio de los defensores de Wall Street del Partido Demócrata en la Casa Blanca.

Lo que revela el actual impacto desigual y no equitativo del sistema capitalista es que los capitalistas sólo pueden superar las crisis acentuando la explotación y haciendo retroceder décadas de «conquistas sociales». No obstante, el proceso en curso de recuperación del beneficio es enormemente precario porque se basa en la explotación de existencias previas, en tasas de interés muy bajas y en la reducción de los costes laborales (The Financial Times, 10 de agosto de 2010, p. 7). No se basa en inversiones privadas nuevas y dinámicas, ni en el incremento de la capacidad productiva. En otras palabras, son «conquistas caídas del cielo»; no beneficios derivados de los ingresos por un aumento de las ventas, ni por la expansión de los mercados de consumidores.

¿Cómo podría ser de otra manera, si los salarios descienden y la mano de obra desempleada, subempleada o desaparecida es superior al 22 por ciento? Sin duda, esta expansión de los beneficios a corto plazo, basada en ventajas políticas y sociales y en privilegios de poder, no es sostenible.

El despido masivo de empleados públicos y la obtención de beneficios de la producción a base de intensificar la explotación de la mano de obra tienen límites... habrá que sacrificar algo. Una cosa está clara: el sistema capitalista no desaparecerá ni será sustituido a causa de su podredumbre o sus «contradicciones» internas.

* James Petras es profesor emérito de sociología en la universidad de Binghamton (New York). Intelectual emblemático de la izquierda estadounidense, es autor de numerosas obras.-

Fuente: Red Voltaire
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10 de septiembre de 2010

Estados Unidos está superquebrado y no lo sabe

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Alfredo Jalife-Rahme


Antecedentes

La peor contabilidad del mundo resultó la anglosajona, cuyos engaños fueron obscenamente detectados con la colusión de la fraudulenta gasera texana Enron y la empresa contable global Arthur Andersen.

No existe rubro de la actividad de Estados Unidos que no haya sido puesto en la picota contable: desde el tamaño de su deuda en proporción al PIB –exhumada por el célebre Reporte Wegelin y que alcanza 600 por ciento (¡así, con tres dígitos!): cuatro veces las cifras “oficiales (ver Bajo la Lupa, 21/10/09)– hasta sus polémicas reservas de oro (ver Bajo la Lupa, 1/9/10).

En nuestro libro agotado El fin de una era: turbulencias de la globalización (Editorial Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2007), consagramos un capítulo a La quiebra de EU, según Kotlikoff y la Reserva Federal de San Luis.

A Lawrence Kotlikoff, profesor de economía de la Universidad de Boston y autor del libro La tormenta generacional que viene, le dimos el crédito que se merecía, pese a que su profesión –en particular el género de teólogos neoliberales en Estados Unidos y Gran Bretaña– ha sido severamente cuestionada.

Hace cuatro años, cuando fungía como investigador de la Reserva Federal de San Luis, Lawrence Kotlikoff advirtió sobre el colosal déficit presupuestario y la bomba de tiempo de las pensiones y la seguridad social, que habían expuesto una brecha fiscal de 65.9 billones de dólares, en ese entonces más de cinco veces el PIB de Estados Unidos y casi dos veces el tamaño de la riqueza nacional, lo cual lleva(rá) al país a la quiebra (Bajo la Lupa, 21/7/06). Lawrence Kotlikoff concluía que el gobierno de Estados Unidos está quebrado en la medida en que es incapaz de pagar a sus acreedores.

Russia Today (4/9/10) expone en forma dramática la deuda impagable de los estudiantes desamparados para pagar su educación, que cataloga de esclavos laborales debido al “adeudo de más de 830 mil millones de dólares y quienes, para colmo de males, han sido los más desprotegidos y perjudicados por el galopante desempleo.

Hechos

Pasaron cuatro años desde su histórica investigación y Lawrence Kotlikoff vuelve a la carga en un editorial para Bloomberg (10/8/10): EU está quebrado y no lo sabemos.

Las cosas han empeorado y hoy la brecha fiscal pasó de aquellos inverosímiles 65.9 billones de dólares a unos escalofriantes 202 billones de dólares. ¡Se quedó corto por tres veces!

Tengo que confesar que cuando leí ahora la cifra, pese a que ya había sido persuasivamente sensibilizado, creí que había sido un error de dedo: se me hacía inconcebible que la brecha fiscal se hubiera triplicado en cuatro años. Luego constaté que la bomba Kotlikoff había sido retomada por blogistas del más alto nivel y me percaté de que la cifra de tres dígitos era más que real: en cuatro años Estados Unidos pasó de quebrado a superquebrado, lo cual ni Obama ni el Partido del Té ni Jehová podrán resolver juntos.

