24 de noviembre de 2010

Gran Bretaña: Tristes augurios económicos

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Por Hedelberto López Blanch
Rebelión

Los pronósticos hechos hace cinco meses por el premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz sobre el fracaso que conllevaría la aplicación de los recortes presupuestarios británicos se han ido convirtiendo en realidad antes de finalizar 2010.

La crisis económica-financiera aprieta cada vez más a las naciones integrantes de la Unión Europea. En el caso del Reino Unido, el gobierno de coalición dirigido por el conservador David Cameron aprobó drásticas reducciones del gasto público que ya afectan fundamentalmente a las capas más desfavorecidas del país.

Las rebajas fueron radicales y alcanzan hasta 40% de los presupuestos de algunos ministerios para un período de cinco años, es decir, mucho más de 10% a 25%, que había anunciado el jefe de Finanzas del gobierno, George Osborne, el pasado mes de junio.

En aquella ocasión Stiglitz, también profesor de economía y finanzas en la Columbia Business School afirmó al diario inglés The Independent, que la propuesta presentada por Osborne provocaría una recesión profunda y dañaría a millones de británicos.

Como preparación de una fuerte campaña propagandística a favor de las medidas que se avecinaban, una entidad creada por el gobierno conservador-liberal, denominada Oficina de Responsabilidad Fiscal (ORF), divulgó que en 2010, el déficit fiscal llegaría a 230.000 millones de dólares, o sea, 10,5% del Producto Interno Bruto (PIB).

La ORF auguraba que para 2015 la deuda acumulada estaría en el orden de los 2.000 billones de dólares y los intereses a pagar a los acreedores rebasarían los 100.000 millones de dólares anuales.

Si en junio, a solo un mes de llegar al poder la coalición de conservadores y liberales, se anunciaba que los recortes no tocarían a la salud y a la educación, ahora éstos ya han entrado en el ruedo pues Londres pretende ahorrar a toda costa más de 80.000 millones de libras (126.000 millones de dólares) hasta el final de la legislatura en 2015.

Entre las medidas se encontraban: aumento del impuesto al consumo de 17,5% a 20%; congelación de los impuestos municipales; tributo a los bancos por unos 2.000 millones de libras; subida de impuestos al capital en posesiones no empresariales tales como segundas casas; recorte del subsidio a la vivienda; reducción de 10% a 25% de los gastos ministeriales.

Ahora se incluye una reducción de los subsidios sociales por valor de 18.000 millones de libras (28.000 millones de dólares), con lo cual los Tories en el poder, según los analistas, se encaminan a desmantelar el estado de bienestar social instaurado tras la Segunda Guerra Mundial.

La Organización Internacional y del Trabajo informó de que en el trimestre abril-junio la cifra de parados en el Reino Unido llegó a 2.640.000, que representa 7,9% de la mano de obra económicamente activa.

La Oficina de Responsabilidad Presupuestaria estimó que con las nuevas imposiciones anunciadas a principios de noviembre por el ministro Osborne, se perderán 600.000 empleos en el sector público y una cifra similar en el sector privado, lo cual afectará a la población más pobre.

Para Stiglitz, la fórmula de reducción de gastos propuesta en el Reino Unido, disminuye la actividad económica por contracción de la inversión, aumenta por tanto el desempleo, baja el monto de dinero por impuestos y no hay suficiente riqueza para pagar las deudas.

Los Tories han ido más lejos al proponer sanciones para desempleados que rechacen ofertas laborales como jardinería y limpieza de calles, con el riesgo de perder los subsidios ante cualquier negativa. Además, el plan unificará el pago en un único subsidio para las personas sin trabajo en lugar de las 30 categorías actuales de cobro.

Los sindicatos han anunciado la proyección de masivas manifestaciones para protestar contra las acciones económicas de los conservadores, mientras que el portavoz del Partido Laborista, Alan Jhon-son, calificó el presupuesto de injusto e insensato e incluso falso con respecto a algunas estadísticas.

Las mayores protestas hasta ahora transcurrieron en la primera quincena de noviembre cuando más de 50.000 jóvenes se lanzaron a las calles y un centenar penetró en la sede del Partido Conservador en Londres para rechazar la anunciada subida de las matrículas universitarias.

Los jóvenes rompieron ventanales en la planta baja y se introdujeron en el vestíbulo del edificio 30 Millibank, que alberga el cuartel general de la formación liderada por el primer ministro David Cameron a orillas del Támesis, en el céntrico barrio de Westminster, según reportes de prensa. El gobierno anunció el 3 de noviembre un aumento de las matrículas universitarias antes de 2012, algunas de las cuales podrían llegar a triplicar sus costos.

En la actualidad, el importe tiene un tope de 3.290 libras (5.300 dólares) anuales por alumno, pero el gobierno anunció la intención de aumentarlas hasta 6.000 libras (9.650 dólares) e incluso 9.000 libras.

Con la situación imperante en el Reino Unido, más de 50% de los estudiantes no pueden encontrar trabajo y la mayoría no podrá pagar las matrículas.

La crisis mundial que ha dado una estocada al sistema capitalista, el mal manejo de la economía inglesa y los gastos en que esta ha incurrido para ayudar a Estados Unidos a mantener las ocupaciones en Iraq y Afganistán, han llevado a esa nación europea a una situación embarazosa. La culpa de los deslices y desaciertos que durante años han cometido los funcionarios políticos, el gobierno conservador-liberal quiere resolverlos ahora a expensas de la población. La reducción de programas sociales, el incremento del desempleo y por ende, el aumento de la pobreza perseguirá a los ingleses en los próximos años.


Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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20 de octubre de 2010

El negocio de los "bangsters" de las finanzas

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¿Por qué el Estado regala dinero a fondo perdido?

JAVIER RUIZ PORTELLA

Yo, la verdad, ya he perdido la cuenta (y seguro que ustedes también) de los miles de millones de euros que el Estado providencia se apresta providencialmente a pagar a los que, quitándoles la “g” inicial, cabe ciertamente denominar los bangsters de las finanzas.

Han llevado el sistema al borde del precipicio (si al menos se cayera una vez por todas por él…), estamos todos sufriendo cada día las consecuencias de la mayor crisis desde el final de la Guerra Civil Europea, deberán nuestros impuestos pagar a los bangsters de las finanzas la más millonaria suma de toda la historia… y aquí, señoras y señores, no pasa nada. Aún es hora de que se denuncie a un solo responsable del atraco, aún es hora de que se les detenga, de que se les despida sin un duro por falta laboral grave, aún es hora de que sus nombres, apellidos y cargos se den a conocer para público escarnio…

Aún es hora, sobre todo —mucho más importante que emprenderla contra los fieles servidores del sistema—, de que se aproveche tan favorable circunstancia (no hay mal que por bien no venga…) para meter mano una vez por todas a un sistema decrépito, corrupto e insostenible.

Había, por supuesto, que intervenir, había que aportar los miles de millones sin los cuales… los cuatro cuartos que usted, amigo, o su pequeña empresa, o la del vecino han entregado en depósito a los bangsters se habrían esfumado como humo de pajas.

Había que intervenir, sí, pero… no a fondo perdido, como se está haciendo. Había que intervenir, sí, pero no para efectuar un generoso regalo de miles de millones de euros. Un regalo que no entraña nada: los efímeros controles que se puedan establecer nunca evitarán que, si salen de ésta, la debacle se vuelva a producir. Un regalo que no entraña, en fin, la única solución viable: que el donante comprenda que los hombres, dejados a su libre codicia, son incapaces de autorregular el sistema económico. Es decir, que el Estado —esto es: la comunidad de hombres y de historia movidos por un destino colectivo—comprenda una vez por todas que la dichosa “Mano Invisible” del liberalismo es tan invisible como inexistente, y, desmontando el mafioso negocio, se haga con la propiedad de los bancos. O lo que es lo mismo: tanto con su regulación como con los beneficios que volverán a producir —perdón: que, según las últimas noticias, siguen produciendo (a ritmo menor, es cierto).

Todo ello, sin embargo, sólo tendría sentido si el Estado fuera otra cosa de lo que es hoy; si el Estado dejara de ser, por supuesto, la gigantesca, burocrática maquinaria sin alma en que se ha convertido; si dejara de ser, como decía Nietzsche, «el más frío de todos los monstruos fríos. Frío incluso cuando miente; y ésta es la mentira que se desliza de su boca: “Yo, el Estado, soy el pueblo”». Todo ello sólo tendría sentido si el Estado fuera de verdad, como decía antes, «la comunidad de hombres y de historia movidos por un destino colectivo» en que consiste el único sentido del Estado.

Fuente: ElManifiesto.com
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10 de octubre de 2010

LA TRAMPA DEL DESENDEUDAMIENTO PÚBLICO.

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"...Los razonamientos convalidantes del discurso oficial y de la gestión de re-endeudamiento de la presente Administración Kirchner ocultan esta suerte de “Lavado de Deuda” que hoy se está produciendo en la Argentina y esconderían así el nudo de la Cuestión del Sistema de Deuda Perpetua bajo la tradicional complicidad de los Gobiernos de Turno con los Acreedores del Estado".

Por Héctor GIULIANO (26.9.2010)

En la fecha Página 12 edita un artículo de Alfredo Zaiat donde – en línea con una posición de defensa a la gestión del Gobierno Kirchner en materia de Deuda Pública - se plantean argumentos incompletos y engañosos acerca del estado actual del endeudamiento argentino. El objeto de este breve trabajo es formular algunas observaciones y comentarios de importancia que fundamentan esta aseveración personal.

Desde el Megacanje Kirchner-Lavagna del 2005 la política de la actual Administración ha sido diferir Deuda Pública, capitalizar Intereses, emitir Deuda ajustada por Inflación, reconocer adicionales por Cupones ligados al PBI, negociar un arreglo de la Deuda Externa del Proceso Militar con el Club de París, pagar Deuda a Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID) y también a Acreedores Privados con Reservas del BCRA (que fueron compradas con Deuda de Letras y Notas). Y todo ello con la finalidad expresa y declarada de volver al Mercado Internacional de Capitales para tomar nuevas Deudas.

LOS NÚMEROS DE LA DEUDA.

Según cifras oficiales del Ministerio de Economía, la Deuda Pública al 30.6.10 es de 156.700 Millones de Dólares (MD), a los que hay que agregarle 16.500 MD más por la Deuda no presentada al Canje del 2005: en total, 173.200 MD. Más del 60 % de esta deuda está contraída en Moneda Extranjera.

Nuestro país no tiene demostrada la capacidad de repago para responder a este stock de Deuda y, tal como se viene haciendo desde hace 30 años y a través de sucesivos gobiernos – desde el Proceso hasta la fecha – su porvenir es sólo acotar el importe de pago de los Servicios de Intereses y refinanciar o reestructurar permanentemente sus vencimientos de Capital.

Cabe aclarar que este monto de 173 mil MD es la Deuda en cabeza del Estado Central. No están incluidas aquí: a) la Deuda cuasi-fiscal del Banco Central (BCRA), a través de LEBAC y NOBAC, que suman el equivalente de 21.000 MD, b) la Deuda Consolidada de las Provincias (que, lo mismo que la Nación, no incluye el cómputo de la Deuda Flotante) y que totaliza unos 27.000 MD (105.000 Millones de Pesos-M$), si bien las 2/3 partes están contraídas con el Estado Central, c) las Deudas de los Municipios, sobre las que no hay datos, d) las Deudas de Organismos Nacionales, Empresas del Estado y Fondos Fiduciarios, sobre las que tampoco hay datos, ni e) la Deuda Contingente por Juicios contra el Estado, que normalmente no se considera a los efectos del cálculo de Pasivos Públicos.

Además, debe tenerse presente que existe Deuda no Registrada por el Gobierno, que está dada fundamentalmente por el monto de los Intereses a Capitalizar, los ajustes de la Deuda en Pesos indexada por CER, el pago de los Cupones ligados al Producto Bruto (ULPBI) y el valor de mercado de dichos cupones, para el caso de rescate.

La Deuda estaría aumentando así, por estos conceptos, entre 6.000 y 8.000 MD por año inercialmente, es decir, aunque la Argentina no contrajera nuevas deudas. Si el año pasado (2009) no se incrementó en esta proporción no fue porque se cancelaran más obligaciones con recursos ordinarios sino porque se usaron Reservas Internacionales para pagar Deudas y porque excepcionalmente se produjo una diferencia de cambio favorable con respecto al Dólar, lo que llevó a una contención contable de las cifras del endeudamiento, que de todas maneras creció en 1.000 MD.

Todo esto significa que la Deuda Pública Nacional sobrepasa los 200.000 MD y que las cifras finales no están claras ni completas a través de las informaciones oficiales.

Según datos tomados del Proyecto de Ley (PL) 2011, el PBI Argentino sería hoy de unos 330.000 MD, por lo que una Deuda del Gobierno Central del orden de los 173.000 MD equivaldría al 52 % del Producto.

Este Índice Deuda/PBI – comúnmente usado como ratio de medición de la Deuda Pública – no tendría, por otra parte, una significación muy concreta en términos de capacidad directa de repago del país porque toma en cuenta dos cifras de naturaleza diferente: un total de Deuda Financiera contra el valor de la Producción Nacional de un año.

Pero dejando de lado cuestiones de metodología – que son opinables - y volviendo al contenido del artículo de referencia, nos encontramos con un razonamiento no completo en lo tocante las cifras del Proyecto de Presupuesto 2011 y en lo inherente al cambio en la estructura del endeudamiento que se está produciendo en la Argentina.

DEUDA Y PRESUPUESTO 2011.

El pago anual de Intereses de la Deuda en 2011 sería de unos 9.000 MD (36.400 M$), contra 7.200 en 2010 (28.400 M$): un aumento del 28.5 % (que se supone en gran medida influido por la normalización de deudas en default y retoma de los pagos de cupones ligados al PBI).

El Proyecto de Presupuesto 2011 prevé Amortizaciones de Deuda Pública por el equivalente a 27.400 MD y la toma de Nueva Deuda por 36.800, esto es, que el aumento de la Deuda está previsto en 9.400 MD.

Además, la iniciativa oficial prevé el pago de 7.500 MD con Reservas del BCRA (Artículo 65), contempla el pago de 2.200 MD por cupones del PBI a fin del año y autoriza endeudamiento adicional del Ministerio de Planificación por 7.600 MD para “Inversiones Prioritarias” (Artículo 50).

Por ende, el stock de Deuda previsto para el año que viene se incrementa sustancialmente en relación al año actual, aún con el uso de los activos financieros del BCRA para los pagos parciales de Capital, porque lo concreto es que la Deuda va a seguir aumentando.

LA DEUDA INTRA-ESTADO.

El Gobierno Kirchner, como es de público y notorio conocimiento, está utilizando Activos Financieros del Estado para pagar Deuda Pública. Se trata, en su mayoría, de préstamos forzosos obtenidos de la ANSES y del BCRA; de modo que la Deuda Intra-Sector Público ha venido creciendo en forma extraordinaria. Según el Ministerio de Economía sería el 54 % de la Deuda Total.

Pero la proporción de Deuda de los Entes Oficiales que más prestan al Tesoro es muy alta: el 62 % del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) del Sistema Previsional (ANSES) está colocado en Títulos Públicos (unos 23.000 MD) y las magnitudes de Préstamos por parte del BCRA – Adelantos Transitorios al Tesoro por más de 10.000 MD y Cartera de Bonos en poder del Banco por otros 20.000 MD (sin contar la transferencia de Utilidades) – es igualmente récord.

Ahora bien, ¿qué significa esta Deuda Intra-Estado?

La Administración Kirchner está multiplicando sus operaciones de refinanciación continua de vencimientos a través de novaciones de Deuda y de Administración de Pasivos, que consisten – estos últimos – en el pago a unos Acreedores (Acreedores Privados) con nuevos préstamos colocados en otros acreedores (Entes Públicos).

Dicho con otras palabras: el Gobierno está pagando grandes sumas de dinero para cumplir rigurosamente con los Acreedores Privados a costa de endeudarse con el propio Estado, una suerte de “empapelamiento” Intra-Estado apelando a sus Activos Financieros.

Porque así como en la Década del ´90 la Administración Menem – siguiendo la fórmula de Pago de Deuda con Activos dictada por los Acreedores - pagó parte de la Deuda Externa con Empresas del Estado, que eran Activos Físicos, hoy la Administración Kirchner está apelando a la misma fórmula de Pago, con la diferencia que usa Reservas Internacionales del BCRA, que son Activos Financieros. Pero el efecto de descapitalización o debilitamiento de los Activos es el mismo y el costo alternativo sobre las Finanzas del Estado por el uso de estos fondos también.

Con el agravante que las Reservas del BCRA que se usan para pagar Deuda con los Organismos Multilaterales de Crédito (FMI, Banco Mundial, BID y CAF, e incluso Club de Paris) y con Acreedores Privados han sido compradas con Deuda del Banco Central (por la vía indirecta de LEBAC y NOBAC).

Cuando la Presidenta y el Ministro de Economía dicen que es negocio seguir pagando deudas con Reservas – que hoy sólo estarían rindiendo el 0.5 % - en lugar de refinanciarlas con nuevas deudas tomadas a más de un dígito de Interés (y hasta una supuesta oferta al 8.75 %) omiten decir que las reservas del BCRA con que se paga a los Acreedores están tomadas con deudas contraídas por el Banco a una tasa promedio del 14 % anual en pesos que hoy, con el “dólar quieto”, equivale a un 14 % en dólares.

Entonces, nos encontramos con la realidad que el Gobierno Kirchner está abonando a los Acreedores Privados con la contracción continua de más Deuda Pública Intra-Estado, lo que acentúa el proceso de empapelamiento propio sin capacidad de repago y la descapitalización o riesgo de baja calidad de los activos del Banco Central, de la ANSES, del Banco Nación y de todos los Entes de la Administración Nacional que le siguen prestando al Tesoro.

UNA SITUACIÓN TRANSITORIA.

Pero en todo este proceso de pseudo-desendeudamiento en curso hay elementos tanto o más graves todavía ya que esta operatoria sistemática de pagos en curso – que es presentada como favorable, manejable y rentable – tiene por finalidad, expresa y declarada, “acceder al Mercado Internacional de Capitales” lo que, en buen romance, significa volver a endeudarnos.

Porque el objetivo de la actual política de cancelaciones a ultranza con nuevas deudas (hoy por hoy principalmente Deudas Intra-Estado) y con Activos Financieros del Estado (Reservas del BCRA) deviene así tan sólo un “Préstamo-Puente” que el Gobierno se da a sí mismo para aguantar un período de transición con la finalidad de volver a tomar más deudas que lo seguirán manteniendo en el Sistema de Deuda Perpetua que rige en nuestro país desde hace 30 años.

O sea, que esto no se hace para salir de la Trampa de la Deuda sino, por el contrario, para permanecer dentro de ella.

La Administración Kirchner está pagando a los Acreedores Privados y a los Organismos Financieros Internacionales para liquidar Deuda Vieja y quedar en libertad de acción para seguir contrayendo Deuda Nueva; no para bajar el stock de Deuda (que considera bueno pese a que las autoridades no pueden demostrar la capacidad de repago del país) sino para pedir prestado más fondos, con el argumento que ese dinero se conseguirá así a una Tasa de Usura un poco más baja que la actual (ayudado por la circunstancia de una caída generalizada de tasas a nivel mundial antes que por el supuesto “mérito” de la Argentina).

Y con el peligro que más de la mitad de la Deuda está hoy nuevamente contraída a Tasas de Interés variable.

Por eso, la idea de “transformación” de la estructura de Acreedores de la Deuda Pública con una menor proporción de Acreedores Privados es engañosa, porque sólo refleja una situación transitoria, ya que es producto del privilegio de pago a ciertos acreedores (que la Opinión Pública desconoce dado que las Operaciones de Crédito Público son secretas) y porque – conforme se sospecha y se está incluso denunciando – las autoridades pudieran estar favoreciendo a ciertos tenedores de bonos rescatando títulos a mayor precio que el de cotización en el Mercado.

De allí la importancia que el Congreso audite las Operaciones de Crédito Público, no sólo para saber si el Gobierno cumplió con el requisito fijado de un Canje 2 en condiciones no mejores que las del Megacanje 2005, sino además para poder conocer a qué Acreedores y en qué condiciones se les está comprando o pagando a costa de seguir endeudando al Estado consigo mismo.

EL ALLANAMIENTO A LOS ACREEDORES.

Todo este proceso en curso, finalmente, no puede entenderse si no se percibe un replanteo de fondo del Gobierno en aras de reemplazar la estructura de Deuda hoy existente por una nueva estructura tendiente a efectivizar una suerte de “borrón y cuenta nueva” en las Deudas del Estado.