Lawrence Kotlikoff lo sintetiza en forma perentoria: Seamos realistas. Ni el gasto ni menores impuestos ayudarán al país a pagar sus facturas.

Ahora se basa en la reciente revisión anual de la política (sic) económica de Estados Unidos por el FMI que, según su interpretación hermenéutica, pronuncia efectivamente la quiebra (¡supersic!) de Estados Unidos en la sección 6 de los Temas selectos de julio de 2010: Cerrar la brecha fiscal requiere un ajuste fiscal permanente por año que equivale a alrededor de 14 por ciento del PIB de Estados Unidos.

Lawrence Kotlikoff explaya que la brecha fiscal es el valor presente de la diferencia entre el gasto proyectado (que incluye el servicio de la deuda oficial) y el ingreso proyectado en todos los años futuros.

El investigador de la Universidad de Boston coloca en perspectiva el significado de la brecha fiscal anual de 14 por ciento del PIB frente a los presentes ingresos federales, que son hoy 14.9 por ciento del PIB: por el lado de los ingresos significa que para cerrar la brecha fiscal se requiere, grosso modo, duplicar en forma inmediata (sic) y permanente (sic) los ingresos personales, así como los impuestos empresariales y federales, además de otros impuestos a la nómina laboral.

Esta terapia de choque es muy teórica, a fortiori, en un país convulsionado por los vaivenes electorales que se prestan a lucrar con el malestar ciudadano como le ha sucedido a Obama frente al ascenso del Partido del Té: un conglomerado de nativistas WASP (blancos-protestantes-anglosajones) que colisiona con las otras etnias y religiones abatidas por las deudas, el desempleo y hasta la persecución al estilo Arizona.

Todavía peor: Lawrence Kotlikoff calculó los datos de La perspectiva presupuestal de largo plazo de la Oficina del Presupuesto del Congreso, publicada el mes de junio, donde emergen pasivos no oficiales (sic) y que llevan a la cifra espeluznante de una brecha fiscal por 202 billones de dólares: ¡más de 15 veces la deuda oficial de 13.3 billones de dólares!

Después de exhumar la lingüística singular del engaño contable, Lawrence Kotlikoff tiene una paciencia mayor a la de Job en explicar por enésima vez la enormidad de la brecha fiscal: EU “cuenta con 78 millones de baby boomers (nota: la generación nacida en el intervalo de 1946 a 1964), quienes cuando se jubilen recaudarán los beneficios de la seguridad social y los seguros médicos (nota: Medicare y Medicaid), que en promedio exceden el PIB per cápita” y cuyos costos anuales totalizan 4 billones de dólares.

Concede que la economía de Estados Unidos será mayor en los próximos 20 años, pero insuficiente para cubrir sus pasivos reales año tras año.

Muy técnico, diagnostica que es lo que usualmente sucede cuando se maneja un masivo (sic) esquema Ponzi durante seis décadas (¡supersic!) sin respiro.

Sí, pero los esquemas Ponzi, al estilo del delincuente confeso Madoff, acaban por reventar.
Repite el trilema que se presenta desde hace cuatro años: 1) cortes masivos a las jubilaciones (al estilo Calderón y Alarcón, alias Lozano, en México); 2) incrementos astronómicos a los impuestos, y 3) impresión hiperinflacionaria de dólares (nota: para lo que fue llamado Ben Shalom Bernanke, alias Helicóptero, desde donde arrojará los billetes necesarios).

Lawrence Kotlikoff vaticina que su gobierno adoptará una combinación del trilema, un verdadero Catch-22, cuando Estados Unidos se encuentra en peor condición fiscal que Grecia.

Peter Gorenstein (Finance.Yahoo.com, 23/8/10) cita a Kotlikoff, quien sentencia que Estados Unidos necesita una cirugía cardiaca mayor en lugar de las curitas que se han usado.

Conclusión

Más vale que el mundo entero –que por fortuna ha entrado a la incipiente era multipolar– prepare las exequias fiscales de Estados Unidos antes de que sea arrastrado en su naufragio, lo cual tendrá consecuencias dramáticas en la geopolítica mundial, como pregona Michael Mandelbaum, profesor de la Universidad Johns Hopkins, en su reciente libro La superpotencia frugal: el liderazgo de EU en la era de la tirantez de dinero.

El mundo va que vuela a la multipolaridad plural con el ascenso prodigioso del BRIC, lo cual acelerará la superquiebra financiera de Estados Unidos, como aducimos en nuestro próximo libro El híbrido mundo multipolar (Jorale Editores, 2010), que presentaremos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el próximo 4 de diciembre.

Fuente:
La Jornada. UNAM - Miércoles 8 de septiembre de 2010

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