Este mecanismo está llevando a una nueva etapa de sustitución o reemplazo de Deudas Viejas por Deudas Nuevas que, aparte de continuar el circuito permanente de re-endeudamiento, favorecen el anonimato del negociado continuo del Sistema de la Deuda.

Con el agravante que la Presidenta, en su Discurso del 4.3.10, no sólo sostiene la legitimidad incuestionable de toda la Deuda Pública – en línea con los intereses de los Acreedores – sino que con ello está soslayando además el valor de todas las investigaciones en curso sobre las gravísimas irregularidades de la Deuda contenidas en las Causas Olmos I – que está todavía pendiente de tratamiento por parte del Congreso – Olmos II s/endeudamiento bajo los gobiernos democráticos sucesores del Proceso Militar, Megacanje De la Rúa-Cavallo de 2001 (que se encuentra en Segunda Instancia) y Denuncia Olmos Gaona-Marcos, que pide investigar la responsabilidad de todos y cada uno de los gobiernos que contrajeron y siguen contrayendo Deuda Pública, incluyendo el actual.

Los razonamientos convalidantes del discurso oficial y de la gestión de re-endeudamiento de la presente Administración Kirchner ocultan esta suerte de “Lavado de Deuda” que hoy se está produciendo en la Argentina y esconderían así el nudo de la Cuestión del Sistema de Deuda Perpetua bajo la tradicional complicidad de los Gobiernos de Turno con los Acreedores del Estado.-

Lic. Héctor L. GIULIANO
Buenos Aires, 26.9.2010

Fuente: Red Patriótica Argentina
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17 de septiembre de 2010

¿Crisis? ¿Qué crisis?

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¡Los beneficios crecen como la espuma!

por James Petras*


Mientras los progresistas y los izquierdistas escriben sobre las «crisis del capitalismo», los productores, las empresas petrolíferas, los banqueros y casi todas las demás empresas grandes de ambos lados de la costa del Atlántico y el Pacífico no dejan de reírse camino del banco.

Desde el primer trimestre de este año los beneficios empresariales se han disparado más de un 100 por cien (The Financial Times, 10 de agosto de 2010, p. 7). En realidad, los beneficios empresariales han aumentado más que antes del inicio de la recesión en 2008 (Money Morning, 31 de marzo de 2010). Contrariamente a lo que dicen los blogueros progresistas, las tasas de beneficio aumentan, no disminuyen, sobre todo entre las empresas más grandes (Consensus Economics, 12 de agosto de 2010). La solidez de los beneficios empresariales es una consecuencia directa de las crisis agudas de la clase trabajadora, los empleados públicos y privados y las pequeñas y medianas empresas.

Con el estallido de la recesión, los grandes capitales destruyeron millones de puestos de trabajo (uno de cada cuatro estadounidenses ha estado sin empleo en 2010), obtuvieron contrapartidas de los líderes sindicales, gozaron de exenciones fiscales y recibieron subsidios y préstamos casi sin interés de los gobiernos locales, estatales y federales.

Desocupados - Antonio Berni

Cuando la recesión tocó fondo provisionalmente, las grandes empresas duplicaron la producción con la mano de obra existente, lo que supuso intensificar la explotación (más producción por trabajador), y redujeron costes trasladando a la clase trabajadora una cuota muy superior de los gastos de seguros sociales y pensiones con la conformidad de las autoridades sindicales multimillonarias. El resultado es que, aunque los ingresos descendieron, los beneficios aumentaron y las cuentas de resultados mejoraron (The Financial Times, 10 de agosto de 2010).

Por paradójico que resulte, los consejeros delegados de las empresas han utilizado el pretexto y la retórica de las «crisis» extrayéndolos de los periodistas progresistas para impedir que los trabajadores exigieran una cuota mayor de unos beneficios rampantes, ayudados por la siempre creciente batería de trabajadores sin empleo o subempleados susceptibles de ejercer de «sustitutos» (esquiroles) en caso de huelga.

La actual expansión de los beneficios no ha repercutido en todos los sectores del capitalismo: las ganancias imprevistas se han acumulado de forma abrumadora en las empresas más grandes. En cambio, entre las pequeñas y medianas empresas se ha disparado la tasa de quiebras y de pérdidas, lo que las ha convertido en presas baratas y fáciles de adquirir para las «hermanas mayores» (The Financial Times, 1 de agosto de 2020). Las crisis del capital intermedio han desembocado en la concentración y centralización de capital y han contribuido a elevar la tasa de beneficios de las empresas más grandes.

Los errores de diagnóstico de las crisis capitalistas en que han incurrido la izquierda y los progresistas ha sido un problema permanente desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando nos dijeron que el capitalismo se había «estancado» y se precipitaba hacia el derrumbamiento final. Los últimos profetas del apocalipsis vieron en la recesión de 2008-2009 la quiebra absoluta y definitiva del sistema capitalista mundial.

Cegados por el etnocentrismo euroamericano, no lograron apreciar que el capital asiático no ha entrado nunca en la «crisis final» y América Latina padecía una versión tibia y pasajera (The Financial Times, 9 de junio de 2010, p. 9). Los falsos profetas no acertaron a reconocer que los diferentes tipos de capitalismo son más o menos susceptibles a las crisis... y que algunas variantes suelen experimentar recuperaciones rápidas (Asia, América Latina, Alemania), mientras que otras (Estados Unidos, Gran Bretaña, Europa oriental y meridional) son más propensas a experimentar recuperaciones endebles y precarias.

Mientras Exxon-Mobile registraba un aumento de los beneficios superior al 100 por cien en el año 2010 y los fabricantes de automóviles obtenían sus mayores beneficios en los últimos años, los salarios y el nivel de vida de los trabajadores descendía y los empleados del sector público padecían recortes salariales y de plantilla masivos. Está claro que la recuperación del beneficio empresarial se basa en el recrudecimiento de la explotación de la mano de obra y en el incremento de transferencias de recursos públicos a las grandes empresas privadas.

El Estado capitalista, con el Presidente demócrata Obama a la cabeza, ha transferido miles de millones de dólares al gran capital a través de operaciones de rescate directas, préstamos casi sin intereses, reducciones de impuestos y presiones a la mano de obra para que acepte salarios más bajos y retrocesos en el ámbito de la salud y las pensiones. El plan de la Casa Blanca para la «recuperación» ha superado con creces las expectativas: los beneficios empresariales se han recuperado; «sólo» la inmensa mayoría de los trabajadores se ha hundido más en las crisis.

Las predicciones fallidas de los progresistas al respecto del ocaso del capitalismo son consecuencia de haber subestimado el extremo hasta el cual la Casa Blanca y el Congreso serían capaces de saquear las arcas públicas para resucitar al capital. Subestimaron el extremo hasta el cual se había ayudado al capital para desplazar la totalidad de la carga de la recuperación de beneficios sobre las espaldas de la mano de obra. En ese aspecto, la retórica progresista sobre la «resistencia de la mano de obra» y el «movimiento sindical» reflejaban no entender que prácticamente no ha habido resistencia al retroceso de los salarios sociales y monetarios porque no existe mano de obra organizada. Lo que pasa por serlo está absolutamente anquilosado y actúa al servicio de los defensores de Wall Street del Partido Demócrata en la Casa Blanca.

Lo que revela el actual impacto desigual y no equitativo del sistema capitalista es que los capitalistas sólo pueden superar las crisis acentuando la explotación y haciendo retroceder décadas de «conquistas sociales». No obstante, el proceso en curso de recuperación del beneficio es enormemente precario porque se basa en la explotación de existencias previas, en tasas de interés muy bajas y en la reducción de los costes laborales (The Financial Times, 10 de agosto de 2010, p. 7). No se basa en inversiones privadas nuevas y dinámicas, ni en el incremento de la capacidad productiva. En otras palabras, son «conquistas caídas del cielo»; no beneficios derivados de los ingresos por un aumento de las ventas, ni por la expansión de los mercados de consumidores.

¿Cómo podría ser de otra manera, si los salarios descienden y la mano de obra desempleada, subempleada o desaparecida es superior al 22 por ciento? Sin duda, esta expansión de los beneficios a corto plazo, basada en ventajas políticas y sociales y en privilegios de poder, no es sostenible.

El despido masivo de empleados públicos y la obtención de beneficios de la producción a base de intensificar la explotación de la mano de obra tienen límites... habrá que sacrificar algo. Una cosa está clara: el sistema capitalista no desaparecerá ni será sustituido a causa de su podredumbre o sus «contradicciones» internas.

* James Petras es profesor emérito de sociología en la universidad de Binghamton (New York). Intelectual emblemático de la izquierda estadounidense, es autor de numerosas obras.-

Fuente: Red Voltaire
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10 de septiembre de 2010

Estados Unidos está superquebrado y no lo sabe

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Alfredo Jalife-Rahme


Antecedentes

La peor contabilidad del mundo resultó la anglosajona, cuyos engaños fueron obscenamente detectados con la colusión de la fraudulenta gasera texana Enron y la empresa contable global Arthur Andersen.

No existe rubro de la actividad de Estados Unidos que no haya sido puesto en la picota contable: desde el tamaño de su deuda en proporción al PIB –exhumada por el célebre Reporte Wegelin y que alcanza 600 por ciento (¡así, con tres dígitos!): cuatro veces las cifras “oficiales (ver Bajo la Lupa, 21/10/09)– hasta sus polémicas reservas de oro (ver Bajo la Lupa, 1/9/10).

En nuestro libro agotado El fin de una era: turbulencias de la globalización (Editorial Libros del Zorzal, Buenos Aires, 2007), consagramos un capítulo a La quiebra de EU, según Kotlikoff y la Reserva Federal de San Luis.

A Lawrence Kotlikoff, profesor de economía de la Universidad de Boston y autor del libro La tormenta generacional que viene, le dimos el crédito que se merecía, pese a que su profesión –en particular el género de teólogos neoliberales en Estados Unidos y Gran Bretaña– ha sido severamente cuestionada.

Hace cuatro años, cuando fungía como investigador de la Reserva Federal de San Luis, Lawrence Kotlikoff advirtió sobre el colosal déficit presupuestario y la bomba de tiempo de las pensiones y la seguridad social, que habían expuesto una brecha fiscal de 65.9 billones de dólares, en ese entonces más de cinco veces el PIB de Estados Unidos y casi dos veces el tamaño de la riqueza nacional, lo cual lleva(rá) al país a la quiebra (Bajo la Lupa, 21/7/06). Lawrence Kotlikoff concluía que el gobierno de Estados Unidos está quebrado en la medida en que es incapaz de pagar a sus acreedores.

Russia Today (4/9/10) expone en forma dramática la deuda impagable de los estudiantes desamparados para pagar su educación, que cataloga de esclavos laborales debido al “adeudo de más de 830 mil millones de dólares y quienes, para colmo de males, han sido los más desprotegidos y perjudicados por el galopante desempleo.

Hechos

Pasaron cuatro años desde su histórica investigación y Lawrence Kotlikoff vuelve a la carga en un editorial para Bloomberg (10/8/10): EU está quebrado y no lo sabemos.

Las cosas han empeorado y hoy la brecha fiscal pasó de aquellos inverosímiles 65.9 billones de dólares a unos escalofriantes 202 billones de dólares. ¡Se quedó corto por tres veces!

Tengo que confesar que cuando leí ahora la cifra, pese a que ya había sido persuasivamente sensibilizado, creí que había sido un error de dedo: se me hacía inconcebible que la brecha fiscal se hubiera triplicado en cuatro años. Luego constaté que la bomba Kotlikoff había sido retomada por blogistas del más alto nivel y me percaté de que la cifra de tres dígitos era más que real: en cuatro años Estados Unidos pasó de quebrado a superquebrado, lo cual ni Obama ni el Partido del Té ni Jehová podrán resolver juntos.

Lawrence Kotlikoff lo sintetiza en forma perentoria: Seamos realistas. Ni el gasto ni menores impuestos ayudarán al país a pagar sus facturas.

Ahora se basa en la reciente revisión anual de la política (sic) económica de Estados Unidos por el FMI que, según su interpretación hermenéutica, pronuncia efectivamente la quiebra (¡supersic!) de Estados Unidos en la sección 6 de los Temas selectos de julio de 2010: Cerrar la brecha fiscal requiere un ajuste fiscal permanente por año que equivale a alrededor de 14 por ciento del PIB de Estados Unidos.

Lawrence Kotlikoff explaya que la brecha fiscal es el valor presente de la diferencia entre el gasto proyectado (que incluye el servicio de la deuda oficial) y el ingreso proyectado en todos los años futuros.

El investigador de la Universidad de Boston coloca en perspectiva el significado de la brecha fiscal anual de 14 por ciento del PIB frente a los presentes ingresos federales, que son hoy 14.9 por ciento del PIB: por el lado de los ingresos significa que para cerrar la brecha fiscal se requiere, grosso modo, duplicar en forma inmediata (sic) y permanente (sic) los ingresos personales, así como los impuestos empresariales y federales, además de otros impuestos a la nómina laboral.

Esta terapia de choque es muy teórica, a fortiori, en un país convulsionado por los vaivenes electorales que se prestan a lucrar con el malestar ciudadano como le ha sucedido a Obama frente al ascenso del Partido del Té: un conglomerado de nativistas WASP (blancos-protestantes-anglosajones) que colisiona con las otras etnias y religiones abatidas por las deudas, el desempleo y hasta la persecución al estilo Arizona.

Todavía peor: Lawrence Kotlikoff calculó los datos de La perspectiva presupuestal de largo plazo de la Oficina del Presupuesto del Congreso, publicada el mes de junio, donde emergen pasivos no oficiales (sic) y que llevan a la cifra espeluznante de una brecha fiscal por 202 billones de dólares: ¡más de 15 veces la deuda oficial de 13.3 billones de dólares!

Después de exhumar la lingüística singular del engaño contable, Lawrence Kotlikoff tiene una paciencia mayor a la de Job en explicar por enésima vez la enormidad de la brecha fiscal: EU “cuenta con 78 millones de baby boomers (nota: la generación nacida en el intervalo de 1946 a 1964), quienes cuando se jubilen recaudarán los beneficios de la seguridad social y los seguros médicos (nota: Medicare y Medicaid), que en promedio exceden el PIB per cápita” y cuyos costos anuales totalizan 4 billones de dólares.

Concede que la economía de Estados Unidos será mayor en los próximos 20 años, pero insuficiente para cubrir sus pasivos reales año tras año.

Muy técnico, diagnostica que es lo que usualmente sucede cuando se maneja un masivo (sic) esquema Ponzi durante seis décadas (¡supersic!) sin respiro.

Sí, pero los esquemas Ponzi, al estilo del delincuente confeso Madoff, acaban por reventar.
Repite el trilema que se presenta desde hace cuatro años: 1) cortes masivos a las jubilaciones (al estilo Calderón y Alarcón, alias Lozano, en México); 2) incrementos astronómicos a los impuestos, y 3) impresión hiperinflacionaria de dólares (nota: para lo que fue llamado Ben Shalom Bernanke, alias Helicóptero, desde donde arrojará los billetes necesarios).

Lawrence Kotlikoff vaticina que su gobierno adoptará una combinación del trilema, un verdadero Catch-22, cuando Estados Unidos se encuentra en peor condición fiscal que Grecia.

Peter Gorenstein (Finance.Yahoo.com, 23/8/10) cita a Kotlikoff, quien sentencia que Estados Unidos necesita una cirugía cardiaca mayor en lugar de las curitas que se han usado.

Conclusión

Más vale que el mundo entero –que por fortuna ha entrado a la incipiente era multipolar– prepare las exequias fiscales de Estados Unidos antes de que sea arrastrado en su naufragio, lo cual tendrá consecuencias dramáticas en la geopolítica mundial, como pregona Michael Mandelbaum, profesor de la Universidad Johns Hopkins, en su reciente libro La superpotencia frugal: el liderazgo de EU en la era de la tirantez de dinero.

El mundo va que vuela a la multipolaridad plural con el ascenso prodigioso del BRIC, lo cual acelerará la superquiebra financiera de Estados Unidos, como aducimos en nuestro próximo libro El híbrido mundo multipolar (Jorale Editores, 2010), que presentaremos en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, el próximo 4 de diciembre.

Fuente:
La Jornada. UNAM - Miércoles 8 de septiembre de 2010

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22 de agosto de 2010

Globalización

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Historia del «Nuevo Orden Mundial»


La reina y los gerentes del sistema

La historia de una corriente ideológica y de las poderosas personas que están detrás de todo esto. Estas buscan el surgimiento de bloques regionales tipo Unión Europea o UNASUR para orientarlos, poco a poco, hacia una forma de Gobierno Mundial. Su objetivo no es impedir las guerras sino extender su poderío financiero y comercial en el mundo entero. Su pensamiento reivindica el proyecto de un «Nuevo Orden Mundial» que debe edificarse sobre las ruinas de los Estados-Naciones. Hoy más que nunca resulta indispensable estudiar este proyecto de globalización político afín de impedir que el ideal de Unidad Humana se transforme en una pesadilla totalitaria.

Por Pierre Hillard
Nota completa en: www.voltairenet.org
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23 de julio de 2010

EE.UU. ES INSOLVENTE

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¿Por qué dio la calificadora china una nota AA a la deuda soberana de EE.UU. si no es más que basura?



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Matthias Chang
Global Research
Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens


Desde cualquier punto de vista, EE.UU. es insolvente.


No es mi evaluación personal sino la de “expertos” y economistas de reputación mundial e instituciones financieras. Basta con buscar “US debts” [Deudas de EE.UU.] en Google y hay miles de analistas que declaran que no hay forma de que EE.UU. pueda llegar a pagar un día sus deudas. EE.UU. ni siquiera puede liquidar el interés acumulado sobre las deudas impagadas. ¡Las deudas ascienden a billones! [millones de millones]

El Casey Daily Dispatch señaló:

La simple realidad a la que despierta la Reserva Federal es que los fundamentos estructurales de la economía están dañados más allá de todo arreglo rápido o fácil. Eso, porque hasta que se saque la deuda del sistema, bien a través de suspensión de pagos o de una inflación desenfrenada –no hay la menor probabilidad de que se pague realmente en algo que se parezca remotamente a los actuales dólares– el equivalente de una Peste Negra económica que va a plagar al país.

Las agencias calificadoras estadounidenses, Moody’s, Standard & Poor’s, y Fitch Ratings todavía dan para EE.UU. una colosal calificación AAA. Esas mismas agencias dieron calificaciones AAA a las Obligaciones de Deuda Colateralizadas (CDO) y a otros productos financieros vendidos por los bancos globales demasiado-grandes-para-caer, cuando en realidad se trataba de basura. Fue necesario un tsunami financiero para sacar a la luz sus fraudulentas prácticas.

Por lo tanto no doy demasiado crédito a las calificaciones de esas instituciones deshonestas.


La Asociación Nacional de la Inflación (NIA) cree que la verdadera calificación crediticia de EE.UU. debería ser basura. Pero tampoco hay que creerle.


¿Entonces cómo sabemos con seguridad que la deuda de EE.UU. debería calificarse como basura?


¡Muy simple! Apliquemos sentido común a lo que vemos.


Desde que EE.UU. no pagó sus deudas en 1971, cuando el presidente Nixon negó a los acreedores globales y soberanos el derecho a la redención en oro de los dólares de EE.UU., este último ha tenido los días contados. EE.UU. estafó al mundo para que aceptara su divisa de papel higiénico y desplegó sus poderosas fuerzas armadas, para asegurar su acatamiento, contra los que se atrevieron a cuestionar la integridad de su moneda sin cobertura.


Las elites bancarias globales emplearon entonces a economistas dóciles de todo el mundo para pregonar los méritos del tipo de cambio flotante como mecanismo para determinar el valor de una moneda. Los países fueron obligados por amenazas de guerra o golpes a vincular sus monedas al dólar. El dólar se convirtió en la “base” en lugar del oro. El comercio tuvo que ser denominado en dólares estadounidenses, lo que dio a EE.UU. una ventaja indebida.

Esta “base” dio una ilusión de fuerza al dólar estadounidense y solvencia a EE.UU. Mientras otros tienen que producir y ganar un ingreso en una “moneda local” y luego cambiarla por dólares de EE.UU. para importar y / o comprar bienes (más de un 80% del comercio global se denomina en dólares), el “tigre de papel EE.UU.” sólo tiene que imprimir dinero para pagar por bienes y servicios cuando sus ingresos son insuficientes para pagar y sostener su nivel de vida.


¡Durante más de 37 años, EE.UU. se salió con la suya con este engaño!


Durante más de 37 años, gente en todo el mundo ha vendido sus productos a EE.UU. a cambio de un papel con una cifra impresa, una cifra que señala su valor, es decir, un billete de 100 dólares, etc. La gente simplemente aceptó la cifra impresa en el papel como reflejo del “verdadero valor” de la divisa. En realidad no tiene valor. Cuesta sólo unos pocos centavos imprimir la moneda en papel higiénico.

Mediante una propaganda astuta se llevó a la gente a creer que el valor es el que está impreso en el papel. Nadie se atreve a cuestionar lo absurdo de esta proposición.

Pero ahora hemos llegado a la etapa de colapso total del sistema global de moneda sin cobertura. Cada país en el mundo desarrollado está implementando la política de expansión monetaria cuantitativa (la jerga de los banqueros centrales para crear dinero de la nada) en un esfuerzo desesperado para pagar crecientes deudas e intereses compuestos en billones [millones de millones]. En menor grado, los países en desarrollo también siguen el consenso de Washington. El sistema financiero global está inundado de divisas en papel higiénico.


¿Cuál será la etapa final?


Esperemos y pensemos brevemente. Apliquemos el sentido común.

El dólar $, el euro €, la libra £, el yen ¥, etc. son todas divisas sin cobertura –no tienen un valor intrínseco. Su valor es una cifra impresa arbitrariamente sobre el papel y sancionada por banqueros centrales como “moneda de curso legal”.


En esencia, todos son basura –monedas de papel higiénico- ¿Entonces, cómo “flotan” las unas contra las otras según el sistema global de tipos de cambios flotantes?

Ahora la cosa se pone divertida.

¿Cómo se compara una basura con otra? ¿Cómo se determina el tipo de cambio de una basura respecto a otra? ¡Basura es basura!


Olvidemos las fuerzas de mercado que determinan los valores de diversas divisas basura. Son determinados por banqueros centrales y nadie más.


Si un dólar estadounidense es equivalente a 3,40 Ringgit o a 1,18 Euros o a 90 Yen es arbitrariamente decidido por los respectivos bancos centrales. Y no hay nada que vosotros o yo podamos hacer al respecto. Si sirve el interés de un país que su moneda se devalúe, el banco central de ese país permitirá que su moneda se devalúe y viceversa.


Algunas veces, los banqueros centrales hacen que sus cómplices, los fondos de alto riesgo, manipulen con ellos el mercado de monedas extranjeras mediante el comercio de derivados. Y mientras los banqueros centrales y sus cómplices mantengan las fluctuaciones en un período dado de acuerdo con los parámetros nerviosamente acordados por los banqueros centrales, no sucederá gran cosa. Los problemas aparecerán cuando los banqueros centrales no se puedan poner de acuerdo en los parámetros, lo que a menudo lleva a guerras comerciales e incluso a guerras “calientes”.


¿No me creéis?
Os daré dos ejemplos:

El Acuerdo Plaza

En 1985, a pedido de EE.UU., Francia, Alemania, Japón y EE.UU. acordaron reducir deliberadamente la tasa de cambio del dólar. En el momento pertinente, EE.UU. tenía inmensos déficits, especialmente con Japón. El acuerdo, conocido como el Acuerdo Plaza, debía ayudar a EE.UU. a reducir su inmenso déficit comercial para ayudar a su economía a salir de la larga recesión de los años ochenta. La intervención tuvo tanto éxito que el dólar se depreció más allá del objetivo. A finales de 1987, el dólar había caído en un 54% contra el marco alemán y el yen, de su máximo en febrero de 1985. Esta fuerte caída causó otro pánico, el de una caída descontrolada del dólar.

Para encarar y revertir la excesiva depreciación del dólar, el mismo grupo de países acordó en 1987 fortalecer el dólar. Este último esfuerzo se conoció como el Acuerdo Louvre. ¡Otra manifiesta manipulación del mercado! ¿Desde cuándo los mercados eran verdaderamente libres?

¿Por qué aceptaron participar Inglaterra y Francia en esta manifiesta manipulación del mercado? Estaban muy agradecidos a EE.UU. por vencer en la Segunda Guerra Mundial. Era hora de que EE.UU. cobrara la deuda. En el caso de Alemania y Japón, naciones derrotadas y ocupadas, no tenían otra alternativa que rendir pleitesía al gran hermano EE.UU.


La crisis financiera asiática


Basta con recordar lo que sucedió durante la crisis financiera asiática. Las economías “tigre” fueron debilitadas y atacadas y sus monedas entraron en caída libre. El desarrollo económico de Malasia fue gravemente amenazado. Pero el Primer Ministro de entonces, Tun Dr. Mahathir Mohamad tuvo la previsión y el coraje de enfrentar a las elites financieras globales e impuso controles de capital y divisas extranjeras. El Primer Ministro fijó unilateralmente la tasa de cambio del ringgit en RM 3,80 por dólar. Los especuladores del cambio de divisas fueron fuertemente afectados y nunca se recuperaron de este sorpresivo contraataque.


Aunque se realizó esta intervención sin precedentes para salvar la economía nacional y el sustento de 23 millones de malasios, las elites financieras globales intervinieron a través del sistema bancario fantasma para manipular el mercado, obtener beneficios obscenos y saquear.


Ahora plantearemos la pregunta del billón de dólares.


¿Cómo deciden China o EE.UU. que un dólar estadounidense es equivalente a 6.7 yuan o la tasa que se sea?


Antes de considerar la pregunta es importante que comprendamos cómo China pudo en un período de tiempo relativamente corto, acumular una cantidad tan inmensa de reservas en dólares y convertirse en el acreedor Nº 1 de EE.UU.


En su gran proyecto de hegemonía financiera, las elites financieras de EE.UU. propusieron a las elites financieras chinas que a cambio de masivas FDI [inversiones extranjeras directas] y subcontratación de industrias por EE.UU., China debería suministrar bienes baratos al mercado estadounidense y mantener una tasa de cambio acordada. Este proyecto fue el punto central de una expansión de créditos sin precedentes en el sistema financiero global, porque una expansión tan rápida del crédito sería extremadamente inflacionaria. Como China puede suministrar todo el espectro de bienes a menos de un diez por ciento del precio prevaleciente, las elites financieras sabían que podrían inundar el casino global con dólares sin tener que preocuparse por la inflación.

Y como dicen, el resto es historia.

Este arreglo sirvió bien a EE.UU. y a China durante dos decenios, en realidad demasiado bien, ya que resultó en que China tiene las mayores reservas en dólares del mundo y es el mayor acreedor de EE.UU.

Volviendo a la pregunta del billón de dólares, como indicamos anteriormente la tasa de cambio es determinada por los respectivos bancos centrales. Recientemente, el Gobierno de Obama ha estado presionando a China para que reevalúe su moneda. Ante la presión y para evitar una guerra comercial, China permitió que su moneda aumentara ligeramente su valor. De hecho, esto sucedió justo antes de la Cumbre del G-20 en Toronto.


Aunque el arreglo mencionado (específicamente el acuerdo sobre la tasa de cambio) ha servido su propósito original, ya no se puede mantener. Esto se debe a que el actual vínculo entre el yuan y el dólar distorsiona el mercado de cambios y exacerbará todavía más la actual crisis financiera global.

Como resultado del tsunami financiero global, EE.UU. vuelve a estar en suspensión de pagos. Pero esta vez Obama no puede hacer lo que hizo Nixon en 1971.


The Daily Reckoning evaluó correctamente la situación cuando dijo a sus suscriptores:


Espere un poco. Seguimos siendo Número 1, ¿verdad?

Sí… en el sentido de que podemos, teóricamente, tener la supremacía total en el mundo. Es decir, si los chinos lo permiten. Tienen tanto dinero nuestro y tantos bonos nuestros, que si deciden deshacerse de ellos, estaremos en un maldito aprieto. Porque no pagamos suficientes impuestos para financiar nuestros programas sociales y el Pentágono al mismo tiempo. No nos lo podemos permitir. De modo que los simpáticos chinos nos prestan dinero.

Pero no os preocupéis. Nos han prometido que no se desharán de nuestros bonos. Y estamos seguros de que cumplirán con su promesa mientras quieran hacerlo.


Que sepamos, ningún imperio que haya tenido que pedir prestado a sus rivales ha durado mucho tiempo. Gran Bretaña se vio en esa situación en la Primera Guerra Mundial. Ya no se pudo permitir los costes de mantenimiento del imperio –incluido el inmenso coste de la guerra en sí- De modo que pidió prestado a EE.UU. Los alemanes también pidieron prestado a prestamistas de EE.UU. Pero los prestamistas de EE.UU. a Gran Bretaña tenían más dinero en Nueva York y más poder en Washington. De modo que EE.UU. entró en la guerra al lado de Gran Bretaña en lugar del lado alemán.


Entonces, en la Segunda Guerra Mundial, cuando se puso a un general estadounidense a cargo del Día D, quedó claro que Gran Bretaña había cedido la posición del “perro guía” a EE.UU. Fue una entrega amistosa, lograda por la fuerza de la economía en lugar de por la fuerza de las armas. EE.UU. no tuvo que derrotar a Gran Bretaña usando la fuerza militar. Simplemente sólo tuvo que financiarla.

Pocos años después, durante la crisis de Suez, Gran Bretaña aprendió lo que era ser una potencia subordinada. Descubrió que ya no podía mandonear a su gusto sin la aprobación de EE.UU.


Pero eso es en el frente militar. En casa, los británicos descubrieron que eran pobres… y que se empobrecían paulatinamente. Bajo el peso de crecientes programas de asistencia social y un imperio que se achicaba, la economía británica se hundió. Sus antiguos aliados –Francia y EE.UU.– vivieron un boom en los años de posguerra. Lo mismo ocurrió con sus antiguos enemigos –Japón y Alemania- Pronto, no sólo sus amigos se hicieron más ricos y poderosos… sino también sus adversarios.


De modo que ahora tenemos una situación ridícula en la cual EE.UU. debe billones de dólares a sus acreedores globales (especialmente a China), es insolvente, y sin embargo, la tasa de cambio no refleja la debilidad subyacente de EE.UU.


También tenemos la situación en la cual China ha estado vendiendo bienes y servicios a EE.UU. y se le está pagando con una moneda de papel higiénico que no tiene otro valor que el valor artificial y arbitrario impreso en el papel. China, por su parte, presta esos papeles higiénicos de vuelta a EE.UU. para que pueda comprar más bienes y servicios de China. EE.UU. no tiene dinero para pagar a China, de modo que crea dinero de la nada, a través de la impresora electrónica y lo utiliza para pagar a China.


Hablando en serio, ¿cuánto puede durar esta farsa?


En 1985, tuvimos el Acuerdo Plaza para rescatar al tigre de papel estadounidense. La respuesta entonces fue devaluar el dólar de EE.UU. Pero Japón sufrió veinte años de estancamiento.

¿Por qué no han adoptado los mismos países –el Reino Unido, Francia, Alemania y Japón– una estrategia similar en esta coyuntura, aumentando así las exportaciones de EE.UU.?


Es simple:

  1. EE.UU. ha subcontratado una parte tan grande de sus exportaciones anteriores a China y a otros países que no tiene suficientes productos significativos que exportar para que conseguir una diferencia sustancial en el déficit comercial.
  2. Durante el último decenio, las principales exportaciones de EE.UU. fueron, y siguen siendo, “Productos Financieros” –las basuras empaquetadas como Obligaciones de Deuda Colateralizadas (CDO), calificadas AAA y vendidas a inversionistas (es decir jugadores) ingenuos en todo el mundo- EE.UU. fue el centro del casino global de derivados, administrado por el Cártel Bancario Fantasma.
  3. Ha habido tal expansión crediticia en dólares de EE.UU. en los últimos diez años, así como de dólares de papel en el sistema financiero global, que todo intento de devaluar el dólar resultaría en una caída libre descontrolada, y la destrucción total de la economía de EE.UU.
  4. Y China ha mantenido artificialmente el valor actual del dólar de EE.UU. para evitar el estatus de que lo degraden a basura al mantener su actual tasa de cambio con el dólar (y dentro de una estrecha banda de fluctuación).
  5. Por lo tanto, a corto plazo, China es cómplice, junto con otros bancos centrales importantes, en el engaño a la gente de a pie en el sentido de que el sistema global de dinero sin cobertura sigue siendo saludable. Pero, al desclasificar un punto a EE.UU., China y las elites globales esperan que el engaño pueda mantenerse durante un cierto tiempo para que China y otros países puedan librarse de sus masivos activos en dólares estadounidenses. Pero la situación es tan volátil que nadie, absolutamente nadie, puede decir con seguridad cuándo un niño llegará a gritar la denuncia proverbial: “¡Eh, el emperador está desnudo!”
  6. También es obvio para las elites financieras globales que si hubiera una fuga masiva de los activos en dólares hacia activos en euros habría una caída descontrolada del dólar de EE.UU. Los bancos globales europeos están hasta aquí con sus posesiones de activos en dólares basura y por lo tanto sufrirían inmensas pérdidas muy por encima de su exposición en préstamos en euros a los países “PIIGS” (Portugal, Irlanda, Italia, Grecia y España). A diferencia de la época del Acuerdo Plaza, ahora mismo nadie quiere una devaluación del dólar. Cuando comience el descenso, nadie podrá detener la caída. Los banqueros centrales están sentados sobre el filo de la navaja. ¡Huy!
  7. De modo que, la “crisis griega” se creó para impedir una huída semejante de activos en dólares a activos en euros. Grecia es la “Mary Poppins” en el sistema financiero general. Su PIB no es ni siquiera un 3% de la eurozona. En contraste, California está en bancarrota y es más crucial para la economía de EE.UU. Es la 7ª economía del mundo por su tamaño. Sin embargo, la bancarrota de California no tuvo el impacto debido en la economía de EE.UU. Esto se debe a que los medios de comunicación globales aseguraron no destacar la bancarrota. En vez de eso, el sensacionlismo fue que el euro iba hacia un crac. ¿El resultado? La huida hacia el euro se paró en seco.
  8. Alguien lo fastidió todo. El culpable desde el punto de vista de las elites financieras globales fue el indomable Irán. China y Rusia estaban jugando juegos geopolíticos en sus relaciones comerciales con Irán con la esperanza de que el presidente Ahmadineyad no arruinaría la fiesta antes de que estuvieran listos para librarse de sus masivos activos en dólares. EE.UU. e Israel jugaron el papel del implacable mientras China y Rusia se hicieron inicialmente los blandos, en un papel tan típico de los roles policiales cuando se trata de extraer concesiones y / o confesiones. Pero las verdaderas intenciones de China y Rusia se revelaron cuando, exasperadas por la resistencia y el desafío de Irán, optaron por imponer severas sanciones a ese país. El cuarteto no se preocupó por mantener la farsa. El tema de las armas nucleares sólo fue una pantalla de humo para engañar al mundo ante la inminente implosión financiera.

La desclasificación por China tiene que verse como lo que es, una seria advertencia de que se acerca el fin. Hay que bajar el telón sobre la farsa.

Otra señal de que se acerca el fin fue cuando el Banco de Pagos Internacionales (BIS) cambió al oro como garantía para un crédito extendido a un fondo soberano (con gran probabilidad Portugal) a través de entidades comerciales. El oro, considerado otrora una “reliquia primitiva” ha vuelto a estar de modo en cambios de moneda. ¿Quién lo hubiera imaginado hace unos meses? En cierto sentido, hemos vuelto al punto de partida. En 1971, Nixon suspendió la convertibilidad del dólar de EE.UU. Hoy, el BIS ha dado los primeros pasos para devolver al oro al lugar que le corresponde.

No importa cuánto traten los banqueros centrales y China de impedir que reviente la burbuja de la deuda soberana, no lo lograrán.

Tarde o temprano, China tendrá que tomar la decisión del Siglo XXI –deshacerse del dólar y permitir que las economías globales sufran severo dolor a corto plazo, durante cinco o diez años, o cometer suicidio masivo junto con EE.UU., el Reino Unido, Francia, Alemania, Rusia y Japón.

China es actualmente el único país que puede sobrevivir a la próxima devastación financiera con el menor dolor, ya que le será relativamente fácil transformar su economía impulsada por la exportación a otra basada en el interior –aprovechando el ilimitado potencial de sus 1.500 millones de habitantes. China puede hacer en un breve año, tal vez en un máximo de dos, lo que para otras economías desarrolladas significaría una tarea de una generación.

Un aumento marginal en el poder de compra de sus ciudadanos absorbería toda la disminución en los mercados de exportación.

El hecho de que el yuan esté apuntalando al dólar significa que el yuan y no el dólar es la moneda indiscutida de reserva global. Si China reevalúa drásticamente el yuan, todas las monedas sin cobertura se orientarían hacia una caída libre descontrolada.


No seamos ingenuos y no nos engañemos. Es pura pantomima que EE.UU. pida a China que reevalúe el yuan y que China se resista a una reevaluación. Este juego de tira y afloja monetario es una pantalla de humo para dar crédito al hecho de que el dólar no es basura sino AA, aunque haya bajado un punto desde AAA.


El hecho de que tantos economistas entrenados en Occidente no hayan encarado o sacado a la luz este tema sólo puede significar dos cosas, o son verdaderamente ignorantes o forman parte de esta gran farsa, echándonos humo a los ojos.

Sea paciente. Invierta en oro. ¡Prepárese para el Acto II del Apocalipsis financiero!

© Copyright Matthias Chang, Global Research, 2010
Matthias Chang es malasio. Es abogado de 32 años y fue secretario político del cuarto Primer Ministro de Malasia, Tun Dr. Mahathir Mohamad. Es autor de tres libros: Future FastForward, Brainwashed for War, Programmed to Kill, publicados en EE.UU. y en Malasia. Reside en Kuala Lumpur, Malasia.


Fuente: www.globalresearch.ca/PrintArticle.php?articleId=2017
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Nota en castellano:
Rebelión.org .
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20 de julio de 2010

Crisis del euro, crisis de la Unión Europea

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por Jean-Claude Paye

Lejos de ser resultado de la acción de la «invisible mano del mercado», la crisis del euro es fruto de una estrategia pacientemente preparada por Christina Rohmer y el Comité de Consejeros Económicos de la Casa Blanca. El objetivo es salvar la economía estadounidense obligando los capitales europeos a cruzar el Atlántico en busca de protección y poniendo en definitiva bajo control estadounidense la economía de los Estados de la eurozona, a través del FMI y de la propia Unión Europea. Jean-Claude Paye analiza las primeras etapas del proceso actualmente en marcha.
La crisis del euro es el resultado del de una decisión política, una decisión deliberadamente escogida por las autoridades de la Unión Europea, cuyo objetivo es la de empeñar y debilitar el euro comunitario en vez de restructurar la deuda pública griega. Una restructuración de dicha deuda habría resguardado y protegido al euro pero habría exigido una contribución de los bancos, los cuales perdían una parte de sus créditos en la operación. Las instituciones financieras [comerciales privadas] francesas habrían soportado o perdido alrededor de 50 mil millones de la deuda griega si hacemos el balance de sus cuentas, mientras que 28 mil millones habrían sido a cargo de los bancos alemanes [1].

Sin embargo, la protección para salvar algunos miles de millones de euros de las instituciones financieras no justifica que se tome un tal riesgo que perjudique y debilite al euro. La clave fundamental de todo esto, es decir poniendo la presión sobre la moneda común [el euro], es el de hacer pagar la crisis a los trabajados que perciben un salario y efectuar de esta manera una gigantesca transferencia de ingresos (de beneficios y/o ganancias) hacia las empresas comerciales, principalmente hacias las instituciones financieras.

Una ofensiva bajo dirección estadounidense

El tamaño de la transferencia es tal que puede ser piloteada únicamente por las instituciones financieras europeas, pero conducido por los mercados y su brazo armado, es decir la administración estadounidense.
La crisis del euro fue desencadenada por un ataque bien concentrado de agencias de notación estadounidenses como la Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch [primeramente] contra la deuda de Grecia, de España y de Portugal.

La baja de las notas de estos tres países por las agencias norteamericanas, sobre todo aquella que tenía que ver con Grecia, relegada a un segundo plano, a la categoría de inversiones especulativas, es la consecuencia de una acción coordinada y concentrada. La baja de notación [calificación financiera de la deuda griega] es la continuación de una serie de decisiones repetidas y en poco tiempo. Estos ataques han sido apoyados por el aparato estatal US, sobre todo por las declaraciones alarmistas [generando pánico en los inversores] del consejero económico del presidente Obama, que fue a su vez un ex presidente de la Reserva Federal de los EEUU, me refiero a Paul Volker, quien habló de una futura desintegración de la zona euro.

El ataque contra el euro aparece como un pretexto sobre todo cuando se sabía que «desde 2004 las autoridades griegas hacían trampas en sus cuentas» [2] y todo esto sin ninguna reacción de las agencias de notación en su contra.

Esta ofensiva contra el Euro es en primer lugar una acción destinada a llevar hacia los Estados Unidos los capitales extranjeros necesarios para la cobertura del déficit creciente de la balanza financiera de Estados Unidos.

Es una señal de advertencia destinada a países como China que había empezado a reequilibrar sus reservas de divisas comprando euros en detrimento del dólar. Para Estados Unidos se trata, en efecto, de una cuestión urgente. Hasta 2009 la financiación de sus déficits y la defensa del dólar estaban asegurados por un saldo positivo de los flujos financieros. Pero durante ese mismo año, si bien el movimiento de los capitales sigue siendo positivo, ya no logra compensar los déficits. En un montante [monto] de 398.000 millones de dólares [3] el saldo se vuelve negativo. A nivel puramente económico, la ofensiva contra el euro está en la misma vena que la lucha contra el fraude fiscal iniciada por el presidente Obama en 2009 [4]. Se trata trata de aspirar, chupar los capitales con dirección al regazo de Estados Unidos.

Una operación para desmantelar la Unión Europea

Esta acción táctica va acompañada de una operación estratégica, la de un movimiento de desmantelamiento de la Unión Europea a beneficio de una unión económica que cubra ambos continentes, cuya manifestación más visible es el proyecto de creación de un gran mercado trasatlántico [5]. En función de este segundo objetivo se puede comprender la actitud de Alemania que tanto a nivel de la lucha contra el fraude fiscal como al del ataque contra el euro ha proporcionado apoyo a la ofensiva estadounidense. Esta actitud es coherente con el compromiso privilegiado de este Estado europeo en el establecimiento de una unión económica trasatlántica.

La Unión Europea se construyó en torno a Alemania y se estructuró según sus intereses. Alemania, país que económicamente era el más eficiente en el momento de la instalación del gran mercado, sin apremio político, sin gobierno económico y transferencias importantes a las zonas desfavorecidas, pudo hacer que actuaran sus ventajas económicas comparativas. Hasta este año la zona euro absorbe tres cuartas partes de las exportaciones alemanas [6]. Tanto por medio de las declaraciones de sus responsables políticos y de sus banqueros como por medio de la repetida exhibición de sus dudas, ha contribuido a la eficacia de la ofensiva contra el euro. Para Alemania los beneficios de esta acción son inmediatos. La bajada de la moneda común permite aumentar las exportaciones alemanas fuera de la zona euro. Además, este país puede financiar mejor sus propios déficits. La crisis y la huida hacia la calidad que engendra permiten a las obligaciones alemanas situarse con una tasa de interés reducido.

Si da la impresión de que a largo plazo Alemana está aserrando la rama sobre la que está sentada es que ha decidido cambiar de rama y quiere integrarse en un conjunto más amplio: el gran mercado transatlántico. La «construcción europea» está en la encrucijada. Si hasta ahora ha permitido un desarrollo permanente de Alemania, este proceso no puede continuar según las mismas modalidades. La UE no puede salir de la crisis sin establecer un gobierno económico que administre una política económica común, una armonización del desarrollo y, para ello, asegurar las transferencias financieras consecuentes hacia los países y regiones más desfavorecidos.

Esta gestión política está en completa oposición con el simple pacto de estabilidad promovido por Alemania. La política presupuestaria de disminución acelerada de los déficits que se ha vuelto a imponer en nombre de este pacto se va a hacer en detrimento del poder adquisitivo de las poblaciones y no se puede realizar sin una recesión económica. La zona euro no puede seguir siendo la salida privilegiada de las exportaciones alemanas. Alemania ha elegido: el gran mercado transatlántico y el mercado mundial.

Bajo la tutela del FMI

En vez de reestructurar la deuda de los países en quiebra, lo que habría hecho recurrir a los bancos, Europa ha establecido dos fondos de intervención. Tanto los 110.000 millones de euros de ayuda a Grecia como los 750.000 millones de préstamos y de garantías tienen por objeto someter a los países receptores a las condiciones del FMI, en el que Estados Unidos tienen la mayoría de los derechos de voto. En caso de depresión o incluso de estancamiento económico, la política de consolidación de los gastos públicos está abocada al fracaso. Los 750.000 millones [7]. que se han previsto de ayuda servirán para reembolsar a los bancos en detrimento del poder adquisitivo del contribuyente y este pago a las instituciones financieras aumentará en la misma proporción la recesión. Este dispositivo de socorro está previsto que dure durante tres años.

Aunque nada impedía asumir el volumen íntegro del fondo, el Eurogrupo prefirió dejarse amarrar al FMI, donde Estados Unidos dispone de la mayoría de los votos. Esa sumisión voluntaria reproduce, en una versión más amplia, el esquema ya construido anteriormente en el caso de Grecia. Este último programa alcanza un monto de 110 000 millones de euros, de los que 30 000 provienen del FMI.

¿Qué significa la decisión del Consejo Europeo de incluir al FMI en el sistema instaurado para socorrer a los países de la eurozona? Si echamos un vistazo a las recetas que aplica esa institución internacional a los países que reciben sus préstamos, comprobaremos que el modus operandi es siempre el mismo: impone una reducción del salario directo e indirecto, la privatización de los servicios públicos y la supresión de las políticas sociales. La política del FMI siempre ha dado lugar a un empobrecimiento de los pueblos [8].

En caso de depresión, o incluso de estancamiento económico, la «política de consolidación de los gastos públicos» está condenada al fracaso. Los 750 000 millones de ayuda ya previstos no servirán más que para rembolsar a los bancos en detrimento del poder adquisitivo de los contribuyentes y la entrega de esa suma a las instituciones financiera agravará la recesión en la misma medida. La imposición del tutelaje del FMI y la creación de fondos de ayuda a los bancos son por lo tanto dos aspectos complementarios de una misma política. Se trata, en realidad, de concretar una importante redistribución de los ingresos a favor de las empresas financieras.

¿Qué futuro tiene la Unión Europea?

Una operación de ese tipo contra los ingresos de los pueblos tiene que pasar por la neutralización de todo proceso de decisión a nivel de los Estados nacionales –estructura que aún proporciona a la ciudadanía algunos medios de defensa– en beneficio de los mecanismos del mercado, situados totalmente fuera del alcance de cualquier tipo de presión de carácter político. El problema es saber qué papel van a desempeñar las instituciones europeas en ese proceso tendiente a dejarnos a merced de los mercados financieros.

La primera respuesta a esa interrogante es el acuerdo que estipula que los presupuestos de los Estados de la eurozona se someterán a la tutela de un organismo conformado por la Comisión, el Banco Central Europeo y el Eurogrupo.

Bruselas penalizará a los países que no logren reducir su deuda a menos del 60% del PIB. El texto incluye la posibilidad de imponerles sanciones incluso en que caso de que no lleguen a sobrepasar el actual límite del 3% del PIB que se establece en el Pacto de Estabilidad. La idea es tener la posibilidad de poner en marcha una serie de procedimientos, por exceso déficit, contra los países que no logran reducir su deuda lo suficiente [9]. Tampoco se excluye una posterior modificación de los tratados para anular el derecho de voto de esos Estados en las reuniones ministeriales.

Está llamado a generalizarse el modelo alemán, que cuenta con el apoyo de Francia, y que consiste en convertir el equilibrio presupuestario en un principio incluido en la Constitución, lo cual eliminaría definitivamente la posibilidad, ya actualmente muy tenue, de adoptar iniciativas presupuestarias. La situación de los Estados miembros ante la Unión Europea sería entonces similar a la situación de los Estados que componen los Estados Unidos ante la autoridad del gobierno federal. No se trata, sin embargo, de fortalecer la construcción europea sino, por el contrario, de consolidar el poder de los mercados liquidando toda posibilidad de iniciativa política.

La construcción europea fue impuesta por Estados Unidos, el cual después de la [Segunda] guerra [Mundial] la convirtió en la condición para conceder las ayudas del Plan Marshall [10]. La construcción se realizó en torno a Alemania, cuyos intereses inmediatos eran complementarios de los de Estados Unidos.

El ataque contra el euro y la operación de desmantelamiento de la Unión Europea resultan también de una ofensiva lanzada por Estados Unidos y de la que han tomado el relevo la primera economía del antiguo continente, así como las instituciones de la UE. La Comisión y el Consejo confirman así su participación en la descomposición de la Unión y su integración en una nueva estructura política y económica transatlántica bajo la dirección de Estados Unidos, un papel que ya ha desempeñado a través de las negociaciones de los acuerdos sobre la transferencia de datos personales de los ciudadanos europeos a Estados Unidos [11] y de las que tienen por objeto la creación de un mercado que reagrupe a ambos continentes.

Poner el sistema de administración económica de Europa bajo la tutela del FMI constituye una etapa suplementaria en la eliminación de toda la capacidad de iniciativa de los países miembros de la Unión Europea así como una fase de transición con vistas a su integración a un bloque transatlántico. Se mantendrá el euro, pero no será más que un cascarón vacío. La supresión de la moneda común no es conveniente ni para Alemania –para la economía alemana, un regreso a un DM valorizado como moneda refugio equivaldría a un suicidio [12] –ni para Estados Unidos– que no tiene ningún interés en extender la soberanía de su propia moneda y el uso de los privilegios que ella implica.

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[1] Paul Seabright, « Ce sont les banques que l’on sauve, pas la Grèce », diario francés Le Monde, le 17 mai 2010 (Son los bancos los que son rescatados en la crisis financiera griga y no la Grecia).

[2] Declaración de Jean Arthuis, presidente de la Comisión de Finanzas en el Senado francés, in «Grèce: le rôle des agences en question» (interrogante acerca del comportamiento de las agencias de notación), AFP, 28 de abril de 2010.

[3] «Les flux financiers et la pérennité du dollar», Economie et crise aux USA-Blog diario francés Le Monde.fr, 19 de abril de 2010.

[4] «G-20: definiendo quien manda en los mercados financieros», y «Lutte contre la fraude fiscale ou main mise sur le système financier international?», por Jean-Claude Paye, Réseau Voltaire, l9 de abril y 3 de marzo de 2009.

[5] «El futuro gran mercado transatlántico», Red Voltaire, por Jean-Claude Paye, 18 de febrero de 2009.

[6] Michel Aglietta, «La longue crise de l’Europe», Le Monde, 17 de mayo de 2010.

[7] «La zone euro met en place son fonds de secours historique» (La zona euro coloca una suma de dinero de ayuda urgente sin precedentes históricos), agencia de noticias francesa AFP, 7 de junio de 2010.

[8] Raphael Massi, «Le FMI attaque» (El FMI ataca), International Nieuws Agoravox, 13 de junio de 2010.

[9] Guillaume Errard, «Déficits: Bruxelles devra valider les budgets nationaux» (Deficits, Bruselas deberá validar los presupuestos nacionales), diario francés Le Figaro.fr, 6 de junio de 2010.

[10] «Historia secreta de la Unión Europea», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 16 de enero de 200, y «L’histoire du Bilderberg racontée à Y. Calvi et J.F. Khan» (La historia del Bilderberg contada a Y. Calvi et J.F. Khan), por Laurence Kalafatides, Oulala.net, 20 de mayo de 2008.

[11] «Nuevo abandono de la soberanía europea», por Jean-Claude Paye, Red Voltaire, 20 de diciembre de 2009.

[12] Jean-Michel Vernochet, «€uro: la hipótesis de lo peor», Red Voltaire, 18 de mayo de 2010.

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Fuente: Red Voltaire
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20 de junio de 2010

Una estafa detrás de otra

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"Los Estados le dieron a los bancos privados el privilegio de crear dinero emitiendo deuda con la excusa de que eso era necesario para financiar la actividad de las empresas y los consumidores. Pero en los últimos treinta años, la banca internacional multiplicó la deuda para financiar los mercados especulativos y para ganar dinero simplemente comprando y vendiendo más dinero, y no para financiar a la economía productiva. Esta es la primera estafa..."

Añadir imagen La crisis, una estafa detrás de otra
Juan Torres López

La Real Academia Española de la Lengua define de dos modos el verbo estafar. Como pedir o sacar dinero o cosas de valor con artificios y engaños y con ánimo de no pagar, y, en sentido jurídico, como cometer alguno de los delitos que se caracterizan por el lucro como fin y el engaño o abuso de confianza como medio. Por eso yo creo que el término de estafa es lo que mejor describe lo que han hecho continuadamente los bancos, los grandes especuladores y la inmensa mayoría de los líderes y las autoridades mundiales antes y durante la crisis que padecemos.


Los Estados le dieron a los bancos privados el privilegio de crear dinero emitiendo deuda con la excusa de que eso era necesario para financiar la actividad de las empresas y los consumidores. Pero en los últimos treinta años, la banca internacional multiplicó la deuda para financiar los mercados especulativos y para ganar dinero simplemente comprando y vendiendo más dinero, y no para financiar a la economía productiva. Esta es la primera estafa.

Para disponer de recursos adicionales a los que le depositaban sus clientes, la banca ideó formas de vender los contratos de deuda y los difundió por todo el sistema financiero internacional. Pero al hacerlo, ocultaba que millones de esos contratos no tenían las garantías mínimas y que al menor problema perderían todo su valor, como efectivamente ocurrió. Actuando de esa forma y tratando de elevar cada vez más la rentabilidad de sus operaciones, la banca fue asumiendo un riesgo cada vez mayor que ocultaba a sus clientes y a las autoridades y que transmitiía al conjunto de la economía. Esta es la segunda estafa.


Para llevar a cabo esas estafas, la banca recurrió a las agencias de calificación que actuaron como sus cómplices corruptos engañando sistemáticamente a clientes y autoridades indicando que la calidad de esos productos financieros era buena cuando en realidad sabían que lno era así y que, por el contrario, se estaba difundiendo un riesgo elevadísimo porque eran, como se demostró más adelante, pura basura financiera. Esta es la tercera estafa.

Los grandes financieros consiguieron que los bancos centrales fueran declarados autoridades independientes de los gobiernos con la excusa de que éstos podían utilizarlos a su antojo y de que así era mejor para lograr que no subieran sus precios. Sin embargo, lo que ocurrió fue que con ese estatuto de "independientes" los bancos centrales se pusieron al servicio de los bancos privados y de los especuladores, mirando a otro lado ante sus desmanes. Y asi, en lugar de combatir la inflación permitieron que se diera la subida de precios de la vivienda quizá más alta de toda la historia y constantes burbujas especulativas en numerosos mercados. Y lejos de conseguir la estabilidad financiera lo cierto fue que durante su mandato "independiente" también hubo el mayor número de crisis financieras de toda la historia. Esta es la cuarta estafa.

Para generar fondos suficientes para invertir en los mercados especulativos cada vez más rentables, los bancos y grandes financieros lograron, con la excusa de que eso era lo conveniente para luchar contra la inflación, que los gobiernos llevaran a cabo políticas que redujeran los salarios y aumentaran así los beneficios (que en su mayor parte van a ahorro en lugar de al consumo como le pasa a los salarios), y la progresiva privatización de las pensiones y de los servicios públicos. Esta es la quinta estafa.


Cuando el riesgo acumulado de esa forma estalló y se desencadenó la crisis, los bancos y los poderosos lograron que los gobiernos, en lugar de dejar caer a los bancos irresponsables, de encarcelar a sus directivos y a los de las agencias de calificación que provocaron la crisis, les dieran o prestaran a bajísimo interés varios billones de dólares y euros de ayudas con la excusa de que así volverían enseguida a financiar a la economía. Pero en lugar de hacer esto último los bancos y grandes financieros usaron esos recursos públicos para sanear sus cuentas, para volver a tener enseguida beneficios o para especular en mercados como el del petróleo o el alimentario, provocando nuevos problemas o que en 2009 hubiera 100 millones de personas hambrientas más que en 2008. Esta es la sexta estafa.


Los gobiernos tuvieron que gastar cientos de miles de millones de dólares o euros para evitar que la economía se colapsara y para ayudar a la banca. Como consecuencia de ello tuvieron que endeudarse. Como los bancos centrales están dominados por ideas liberales profundamente equivocadas y al servicio de la banca privada, no financiaron adecuadamente a los gobiernos, como sí habían hecho con los bancos privados, y eso hizo que tuvieran que ser los bancos privados quienes financiaran su deuda. Así, éstos últimos recibían dinero al 1% de los bancos centrales y lo colocan en la deuda pública al 3, al 4 o incluso al 8 o 10%. Esta es la séptima estafa.

Como los bancos y grandes financieros no se quedaron contentos con ese negocio impresionante, se dedicaron a propagar rumores sobre la situación de los países que se habían tenido que endeudar por su culpa. Eso fue lo que hizo que los gobiernos tuvieran que emitir la deuda más cara, aumentando así el beneficio de los especuladores y poniendo en grandes dificultades a las economías nacionales. Esta es la octava estafa.


Los gobiernos quedaron así atados de pies y manos ante los bancos y los grandes fondos de inversión y, gracias a su poder en los organismos internacionales, en los medios de comunicación y en las propias instituciones políticas como la Unión Europea, han aprovechado la ocasión para imponer medidas que a medio y largo plazo les permitan obtener beneficios todavía mayores y más fácilmente: reducción del gasto público para fomentar los negocios privados, reformas laborales para disminuir el poder de negociación de los trabajadores y sus salarios, privatización de las pensiones, etc... Afirman que así se combate la crisis pero en realidad lo que van a producir es todo lo contrario porque es inevitable que con esas medidas caiga aún más la actividad económica y el empleo porque lo que hacen es disminuir el gasto productivo y "el combustible" que los sostiene. Esta es la novena estafa.


Desde que la crisis se mostró con todo su peligro y extensión, las autoridades e incluso los líderes conservadores anunciaron que estaban completamente decididos a poner fin a las irresponsabilidades de la banca y al descontrol que la había provocado, que acabarían con el secreto bancario, con los paraísos fiscales y con la desregulación que viene permitiendo que los financieros hagan cualquier cosa y que acumulen riesgo sin límite con tal de ganar dinero... Pero lo cierto es que no han tomado ni una sola medida, ni una sola, en esa dirección. Esta es la décima estafa.


Mientras está pasando todo esto, los gobiernos, esclavos o cómplices de los poderes financieros, no han parado de exigirle esfuerzos y sacrificios a la ciudadanía mientras que a los ricos y a los bancos y financieros que provocaron la crisis no les han dado sino ayudas constantes y todo tipo de facilidades para que sigan haciendo exactamente lo mismo que la provocó. Gracias a ello, éstos últimos están obteniendo de nuevo cientos de miles de millones de euros de beneficios mientras que cae la renta de los trabajadores, de los jubilados o de los pequeños y medianos empresarios. Esta es la undécima estafa.


Mientras que constantemente vemos que los presidentes de gobiernos reciben instrucciones del Fondo Monetario Internacional, de las agencias de calificación, de los banqueros o de la gran patronal, la ciudadanía no puede expresarse y se le dice que todo lo que está ocurriendo es inexorable y que lo que ellos hacen es lo único que se puede hacer para salir de atolladero. Esta es la duodécima estafa.


Finalmente, se quiere hacer creer a la gente que la situación de crisis en la que estamos es el resultado de un simple o momentáneo mal funcionamiento de las estructuras financieras o incluso económicas y que se podrá salir de ella haciendo unas cuantas reformas laborales o financieras. Nos engañan porque en realidad realidad vivimos desde hace decenios en medio de una convulsión social permanente que afecta a todo el sistema social. La verdad es que cada vez hay un mayor número de seres humanos hambrientos y más diferencias entre los auténticamente ricos y los pobres, que se acelera la destrucción del planeta, que los medios de comunicación están cada vez en propiedad de menos personas, que la democracia existente apenas deja que la ciudadanía se pronuncie o influya sobre los asuntos más decisivos que le afectan y que los poderosos se empeñan en imponer los valores del individualismo y la violencia a toda la humanidad. Esta es la decimotercera estafa.


Lo que ha ocurrido y lo que sigue ocurriendo a lo largo es la crisis es esto, una sucesión de estafas y por eso no se podrá salir de ella hasta que la ciudadanía no se imponga a los estafadores impidiendo que sigan engañándola, hasta que no les obligue a dar cuentas de sus fechorías financieras y hasta que no evite definitivamente que sigan comportándose como hasta ahora.


Viernes, 18 de junio de 2010

Fuente:
Web de Juan Torres López
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